El Parlament rechaza, con la abstención de Junts, que Aragonès se someta a una cuestión de confianza

La CUP certifica su ruptura con ERC e insta al ‘president’ a aclarar con qué mayorías piensa gobernar

En el centro de la imagen, Albert Batet, presidente del grupo de Junts, junto a su portavoz, Mónica Sales. A la derecha, el socialista Salvador Illa.Albert Garcia

El Parlamento de Cataluña ha rechazado este jueves una moción de la CUP que instaba al president Pere Aragonès, de ERC, a someterse a una cuestión de confianza antes de final de año al acusarle de incumplir el acuerdo de investidura y de haber optado por un cambio de alianzas, en alusión a sus acuerdos puntuales con otras fuerzas como En Comú Podem y los socialistas. La propuesta solo ha recabado los ocho votos a favor ...

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El Parlamento de Cataluña ha rechazado este jueves una moción de la CUP que instaba al president Pere Aragonès, de ERC, a someterse a una cuestión de confianza antes de final de año al acusarle de incumplir el acuerdo de investidura y de haber optado por un cambio de alianzas, en alusión a sus acuerdos puntuales con otras fuerzas como En Comú Podem y los socialistas. La propuesta solo ha recabado los ocho votos a favor de la CUP; en contra han votado 76 diputados (ERC, PSC, comunes y PP) y ha habido 46 abstenciones (Junts, Ciudadanos y Vox). Junts se ha inclinado por la abstención al alegar su portavoz, Mónica Salas, que el contenido del texto tiene una “relación directa” con la consulta a la que está llamada su militancia este jueves y mañana viernes para decidir si el partido debe seguir en el Gobierno.

“Optamos por una abstención genérica. Nos dicen que la consulta es una señal de debilidad, pero es de fortaleza democrática: apostamos por la pluralidad. En las decisiones trascendentales damos la voz a los afiliados y actuaremos de manera coherente con lo que decidan”, ha afirmado la diputada. Esta es la segunda vez en seis días que Junts evita respaldar que Aragonès se someta a una cuestión de confianza, pese a que esa fue su arriesgada apuesta en el Debate de Política General que finalmente acabó con una crisis abierta en el Govern. El PP impulsó la medida al término de esas sesiones y se quedó solo, como le ha sucedido este jueves a la CUP. Junts ha adelantado a este viernes por la tarde la reunión de su ejecutiva para analizar los resultados de la consulta y anunciar su decisión.

La diputada Eulàlia Reguant, de la CUP, ha admitido en su intervención que ya conocía el desenlace de la votación, pero que su voluntad era constatar que Aragonès ha perdido por el camino los dos grupos que le auparon a la investidura: la CUP le retiró su apoyo a los pocos meses y ahora está en el aire el de Junts. “Tiene que decir con qué mayorías cuenta, qué programa piensa desplegar y hacia dónde vamos”, ha recalcado Reguant, que ha recriminado a ERC no haber dado el giro a las políticas de izquierda que prometió y que la mesa de diálogo no esté abordando ni la amnistía ni la autodeterminación. La propuesta de la CUP, pese a ser derrotada, certifica la ruptura de la relación efímera que los dos partidos sellaron tras la investidura de Aragonès en marzo de 2021. “Lo han tirado todo muy rápido por la borda”, ha defendido Reguant, recordando que el Govern optó por pactar los presupuestos con los comunes.

Junts ha avanzado a este viernes la celebración de su ejecutiva para analizar los resultados de la consulta

De hecho, el instrumento de la cuestión de confianza es el que ERC y la CUP pactaron y que los anticapitalistas debían impulsar a mitad de mandato para calibrar el estado de esa alianza parlamentaria. El debate ha recogido también los reproches cruzados entre socialistas y comunes sobre el apoyo puntual o no que ofrecen al Govern. “Me gusta recordar que este Gobierno ha apoyado los presupuestos más veces con los comunes que con la CUP”, ha afirmado la socialista Alicia Romero, mientras la republicana Meritxell Serret ha tendido la mano, sin éxito, a la CUP para que siga siendo un socio preferente.

Nadie ha apoyado la cuestión de confianza, pero la mayoría de grupos han instado al president a explicar cómo quiere gobernar. De hecho, la mayoría del hemiciclo, con los votos de PSC y comunes, ha certificado que existe ese cambio de mayorías (49 síes; 46 en contra y 37 abstenciones) y ha rechazado que la mesa de diálogo no aborde la amnistía y la autodeterminación (8 síes; 86 noes y 36 abstenciones). ERC y Junts se han dividido en esta votación por razones teóricamente técnicas, pero con antelación los dos socios ya habían mostrado su fractura en mociones sobre la situación económica impulsadas por el PSC y los comunes.

En la de los socialistas, han exhibido la disparidad de criterio en tres puntos: Junts ha apoyado que el presupuesto de Salud dedique un 25% del dinero a atención primaria; destine 1.216 millones a Universidades y 415 a investigación; y aplique el criterio de prudencia fiscal garantizando la subida de impuestos. ERC se ha abstenido en esos tres casos. La fractura también se ha reflejado en el texto de los comunes: este grupo ha apoyado la progresividad fiscal contra el criterio de Junts, que también ha rechazado la puesta en marcha de la empresa energética pública, la apuesta estrella ahora del Govern.

Donde no han discrepado los dos socios es en el impulso de la política lingüística: A propuesta de Esquerra, el pleno ha mostrado su rechazo a “la última injerencia” del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, al que le acusa de ignorar la nueva legislación aprobada y continua actuando en contra del modelo educativo catalán y la escuela catalana. El texto se ha prosperado con 72 votos a favor (ERC, Junts y comunes) y 59 votos en contra (PSC, Vox, CUP, Cs y PP).


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