El día de la marmota en la política catalana

El independentismo puso en la picota a Roger Torrent por inhabilitar a Torra. Ahora que lo hace Laura Borràs, la culpa es de los letrados y nadie chista

La presidenta del Parlament, Laura Borras, durante la reunión de la Mesa de la cámara catalana que se ha reunido este viernes.Enric Fontcuberta (EFE)

Deberíamos estar acostumbrados, los catalanes, digo, a que los máximos representantes políticos de Cataluña digan lo mismo y lo contrario con días, horas, de diferencia. Somos una república independiente, pero no lo somos; hemos paralizado el parlamento, pero no lo hemos paralizado; hemos cesado al diputado, pero no lo hemos cesado… Maestros de hacer simultáneamente una cosa y la contraria para quedar bien con su parroquia, pero también con la justicia.

Deberíamos estar acostumbrados, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Deberíamos estar acostumbrados, los catalanes, digo, a que los máximos representantes políticos de Cataluña digan lo mismo y lo contrario con días, horas, de diferencia. Somos una república independiente, pero no lo somos; hemos paralizado el parlamento, pero no lo hemos paralizado; hemos cesado al diputado, pero no lo hemos cesado… Maestros de hacer simultáneamente una cosa y la contraria para quedar bien con su parroquia, pero también con la justicia.

Deberíamos estar acostumbrados, también, a que, si los tribunales no dictan aquello que a esos mismos políticos les parece bien, entonces, pongan el grito en el cielo y llamen a una desobediencia que, nunca, nunca, acaban llevando a la práctica. No sea que acaben procesados. Pruebas de lo anterior las tenemos casi a diario, la última, asociada a la inhabilitación por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya del diputado de la CUP Pau Juvillà. A día de hoy, Juvillà ya no es diputado del Parlament y no lo es con efectos retroactivos desde el 28 de enero.

Centrémonos en la presidenta del Parlament, Laura Borràs, quien el 1 de febrero aseguró: “Hemos acordado detener la actividad parlamentaria por la extrema gravedad de la situación y para defender los derechos de electoras y electores. Estamos aquí, firmes contra la represión, unidos para defender la soberanía del Parlament delante de las injerencias del estado”. Y dos días después afirmaba lo contrario: “La Mesa no acordó una suspensión del Parlament, ni de quince días. En virtud del artículo 373B acordamos una modificación de los trabajos parlamentarios para convocar la comisión, emitir un dictamen y votarlo en el pleno”. Al final el Parlament retira el sueldo a Juvillà mientras Borràs escenifica que lo mantiene.

Recordemos que cuando Torrent cesó a Torra, igual que le ha tocado hacer a Borràs con Juvillà, el independentismo puso en la picota a Torrent. Ahora que lo hace Borràs, la culpa es de los letrados, y nadie chista. Sigamos.

Por su parte, con una impunidad pasmosa, Josep Costa, el que fuera vicepresidente del Parlament por JxCat, se quejaba en twiter de que los letrados no actúan al dictado del Govern: “Si no existe un letrado para hacer un informe diciendo que la JEC no puede dar órdenes ni hacer requerimientos al Parlament y que sus acuerdos no pueden alterar la composición de la cámara en contra del reglamento (algo obvio jurídicamente) ¿para qué les pagamos 100.000 o 200.000 euros?”.

Obviemos que cuando Costa ejercía sus funciones en el Parlament acató la decisión de la Junta Electoral de que Torra dejara de ser diputado por cuestiones similares a las de Juvillà, poner lazos amarillos. Y centrémonos en sorprendernos de que piense que la independencia judicial del TSJC pasar por obedecer al Govern.

Está claro que con esta clase política no podemos bajar la guardia. Ya lo decía Orwell, en 1984: “Si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. El que controla el pasado, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado.” Estaría bien que no olvidáramos cuando tengamos que votar que obviar las decisiones judiciales es el deseo de todo movimiento totalitario.

Más información

Archivado En