Barcelona cierra el verano con tarifas hoteleras nunca vistas

El Gremio de Hoteles celebra el éxito de junio, julio y agosto con matices: “Este año no perderemos dinero”

Turistas en las Ramblas ante una estatua humana.

El balance de los hoteleros confirma la renovada sensación de brío turístico que se respira en las calles de Barcelona. Los hoteles de Barcelona cerraron los tres meses centrales del verano con una ocupación del 87% y con unas tarifas nunca vistas, por altas, hasta ahora. Su presidente, Jordi Clos, ha matizado con una sonrisa, sin embargo, esos resultados este jueves: “Este año no perderemos dinero”.

El optimismo contenido de Cl...

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El balance de los hoteleros confirma la renovada sensación de brío turístico que se respira en las calles de Barcelona. Los hoteles de Barcelona cerraron los tres meses centrales del verano con una ocupación del 87% y con unas tarifas nunca vistas, por altas, hasta ahora. Su presidente, Jordi Clos, ha matizado con una sonrisa, sin embargo, esos resultados este jueves: “Este año no perderemos dinero”.

El optimismo contenido de Clos se explica básicamente por dos cuestiones. Primero porque la actividad y el número de clientes no repuntó hasta abril, lo que supone haber perdido tres meses del año. La otra se debe a la partida de gastos -el coste de los suministros y sobre todo los costes energéticos-, anda descontrolada y será un obstáculo para la obtención de beneficios pese a que en junio se pagaron 190 euros por habitación de promedio (18 euros más que en 2019). Pese a que en julio esa cifra se encaramó a los 177 euros (21 euros más). Y pese a que en agosto se alcanzaron los 181 (37 más).

El repunte de los precios en el conjunto de la temporada, que alcanzó un 15%, contrasta con la caída del 40% que se produjo en 2020 y 2021, cuando los hoteles que permanecieron abiertos entraron en una batalla de precios para intentar captar mercado. El repunte de este verano no fue óbice para que a la vez creciera la ocupación. El 87% de las camas ocupadas de la campaña de verano supone perder apenas un punto porcentual respecto a 2019.

No obstante, los hoteleros defienden que pese a la subida de precios ha sido posible recuperar el perfil de clientela. “Volvemos a recuperar el mercado del turismo que nos interesa a la ciudad”, ha señalado Clos, quien ha marcado distancias de los visitantes de la ciudad que llegan en los cruceros y los de las zonas costeras al norte y al sur de Barcelona. El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona ha afirmado: “El turista que paga 200 o 300 euros por noche no afecta a las incomodidades de la ciudad”.

El Ayuntamiento de Barcelona ya avisó hace un par de semanas que la actividad se había recuperado con fuerza este julio, cuando se registró un millón de visitantes que habían pernoctado tanto en hoteles como en viviendas de uso turístico. Según los datos del consistorio, en los primeros meses del año la capital catalana ha acogido a 900.000 personas más que antes de la crisis sanitaria.

La cuestión es si ese ritmo continuará en los próximos meses, pese a los nubarrones que advierten de la recaída de la económica por el cóctel que mezcla los efectos pendientes de la crisis económica vinculada con la covid con los nuevos que está dejando tras de sí la guerra en Ucrania. Clos defiende que las reservas de setiembre y octubre mantienen los baremos de 2019 y que Barcelona cuenta con una treintena de actos hasta final de año, lo que tendría que garantizar la ocupación hotelera.

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La evolución de Barcelona no es diferente a la explosión turística protagonizada por otros enclaves turísticos de todo el mundo. El director general del gremio, Manel Casals, ha reconocido que los comentarios que les llegan de otros operadores hoteleros extranjeros es similar a la expresada en Barcelona.

Críticas al estado de la ciudad

Pese al buen momento de Barcelona, Clos ha lamentado el estado de la ciudad. Ha destacado la suciedad, las plagas de ratas y cucarachas y la inseguridad, de la que ha destacado “el grado de frustración que damos teniendo este volumen tan grande de robos es un verdadero problema”. Preguntado por si esperaba las elecciones municipales de mayo, ha sido rotundo: “Evidentemente que tengo ganas que haya elecciones, como una buena parte de la ciudadanía”. Ha evitado posicionarse sobre un candidato, pero en clara alusión a la alcaldesa Ada Colau y a su partido Barcelona en Comú ha deseado un nuevo primer edil “que quiera el turismo en la ciudad y deje de hacer demagogia sobre el turismo y lo vea como un factor positivo”.

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