La cúpula de Esquerra se descuelga de la manifestación de la Diada y critica a la ANC por “dividir el independentismo”
Altos cargos de la formación se suman a la negativa de Pere Aragonès de acudir a una cita que “no tiene ninguna pretensión unitaria”
Esquerra Republicana marca distancias con la manifestación convocada en Barcelona para la celebración de la Diada de Cataluña, el próximo 11 de septiembre. La incomodidad que sienten varios cargos del partido republicano con el proceder de los organizadores de los actos del 11-S, guiados por las directrices de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), ha pr...
Esquerra Republicana marca distancias con la manifestación convocada en Barcelona para la celebración de la Diada de Cataluña, el próximo 11 de septiembre. La incomodidad que sienten varios cargos del partido republicano con el proceder de los organizadores de los actos del 11-S, guiados por las directrices de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), ha provocado un sentimiento de tibieza, cuando no de distanciamiento manifiesto, ante lo que antaño fue un acto de unidad del independentismo. El president, Pere Aragonès, fue el primero en revelar públicamente que no pensaba acudir a la manifestación y este lunes se le sumó Ernest Maragall, candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona. No serán los únicos altos cargos de la formación que excusen su presencia en la popular concentración convocada para el próximo domingo. “Este año la ANC ha renunciado a la transversalidad y ha optado por excluir, empequeñecer y dividir el independentismo”, lamentó este lunes Marta Vilalta, portavoz de ERC. Vilalta apuntó que la entidad organizadora aún está a tiempo de “rectificar”. La formación que manda en la Generalitat pretende no desvincularse del todo de los actos de la Diada y tiene previsto delegar la representación en cargos de perfil más bajo. “Esto no va de nombres”, justificó Vilalta. El partido solo se plantea enviar una representación de alto nivel si la ANC rectifica la convocatoria, sembrada de críticas a las formaciones políticas.
La Assemblea demostró en años anteriores capacidad para organizar manifestaciones multitudinarias y se erigió como una plataforma galvanizadora del independentismo. En la convocatoria de este 11-S toma partido por una estrategia rupturista: “La victoria del 1-O y la mayoría independentista en el Parlament no se pueden malgastar en Mesas de diálogo con el Estado español y trifulcas internas”, reza el texto de la convocatoria.
Junts per Catalunya trata de sacar rédito del desapego de ERC y busca erigirse en la referencia política ante los actos del 11 de septiembre. “Hacemos un llamamiento a la movilización para llenar las calles”, ha apuntado Josep Rius. “Es importante que salgamos a la calle”, ha insistido en una comparecencia posterior a la reunión de la ejecutiva del partido. El portavoz de Junts ha eludido valorar el posicionamiento de Esquerra ante la festividad catalanista. “Respeto la decisión de Pere Aragonès de no estar en la Diada”, dijo Rius, al tiempo que advertía que “la movilización ciudadana es una herramienta imprescindible para avanzar hacia la independencia”.
Los mandos de Esquerra se sienten señalados por el entorno más fanático del independentismo. Las relaciones más o menos fluidas con el Gobierno, y la apuesta por la Mesa de diálogo, son una estrategia que despierta recelos entre aquellos que abogan por la ruptura total con el Estado. La suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament, una decisión que votaron ERC, el PSC y la CUP, espoleó aun más las voces críticas contra Esquerra. El 28 de julio, cuando la Mesa del Parlament votó suspender a Borràs, varios diputados de Esquerra recibieron improperios de independentistas partidarios de la líder de Junts que se habían concentrado a las puertas de la Cámara. El parón veraniego no ha templado los ánimos y ni Aragonès ni sus consejeros quieren convertirse en la diana de aquellos que acudan a la manifestación con intenciones de descargar su frustración por el pinchazo de la burbuja del procés.
Con semejante mar de fondo, la Diada se presenta como un motivo de disputa entre bandos independentistas. “Hago un llamamiento a la movilización”, ha reclamado el expresident Quim Torra. “No ayuda que aquellos con quien compartimos proyecto, critiquen”, sentenció Marta Vilalta. Ernest Maragall apuntó que la manifestación “no tiene ninguna pretensión unitaria”.
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