El Parlamento catalán busca la reparación histórica de las mujeres condenadas por brujería

La propuesta de ERC, Junts, CUP y los comunes pide a los ayuntamientos incorporar el nombre de víctimas al nomenclátor

Recreación histórica de un proceso por brujería.
Barcelona -

La campaña de la revista de temas históricos Sapiens sobre la revisión de la brujería en Cataluña, que lleva por título “No eran brujas, eran mujeres”, ha recalado en el Parlamento de Cataluña. Esquerra, Junts, CUP y En Comú Podem defenderán en el pleno de la próxima semana una propuesta de resolución conjunta que aboga por “reparar la memoria histórica” de las mujeres “injustamente condenadas, ejecutadas y reprimidas” por supuestamente dedicarse a la brujer...

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La campaña de la revista de temas históricos Sapiens sobre la revisión de la brujería en Cataluña, que lleva por título “No eran brujas, eran mujeres”, ha recalado en el Parlamento de Cataluña. Esquerra, Junts, CUP y En Comú Podem defenderán en el pleno de la próxima semana una propuesta de resolución conjunta que aboga por “reparar la memoria histórica” de las mujeres “injustamente condenadas, ejecutadas y reprimidas” por supuestamente dedicarse a la brujería. El texto, que ya cuenta con la mayoría necesaria para salir adelante, pide, entre otras cosas, que los ayuntamientos tengan en cuenta el nombre de víctimas de la Inquisición o de la justicia secular a la hora de modificar el nomenclátor.

La propuesta de resolución firmada por los grupos independentistas y los comunes, que se había registrado en noviembre del año pasado, pide reconocer a las supuestas hechiceras como víctimas de una “persecución misógina”. También se insta al Govern a que dentro de esas acciones para “dignificar y reivindicar” a las supuestas brujas se “impulsen estudios académicos con perspectiva de género sobre la caza de brujas y sus causas”.

De prosperar, el texto también emplazará a los ayuntamientos catalanes a que revisen el nombre de sus calles para incorporar “los nombres de las mujeres condenadas por brujería en su municipio, como ejercicio de reparación histórica y de feminización de los nombres de las calles”. Una de las candidatas podría ser Antonia Rosquellas, vecina de Viladrau. Tras un inhumano interrogatorio, suspendida de una polea y con pesos en los pies, “confesó” la asistencia a un “aquelarre”. Como explicó Jacinto Antón en este diario, hace 15 años, esa localidad de Girona fue puntera en la clasificación de brujas cazadas en Cataluña: 14 ahorcadas entre 1618 y 1622. No fueron quemadas pues, en ese momento, no les perseguía la Inquisición sino la justicia secular.

En 2007, el Museo de Historia de Cataluña acogió la exposición Per bruixa i metzinera (Por bruja y envenenadora), que daba cuenta de la magnitud de la persecución a mujeres que por su situación económica, saberes o etnia no encajaban en el arquetipo femenino de la Edad Media y comienzos del Renacimiento y fueron perseguidas de manera sistemática. La propuesta de resolución también busca que la caza de brujas ingrese al currículum educativo.

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