La jornada intensiva arranca con falta de monitores en escuelas de zonas rurales de Cataluña
La Generalitat minimiza las incidencias y asegura que el 99,6% de los colegios aplican con normalidad la hora adicional de ocio
Varias escuelas han empezado el curso escolar sin poder ofrecer la hora de ocio educativo por falta de monitores, o la están ofreciendo con mucho menos personal de lo que marca la normativa. Los centros y las familias se quejan de los inconvenientes que está provocando esta incertidumbre. El Departamento de Educación minimiza las incidencias y asegura que en el 99,6% de las escuelas se llevó a cabo esta hora de ocio educativo el lunes. El consejero Josep Gonzàlez-Cambray llegó a asegurar que “hay monitores suficientes”.
La Generalitat sorprendió en febrero anunciando por sorpresa que el...
Varias escuelas han empezado el curso escolar sin poder ofrecer la hora de ocio educativo por falta de monitores, o la están ofreciendo con mucho menos personal de lo que marca la normativa. Los centros y las familias se quejan de los inconvenientes que está provocando esta incertidumbre. El Departamento de Educación minimiza las incidencias y asegura que en el 99,6% de las escuelas se llevó a cabo esta hora de ocio educativo el lunes. El consejero Josep Gonzàlez-Cambray llegó a asegurar que “hay monitores suficientes”.
La Generalitat sorprendió en febrero anunciando por sorpresa que el próximo curso escolar empezaría una semana antes: el 5 de septiembre en primaria y el 7, en secundaria. Para compensar los días lectivos adicionales, Educación decidió implantar la jornada intensiva, con una hora de ocio educativo (de 15.30 a 16.30), que cubriría el resto de horario escolar y que sería gratuito para las familias. Sin embargo, algunas escuelas empezaron el pasado lunes el curso escolar sin poder ofrecer la hora de ocio educativo por falta de monitores, o la están ofreciendo con mucho menos personal de lo que marca la normativa. Los centros y las familias se quejan de los inconvenientes que está provocando esta incertidumbre. El Departamento de Educación minimiza las incidencias y asegura que en el 99,6% de las escuelas se llevó a cabo esta hora de ocio educativo el lunes. El consejero Josep Gonzàlez-Cambray defendió el pasado lunes que “hay monitores suficientes”.
Avanzar una semana el inicio de las clases se ha traducido en la implantación de la jornada intensiva en septiembre, de manera que los centros realizan una hora lectiva diaria, que se ha sustituido por una hora adicional a cargo de monitores, para poder mantener el horario escolar y favorecer la conciliación de las familias. El departamento -ante la negativa de los directores a asumir esta gestión- se ha encargado de buscar las empresas que realicen el servicio. En la mayoría de casos se ha recurrido a las que gestionan el comedor escolar y se ha ofrecido al personal alargar una hora su contrato, pero en algunos casos no ha sido posible. Hace meses direcciones y empresas habían alertado de las dificultades de encontrar monitores suficientes para atender a los alumnos. Y las previsiones se han cumplido.
Resulta difícil cuantificar las escuelas que no han encontrado monitores y no han podido ofrecer esta hora adicional que complemente la jornada intensiva. El Departamento informó el pasado lunes que “el servicio de ocio educativo se ofreció en el 99,6% de las escuelas el primer día de curso” y que se está trabajando a contrarreloj para encontrar monitores y resolver las incidencias.
En la mayoría de incidencias, la empresa del comedor se negó a asumir esta hora adicional y la Generalitat tuvo que buscar otra, pero encontrar a personal para trabajar una hora diaria y por un sueldo que ronda los 10 euros por hora no resulta fácil. Esto ha sucedido en varias escuelas del Alt Empordà. Concretamente, en dos de Figueres no han podido ofrecer la hora adicional después de que la empresa comunicara justo antes del inicio del curso que no tenía monitores. Educación asegura que el caso está en vías de solución.
En una escuela de Roses necesitaban 12 monitores, pero no han encontrado ninguno, así que el viernes enviaron una carta a las familias, asegurando que tenían que recoger a los niños a las 13.00 o las 15.30 horas, si se quedan en el comedor. “Es muy injusto que en un pueblo haya tres centros públicos que tengan el servicio y el nuestro, no”, se queja el presidente de la asociación de familias de alumnos (AFA), Carles Páramo, que ha ofrecido ayuda para buscar los monitores, igual que se hace con la jornada intensiva de junio. Desde la escuela de Roses consideran que el problema se solucionaría si la Generalitat les dejara hacer horario normal durante el mes de septiembre, como ya está sucediendo con las escuelas rurales o en las de educación especial.
Lo mismo ha sucedido en un centro de L’Estartit (Baix Empordà), que tampoco había encontrado este martes monitores, algo que ha despertado las quejas de las familias. “Es un agravio comparativo con otros centros, teniendo en cuenta que hay muchos niños vulnerables”, apunta una fuente de la escuela. Educación llegó a ofrecer a los profesores cubrir esa hora, pero lo rechazaron “porque no explicaron cómo se recuperarían las horas y porque es injusto en comparación con los otros centros”, añaden las mismas fuentes. “No entiendo que la Generalitat contrate a una empresa que no puede dar el servicio”, se queja otra fuente. Educación ha informado en la tarde del martes que ya había encontrado los monitores necesarios para ese centro y que el miércoles ya se ofrecerá el servicio.
Algunos directores apuntan que “se están produciendo muchas incidencias”, aunque no todas relacionadas con la falta de monitores. “Una directora me comentaba que el lunes llegaron los monitores sin un programa de actividades y se pasaron la hora en el patio”, se queja un director.
En Empuriabrava (Alt Empordà), solo han encontrado un monitor, así que han optado por ofrecer solo la hora adicional a la decena de alumnos más vulnerables. Necesitarían el triple de personal para llegar al resto de alumnos. “Hemos tenido que decir que no a las familias, pero hay muchas que también piden poder quedarse, por conciliación, pero hasta que se encuentren monitores tendrá que seguir así”, aseguran desde el centro. Educación asegura que no le consta ninguna incidencia y que si hacen faltan monitores, los buscará.
En Camprodon (Ripollès) contaban con tres monitores para 119 alumnos. “El lunes había 40 alumnos por monitor”, se quejan desde el centro, temiendo que la cifra de alumnos aumente en los próximos días y que Educación fijó una ratio de 16 alumnos por monitor. En una situación similar se encontró el lunes en instituto escuela de Breda (dos alumnos para un centenar de alumnos), pero Educación asegura que este martes ya ha quedado resuelto.
En Bellver de Cerdanya la escuela también ha tenido muchos problemas para encontrar el personal, pero al final lo logró con la colaboración de familias y ayuntamiento. “Las familias hicimos correr la voz para encontrar monitores y el ayuntamiento se ofreció a poner una partida para aumentar el sueldo y hacer más atractiva la oferta”, comentan desde el centro.
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