Tamara Rojo ante la presentación en el Liceo de su arriesgada ‘Giselle’ con Akram Khan: “No me dan miedo los abucheos”

La versión del English National Ballet creada por el famoso coreógrafo fue muy contestada por el público más conservador del Teatro Real de Madrid en 2019

Tamara Rojo ante la sede del English National Ballet, en Londres.TOBY MELVILLE (Reuters)

Uno de los espectáculos, que más expectación ha despertado, en los últimos tiempos es la Giselle de Akram Khan, que ahora llega al Gran Teatro del Liceo de Barcelona de la mano del prestigioso English Nationa Ballet, (ENB) capitaneado por su hasta ahora directora y también bailarina y coreógrafa, Tamara Rojo, una mujer inteligente que ha logrado, después de 10 años como directora de la compañía británica, dejar un legado de excelentes coreografías y esta magnífica Giselle que deslumbra en todos ...

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Uno de los espectáculos, que más expectación ha despertado, en los últimos tiempos es la Giselle de Akram Khan, que ahora llega al Gran Teatro del Liceo de Barcelona de la mano del prestigioso English Nationa Ballet, (ENB) capitaneado por su hasta ahora directora y también bailarina y coreógrafa, Tamara Rojo, una mujer inteligente que ha logrado, después de 10 años como directora de la compañía británica, dejar un legado de excelentes coreografías y esta magnífica Giselle que deslumbra en todos los teatros donde se ha bailado. “Tenía claro que quería presentar una versión de esta obra romántica que reflejará a la mujer contemporánea”, ha dicho hoy Rojo en una rueda de prensa junto a Víctor García de Gomar, director artístico del Liceo, entusiasmado por ofrecer finalmente este espectáculo que se tuvo que anular por la pandemia. “Mi colaboración con Akram Khan fue muy enriquecedora; él no conocía la obra clásica y yo la había bailado muchas veces, así que nuestros encuentros se fueron trenzando con nuestras experiencias mutuas hasta el resultado final. Ha sido un trabajo largo, pero muy gratificante”.

El English National Ballet ofrecerá cinco funciones, desde el miércoles hasta el sábado día 7, en doble función. Tamara Rojo, en el papel de Giselle, bailará el miércoles y en la función de la tarde del día 7, y lo hará con su pareja en la vida real, Isaac Hernández, en el papel de Abrecht.

En 2019, cuando este montaje se presentó en el Teatro Real de Madrid, fue abucheado por una parte del público, el sector más conservador, ya que nos encontramos ante una singular versión de corte contemporáneo sobre una de las obras más representativas del repertorio clásico. “No me dan miedo los abucheos, las grandes figuras de la danza, desde Nijinsky a Nurevey pasando por Béjart, por citar a tres referentes, recibieron abucheos; el público es libre de opinar”, ha afirmado con contundencia Tamara Rojo.

Para esta Giselle, Akram Khan ha elegido al premiado músico contemporáneo afincado en Londres Vicenzo Lamagna, quien ha creado una partitura distorsionada sobre la original de Adophe Adam. Además, en esta versión Giselle no es esa joven inocente que se enamora de un príncipe, muere de amor y viaja hacía el reino etéreo de las willlis. Aquí, Khan y su equipo plasman las desigualdades del mundo actual. Los sonidos asociados a los procesos industriales, la tradición de la danza kathak −sello personal en todos los trabajos del coreógrafo−, junto al baile folclórico y la migración, todo ello hace de esta Giselle una pieza original, desafiante y de gran actualidad. El vocabulario coreográfico es intenso y destila una bella violencia que en el fragmento de las willis logra su mayor expresión. Ese grupo de mujeres avanzando con seguridad con sus varas de bambú resulta hipnótico.

La escenografía y vestuario de Tim Yip junto a la iluminación de Mark Henderson son los otros excelentes aliados de este montaje. Mientras que la música estará interpretada por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo, con Gerry Cornelius como director invitado.

En diciembre Tamara Rojo pasará a ser directora del San Francisco Ballet. “Me da mucha pena dejar Londres, la ciudad cultural por excelencia, pero después de 10 años en el ENB, la compañía necesita aires nuevos y para mí la oferta de la compañía americana representa un reto que asumo con ganas, estoy dejando de bailar y quiero centrarme en coreografiar” confiesa.

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