Plan de choque para contener un 50% más de incendios forestales
La Generalitat prevé invertir 72 millones de euros y multiplica por seis el presupuesto en prevención ante la amenaza de los fuegos de sexta generación
Inversión millonaria para aplacar la capacidad lesiva de los incendios forestales. El departamento de Acción Climática de la Generalitat ha presentado un plan de choque para el periodo 2022-2025, durante el cual se prevé gastar 72 millones de euros en actuaciones contra el fuego. La partida multiplica por seis la dotación actual y responde a la previsión de que los incendios forestales crecerán un 50% en los años venideros. “No es...
Inversión millonaria para aplacar la capacidad lesiva de los incendios forestales. El departamento de Acción Climática de la Generalitat ha presentado un plan de choque para el periodo 2022-2025, durante el cual se prevé gastar 72 millones de euros en actuaciones contra el fuego. La partida multiplica por seis la dotación actual y responde a la previsión de que los incendios forestales crecerán un 50% en los años venideros. “No es una opinión, es información”, justificó la consejera Teresa Jordà, este jueves en Sant Cugat del Vallès, durante el acto de presentación del plan.
La prevención se presenta como la clave para poder contener el empuje de las llamas. Dando por descontado que en el arco mediterráneo los fuegos en el bosque son inevitables, las condiciones cada vez más radicales de temporadas de sequía, combinadas con episodios de fuertes tormentas, ponen en jaque la masa forestal. La consejera Jordà se refirió al escenario de “emergencia climática”. A ese contexto, se le suma que la boscosidad crece descontrolada por el incesante abandono de tierras agrícolas. El matorral y el sotobosque ganan espacio y se convierten en combustible potencial para cuando las llamas arrancan. “Los incendios se apagan en invierno”, dijo el pasado verano Pere Aragonès. “Que no se quede en una frase hecha”, ha abundado este jueves Jordà.
El president hizo aquellas declaraciones a finales de julio, cuando se desplazó al incendio que acechó Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà). Los mandos de los bomberos habían advertido que aquel era un fuego con alto potencial lesivo. La fusión de las complicadas condiciones climatológicas, fuerte calor y viento, con una orografía óptima para el rápido avance de las llamas hasta las zonas habitadas, dejó al límite del desborde a los equipos de extinción, que incluso se tuvieron que replegar ante la peligrosidad de trabajar bajo un conato de pirocúmulo. Este fenómeno consiste en una nube de fuego y humo que sobrevuela las llamas y las retroalimenta. Los bomberos identificaron el de Santa Coloma de Queralt como un ejemplo de incendio de sexta generación y los técnicos contraincendios avisaron que aquel no iba a ser un hecho aislado. La cercanía de urbanizaciones y de zonas residenciales con los bosques desaliñados es uno de los factores que multiplica el riesgo y que refuerza el concepto de incendio de sexta generación.
Teresa Jordà justifica que el plan contraincendios es “el más ambicioso de la historia de Cataluña” y persigue “preparar” los bosques de Cataluña ante la presumible llegada del fuego. El presupuesto salta de los tres millones de euros anuales, a los 18.
Se identifica un mapa de zonas prioritarias: Prepirineo de Lleida, los macizos litorales de la Costa Central y la Costa Brava, las zonas de montaña del interior de Tarragona y las Terres de l’Ebre, y la Cataluña Central. En esos pulmones verdes se gastarán 6,8 millones de euros para crear perímetros de protección prioritaria (PPP). Se trata de llevar a cabo actuaciones de desbrozo y limpieza forestal para aligerar la carga boscosa y cercenar la continuidad de la masa de vegetación. Se identifican infraestructuras básicas de prevención de incendios, como los aclarados, y disponer de una trama de pistas forestales estratégicas y de puntos de reserva de agua.
El plan incluye un fondo de cinco millones de euros para financiar las actuaciones que puedan llevar a cabo propietarios privados. El 75% de la superficie forestal de Cataluña es de titularidad privada.
También se prevé desarrollar una nueva APP móvil para gestionar las actividades con riesgo de incendio forestal. El programa informático que se puso en funcionamiento hace más de 10 años ha registrado más de 100.000 notificaciones anuales, entre comunicaciones de quemas y autorizaciones para hacer fuego. Ahora se actualizará con la nueva aplicación. A la vez, la Generalitat afirma que también se modernizarán las herramientas de previsión del peligro de incendio forestal, incorporando la inteligencia artificial, las fotografías de satélite y los mapas de variables biofísicas, que permitirán una mayor concreción territorial y temporal de los diferentes episodios de peligro.
El año pasado se desencadenaron más de 500 incendios forestales en Cataluña. Según datos de la Generalitat, en ocho de cada diez casos hay una causa humana, ya sea voluntaria o negligente, detrás del inicio de las llamas.