Más de 150 organizaciones se interesan por el metaverso catalán sin encontrarle aún un uso concreto
La Generalitat ha optado por lanzar CatVers en un estadio de desarrollo muy inicial, basado en una plantilla genérica de Mozilla
Más de 150 entidades y empresas catalanas se han interesado por CatVers, el metaverso catalán que la Generalitat presentó hace casi dos semanas. Son unas veinte las organizaciones que ya han abierto su propia sala en el nuevo mundo de realidad virtual, que aún están estudiando qué uso concreto le pueden dar a la herramienta, gestionada por el Centro Blockchain de Cataluña. El estadio de desarrollo del metaverso —concepto popular ...
Más de 150 entidades y empresas catalanas se han interesado por CatVers, el metaverso catalán que la Generalitat presentó hace casi dos semanas. Son unas veinte las organizaciones que ya han abierto su propia sala en el nuevo mundo de realidad virtual, que aún están estudiando qué uso concreto le pueden dar a la herramienta, gestionada por el Centro Blockchain de Cataluña. El estadio de desarrollo del metaverso —concepto popular tras el anuncio de Facebook (ahora Meta) de impulsar el suyo— es embrionario. Está basado en una plantilla genérica del programa Hubs de Mozilla.
El vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, presentó CatVers de forma rimbombante. Lo comparó con la llegada del hombre a la Luna y dijo que prescindir ahora de una herramienta de ese tipo, sería como “haber renunciado a tener TV-3″ en su momento. Sin embargo, entrando a una de las salas de realidad virtual el espectador se encuentra con un diseño muy básico, de una herramienta de software libre con una personalización limitada con imágenes de Cataluña como Montserrat, castellers o el hotel Vela. Alojada en un servidor de Amazon, permite a sus gestores abrir salas personalizadas para cada una de las entidades interesadas, sin conexión entre ellas.
“Ninguna iniciativa es mala, pero ahora tenemos la fiebre del oro. El metaverso es una palabra de moda y hay una voluntad de estar presente en todos los sitios”, opina sobre el mundo virtual de la Generalitat el director del posgrado de Desarrollo de Aplicaciones Web de la UOC, César Córcoles. El profesor considera que “por tener inversión pública [CatVers] tendría que ser un proyecto un poco más claro y definido”, aunque dice no tener “ningún argumento sólido” para poder afirmar que la iniciativa no pueda ser “un éxito” dentro de seis meses. “En un tiempo tendrán que rendir cuentas”, concluye sobre un software que cuenta, según sus impulsores, con una inversión “de entre 10.000 y 20.000 euros” que se doblará durante 2022.
El presidente del Centro Blockchain de Cataluña, Quirze Salomó, explica que la intención de CatVers es ser sostenible económicamente. A partir de febrero las entidades adheridas tendrán que pagar una cuota “asequible” para hacer uso de las salas (hasta entonces gratuitas). La intención de la web, que cuenta también con el apoyo de la Cámara de Comercio de Barcelona, es que sea un lugar de encuentro para hacer negocio. Salomó apunta que la tecnología blockchain que servirá para efectuar transacciones económicas, “seguramente” estará disponible en CatVers a partir de febrero, cuando está previsto que este universo permita también realizar exposiciones culturales: “El mundo de la creación está muy receptivo”. Otra idea es crear un campus universitario virtual. Está también por definir el “modelo de gobierno” del CatVers, donde los impulsores quieren dar voz tanto a las entidades como a sus clientes/simpatizantes.
La pandemia continúa boicoteando los encuentros físicos y, en este sentido, el Grupo Edebé (adherido a CatVers) está explorando qué uso le puede brindar el metaverso público. La compañía, que destaca su apuesta por la innovación, ha optado recientemente por una herramienta de realidad virtual similar para realizar una convención comercial. La Asociación Catalana de Esperanto ya tiene una sala propia en CatVers. “Estamos ilusionados”, afirma el responsable de comunicación de la entidad, Enric Pineda. Todavía en fase de exploración, explica que ven CatVers como una herramienta potencial para organizar conferencias y exposiciones. El psicólogo Ramon Minoves también se ha adherido al metaverso para “experimentar” posibles usos en un espacio del que valora la seguridad de los datos al tener el aval de la Generalitat.
Córcoles valora positivamente que haya “diversidad de metaversos” y, en este sentido, Salomó explica que el Centro de Blockchain de Cataluña también verá con buenos ojos si, en un futuro, se crea una comunidad catalana en el metaverso de Mark Zuckerberg. Salomó, que dirigió la tecnológica Boira Digital de 2012 a 2020, justifica la precocidad con la que la Generalitat se ha lanzado al metaverso con un paralelismo con la Wikipedia en catalán. “Fue un éxito porque fue una de las primeras lenguas [la primera] que existió junto al inglés”, recuerda el responsable del centro que tiene como misión estimular un ecosistema de blockchain en Cataluña.
Uno de los sueños de Puigneró desde que es conseller es diseñar una república digital catalana, con una digitalización de los servicios similar a la de países como Estonia, donde ha viajado en varias ocasiones. Ahora ve en el metaverso “un paso más hacia la república digital”, mermada por la ausencia aún de un sistema de identificación en el que Políticas Digitales estuvo trabajando y el Gobierno tumbó en 2019 al verla como una alternativa al DNI. El vicepresidente también ha intentado promover el voto electrónico, pero la ley para hacerlo efectivo para los catalanes residentes al extranjero fue tumbada en el Parlament a finales de 2020. Puigneró sí ha conseguido en sus mandatos hacer crecer una red de fibra óptica propia de la Generalitat (Xarxa Oberta), a la que este año dedicará 85 millones.