‘Gardenia’: vuelven las veteranas de la gran batalla de la transexualidad
El emotivo espectáculo de Alain Platel regresa al festival Temporada Alta diez años después en una nueva versión con el elenco original
Cuando el director y coreógrafo belga Alain Platel le preguntó este verano al joven estudiante de teatro en prácticas de la compañía qué le parecía la obra que estaban ensayando, Gardenia, 10 años después, respondió impactado: “Es como estar viendo a los veteranos de una gran batalla”. Eso son, veteranos de guerra, de una guerra que dura, los siete intérpretes, travestidos y transexuales, todos ya en la setentena, que explican sus emotivas historias personales en la nueva versión del cé...
Cuando el director y coreógrafo belga Alain Platel le preguntó este verano al joven estudiante de teatro en prácticas de la compañía qué le parecía la obra que estaban ensayando, Gardenia, 10 años después, respondió impactado: “Es como estar viendo a los veteranos de una gran batalla”. Eso son, veteranos de guerra, de una guerra que dura, los siete intérpretes, travestidos y transexuales, todos ya en la setentena, que explican sus emotivas historias personales en la nueva versión del célebre espectáculo de Les Ballets C de la B. Es el mismo elenco que subió al escenario hace una década y conmovió al mundo con el relato de sus complejas vidas en el paso de hombres a mujeres, con su pasión artística y con su valor. Han vuelto a las tablas con más edad y en una puesta en escena que resitúa el tema, necesariamente, en un momento en el que las cuestiones de género están en el epicentro del debate sobre el modelo de sociedad. El montaje, en el que sólo falta del reparto original Andrea de Laet, fallecido hace cinco años, se representa el viernes y el sábado en el festival Temporada Alta (Teatre Municipal de Girona) en lo que significa el estreno en España de la nueva versión.
La primera Gardenia surgió (es tentador decir floreció) cuando la actriz con reasignación de género Vanessa van Durme, inspirada por un documental sobre el cierre de la famosa Bodega Bohemia de Barcelona, con sus viejos artistas de cabaré, les propuso a los directores Platel y Franck van Laecke (que vuelven a codirigir ahora) y al compositor Steven Prengels realizar un espectáculo con los testimonios que había recogido de diversos amigos transexuales y travestis.
Este mediodía, en la presentación de Gardenia, 10 años después, Platel y Laecke han recordado sus dudas de entonces sobre la dirección que debía tomar la obra y ante la falta de experiencia teatral de la mayoría del elenco, y también su sorpresa al ver la fuerza escénica con que explicaban sus historias. “Estaban entusiasmadas con el proyecto, era algo apasionante, pero hacer un espectáculo era otra historia”, ha dicho Platel. “Franck les invitó a rellenar una caja de zapatos con cosas importantes para ellas, fotografías, recuerdos. Y durante los ensayos tenían que sacar esos objetos y hablar de ellos; de ahí fueron surgiendo las historias personales”. Fue difícil para los directores, han contado, decidir cuánto de lo de las vidas íntimas tenía que entrar en el espectáculo, qué debía ir a escena y qué quedar en el ámbito privado. “Se abrieron completamente, nos lo dieron todo, con una verdad y honestidad inmensas, pero nosotros debíamos protegerlas y usar lo que nos regalaban con cautela”. Gardenia resultó un éxito y “ahora actúan con mucha más seguridad”. El espectáculo fue el primero de Platel que se pudo ver en el Temporada Alta, donde luego se ha convertido en un habitual (esta será la sexta ocasión en que acude un montaje suyo).
Del hecho de volver a remontarlo con sus intérpretes “sólo un poco mayores”, Platel ha dicho que la primera vez “no estoy seguro de que fuéramos conscientes de la trascendencia del tema; fue el encuentro con Vanessa para hacer un espectáculo sobre ella y sus amigos lo que nos impulsó”. Ahora, “es un asunto mucho más presente, la identidad de género y la transexualidad interesan a muchísima gente, y un espectáculo como este es un recordatorio muy importante de las personas pioneras”. El director ha recalcado que Gardenia, 10 años después,” encaja hoy en día y alienta el debate”. Van Laecke ha añadido: “Alain y yo encontramos un universo que no esperábamos, nos ayudó a descubrir mucho más de lo que imaginábamos. La alternativa era hacer algo anecdótico o ir más a fondo y crear un universo en el escenario en el que encajaran las historias personales. Decidimos recrear su entorno, su ambiente y de ahí surgió una representación escénica que genera muchas preguntas y algunas respuestas”.
Del hecho de que las veteranas tengan diez años más, los directores han coincidido en destacar que el espectáculo se ha hecho más “vulnerable” a nivel físico. Esa vulnerabilidad supone una ventaja, han dicho, porque hace más conmovedora la función. “Ellas se quieren ver tan guapas y seductoras como antes, y se acrecienta la tensión original entre sueño y realidad”, ha apuntado Van Laecke. “Además, al público le parece extraordinario y conmovedor ver que esa gente que se ha hecho mayor tiene aún ganas de lucha”. Platel ha añadido que el espectáculo “descubre este mundo a muchos espectadores, que se enamoran de esta gente por la intensidad y la generosidad con que muestran sus vidas”. Los directores han destacado el papel de Vanessa van Durme que sigue siendo una presencia arrolladora en el escenario. Junto a ella actúan Griet Debacker, Richard Tootsie Dierick, Danilo Povolo, Gerrit Becker, Hendrik Lebon, Dirk van Vaerenbergh y Rudy Suwyns.
¿Y qué transmite ahora de nuevo Gardenia? “Que la lucha no ha acabado”, han acordado los directores, que han resaltado que probablemente muchos espectadores “no se plantearán ellos mismos transformarse, pero en el espectáculo hay muchos elementos no sólo para entender a personas como las que actúan, sino para saber cómo gestionar tu propia vida, sea como sea”.
Christiane Jatahy y ‘Dogville’
Este fin de semana es especialmente notable en Temporada Alta. Además de Gardenia, y de la actuación de Ara Malikian el sábado en el Auditori de Girona, se podrá ver viernes y sábado en el centro El Canal de Salt Entre chien et loup, de la interesantísima creadora brasileña Christiane Jatahy, una revisión escénica de la película Dogville de Laers von Trier. “La idea es construir un diálogo con el filme y confrontarlo desde el teatro”, ha explicado Jatahy. Para ella, el reto principal es hablar del fascismo y cómo viene siempre de manera imperceptible, enmascarado”. Ha señalado que “lo que nos ha pasado en Brasil con Bolsonaro nunca lo hubiéramos imaginado, no vimos venir al monstruo, porque no viene con cara de monstruo”. Ha recordado que un aspecto del fascismo es “la perpetración de un patriarcado tóxico que se dirige especialmente contra las mujeres, igual que contra los gays, la selva y la ecología”.