Junts esboza su nueva etapa sin Puigdemont al frente del partido
Los militantes ungen este fin de semana a Laura Borràs como presidenta de la formación y a Jordi Tururll como su secretario general
Desde el mediodía de este sábado, Junts per Catalunya, el partido fundado a partir del movimiento político con que en 2017 Carles Puigdemont respondió a la intervención de la autonomía catalana, cambia de riendas. En un congreso que se celebra en Argelès-sur-Mer (Francia), la actual presidenta del Parlament, Laura Borràs, asumirá la presidencia en tándem con el exconsejero de la Presidencia, Jordi Turull, que será el secretario general. Se trata del primer paso con que la formación...
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Desde el mediodía de este sábado, Junts per Catalunya, el partido fundado a partir del movimiento político con que en 2017 Carles Puigdemont respondió a la intervención de la autonomía catalana, cambia de riendas. En un congreso que se celebra en Argelès-sur-Mer (Francia), la actual presidenta del Parlament, Laura Borràs, asumirá la presidencia en tándem con el exconsejero de la Presidencia, Jordi Turull, que será el secretario general. Se trata del primer paso con que la formación intenta dibujar su futuro más allá de la imagen del expresident, que ahora se dedicará a sus labores de eurodiputado y a lo que denomina la “internacionalización del procés”. Queda la duda, eso sí, sobre cómo intervendrá en la vida de un partido del que, al menos sobre el papel, solo será un militante de base.
La lista liderada por Borràs y Turull es la única que se ha puesto a consideración de los militantes y fue fruto de una larga negociación para evitar que el partido se dividiera en dos. Cada uno representa un sector y compartirán una cúpula donde el límite de ambas responsabilidades queda desdibujado y cuyo mayor reto es conjugar las ideas más confrontacionales de la líder de la Cámara con una línea más posibilista e institucional del exconsejero, que recibió el indulto por parte del Gobierno hace casi un año tras ser condenado en el juicio a los líderes independentistas.
En ese pulso para poder confeccionar una lista unitaria, que evitara la división, Borràs logró imponer la mitad de los nombres de la lista que estarán en la Ejecutiva. También ha logrado que, a diferencia de Puigdemont, su presidencia sí cuente con poderes ejecutivos y así intervenir en el día a día del partido. El segundo paso del diseño de ese nuevo Junts post Puigdemont será a mediados de julio, cuando en L’Hospitalet de Llobregat se voten tanto la ponencia organizativa como la política. Se trata de las hojas de ruta donde se establecerán las responsabilidades de Borràs y Turull y la hoja de ruta del partido, en puntos tan espinosos como la política de pactos y las relaciones con Esquerra.
Otra de las dudas es cómo funcionará la aparente bicefalia entre Borràs y Turull. No es un buen momento para la presidenta de la Cámara, acosada ahora por nuevas revelaciones sobre la supuesta fragmentación de contratos públicos para beneficiar a un amigo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes, antes de 2017. Ella insiste es que se trata de una persecución política en su contra.
El congreso se celebrará en territorio francés para que Puigdemont pueda asistir con todas las garantías de seguridad, pese a los fallos de la justicia europea que respaldan su inmunidad de manera temporal pese a que es buscado por la justicia española. Allí también se despedirá el actual secretario general, Jordi Sànchez, que el pasado mes de abril había anunciado que no repetiría en el cargo y facilitaba así el pacto entre Borràs y Turull.
Puigdemont y Sànchez habían logrado, en julio de 2020, alcanzar lo más alto de la cúpula de Junts con más del 90% de los apoyos de la militancia. El día a día del partido lo llevaba el expresidente de la ANC y también beneficiario por el indulto del Gobierno, mientras que el eurodiputado tenía un papel más decorativo y, finalmente, era el sustrato de la formación en un sentido casi reverencial. Aunque Puigdemont ni siquiera participaba en las reuniones semanales de Junts, una llamada o un tuit suyo podría terminar por modificar la posición del partido ante diversos temas. En su entorno insisten que, si bien seguirá pendiente de la vida del partido, su interés ahora está en centrarse en el día a día del llamado Consell de la República y en la Eurocámara.
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