Los sindicatos educativos catalanes convocan huelga el 7 de septiembre, primer día de curso en los institutos, y el 28
Durante todo el mes llaman a organizar acciones de protesta contra los recortes y las políticas del Departamento de Educación
El nuevo curso escolar en Cataluña se estrenará en septiembre entre jornadas de huelga y protestas. Los siete sindicatos educativos han anunciado este jueves la convocatoria de dos días de paro: el 7 de septiembre, coincidiendo con el inicio de clases en los institutos, y el 28 de septiembre. Además, se han previsto una serie de acciones de protesta durante todo el mes para visualizar el rechazo al nuevo calendario escolar, a los recortes y a las políticas del Departamento de Educación. Los sindicatos han asegurado durante la presentación del nuevo calendario de movilizaciones que su objetivo ...
El nuevo curso escolar en Cataluña se estrenará en septiembre entre jornadas de huelga y protestas. Los siete sindicatos educativos han anunciado este jueves la convocatoria de dos días de paro: el 7 de septiembre, coincidiendo con el inicio de clases en los institutos, y el 28 de septiembre. Además, se han previsto una serie de acciones de protesta durante todo el mes para visualizar el rechazo al nuevo calendario escolar, a los recortes y a las políticas del Departamento de Educación. Los sindicatos han asegurado durante la presentación del nuevo calendario de movilizaciones que su objetivo es que el inicio de curso sea “ingobernable”, aunque se han mostrado abiertos a llegar a un acuerdo que pueda acabar con el conflicto antes de septiembre.
El departamento de Educación ha apelado a la “responsabilidad” de los sindicatos “para tener un inicio de curso el máximo de normal posible”, ha solicitado Patrícia Gomà, secretaria general de Educación, recordando que se trata de un curso de gran complejidad que se presenta por la coincidencia de muchos factores como la dureza de dos años de pandemia, los nuevos currículos, la reducción de ratios en Infantil3 o el nuevo método de redistribución de los alumnos vulnerables.
El pasado mes de febrero, el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray anunció por sorpresa que el curso 2022-23 no empezaría después de la Diada, como era tradicional, sino una semana antes, para fomentar la conciliación y la equidad, defendió. La decisión, no debatida ni consensuada con la comunidad educativa, encendió un movimiento de protesta que llevó a cinco días de huelga en marzo y dos a final de curso. Tras el fracaso de las negociaciones con el Departamento, los sindicatos ya avisaron de nuevas movilizaciones y que el nuevo curso no empezaría con normalidad.
Así, profesores y familias vivirán el mes de septiembre un inicio de curso rodeado de polémica, tanto por todo lo que implicará el avance del inicio de las clases una semana -con las incógnitas de cómo se organizará la jornada intensiva y las actividades de ocio para compensarla-, como por las protestas. El primer día, el 5, los sindicatos llaman a lucir la tradicional camiseta amarilla -que se popularizó hace una década como símbolo contra los recortes-, a colgar carteles y a concentrarse ante los ayuntamientos. Para el día 7, primer día para los alumnos de secundaria, bachillerato y FP, se ha convocado una jornada de huelga y una concentración ante el Parlament. Para las dos semanas siguientes, asambleas y encierros en los centros, y se acabará el mes con otra huelga, el 28, y una manifestación.
De esta forma, los sindicatos concentran los esfuerzos en potenciar las protestas en la secundaria, que es el colectivo más movilizado en las convocatorias anteriores. También en esta ocasión, las organizaciones sindicales han buscado reducir las jornadas de paros y fomentar otro tipo de protestas, tras constatar el escaso seguimiento que tuvieron las últimas convocatorias. De hecho, solo tuvieron un notable impacto los dos primeros días de huelga convocados en marzo.
Las nuevas movilizaciones llegan tras el fracaso de las negociaciones entre el Departamento y los sindicatos. Estos habían puesto como línea roja la recuperación de las horas lectivas previas a los recortes. Reducir una hora a los maestros supondría contratar a 1.463 profesores y un coste de 67 millones, y en secundaria, a 2.009 docentes y 105 millones, algo inviable según Educación, que ofrecía aplicarlo ya el próximo curso en primaria y el año que viene en secundaria. Los sindicatos exigían que se hiciera todo al mismo tiempo.
Educación, que a finales de abril dio por cerrados estos puntos de la negociación y publicó las plantillas para el próximo curso, ha asegurado este jueves que la vía de reducir una hora en la primaria continúa abierta. “Los profesores no podrían entrar como plantilla estructural, pero como refuerzos siempre hay la posibilidad de hacerlo en el último momento”, ha asegurado Gomà. La secretaria general ha descartado la posibilidad de que el Departamento, a pesar de no llegar a un acuerdo con los sindicatos, decida revertir este recorte. “El Departamento no puede hacerlo de forma unilateral, se necesita un pacto social porque depende de que se llegue a un acuerdo de las condiciones laborales”.
No obstante, el curso empezará con nuevas dotaciones de profesorado, aprobadas este martes por el Govern. En concreto, 2.134 profesores, la mitad de los cuales irán a la FP. A estos se sumarán 279 profesionales de atención educativa (desde técnicos de infantil, apoyo a alumnos con discapacidad…) y 28 administrativos. Los sindicatos argumentan que estas contrataciones no son suficientes porque responden a un aumento de alumnos de la secundaria y la reducción de ratios en Infantil3 y recuerdan que, en cambio, se perderán los refuerzos covid llegados hace dos cursos -8.162 profesionales, de los cuales, 5.321 eran docentes-. Estos refuerzos se financiaban con fondos europeos repartidos a los Estados y Cambray ha solicitado al Ministerio de Educación que se puedan mantener.
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