El estadounidense que se coló en las protestas del ‘procés’
Charles A. Pittman afronta una petición de seis años de cárcel y su expulsión de España acusado de intentar quemar, sin éxito, un contenedor
Charles A. Pittman es el más peculiar de todos los detenidos por las protestas contra la sentencia del procés que sacudieron Barcelona en octubre de 2019. Poco antes del mediodía del día 18, este estadounidense de 30 años afincado en Barcelona se acercó a la plaza de Catalunya, donde se celebraba una manifestación —en ese momento masiva y sin incidentes— ...
Charles A. Pittman es el más peculiar de todos los detenidos por las protestas contra la sentencia del procés que sacudieron Barcelona en octubre de 2019. Poco antes del mediodía del día 18, este estadounidense de 30 años afincado en Barcelona se acercó a la plaza de Catalunya, donde se celebraba una manifestación —en ese momento masiva y sin incidentes— a favor de los líderes independentistas condenados por el Tribunal Supremo. Pittman se dirigió a un contenedor de residuos y metió medio cuerpo dentro. La fiscalía sostiene que hizo arder unos rollos de papel higiénico con la intención de “calcinarlo por completo”. Él defendió este martes, en el juicio, que solamente buscaba materiales para reciclar —una de sus ocupaciones cotidianas— y que ni siquiera estaba al corriente de la realidad política catalana.
Pittman dejó una vida estable en Estados Unidos y se instaló hace cuatro años en Barcelona, donde vive un hermano suyo. Es su único arraigo. No tiene trabajo ni domicilio conocido. Duerme donde puede. Es un nómada. El hombre, que luce unas llamativas rastas rubias, llegó a la Ciudad de la Justicia con aire despistado y tomó asiento, ensimismado, hasta que comenzó la vista oral. “No estaba haciendo nada más que reciclar. No he quemado nada. Había mucha gente y yo pasaba por allí, pero no sabía ni por qué estaban protestando”, contó al juez con ayuda de un intérprete de inglés.
Los policías relataron que, aunque no vieron a Pittman con el mechero en la mano, sí observaron que del contenedor de residuos salía humo (llamas, matizó un agente). El conato de incendio se extinguió rápidamente y el contenedor apenas sufrió daños que la acusación cifra en 489 euros. La defensa insiste en que Pittman no prendió fuego a nada y solo estaba en el lugar y el momento equivocados. Los agentes aseguraron que le identificaron por su ropa y por su aspecto y que le detuvieron cuando ya tenía medio cuerpo dentro del receptáculo.
La fiscalía mantuvo al final del juicio la acusación inicial, una muestra de la mano dura con que está tratando las causas relacionadas con los graves incidentes ocurridos a raíz de la sentencia que condenó a penas de 9 a 13 años de cárcel a los líderes del procés, con el exvicepresidente Oriol Junqueras a la cabeza. La semana de protestas en las principales ciudades catalanas se saldó con unos 600 heridos, más de cien detenidos —28, entre ellos Pittman, ingresaron en prisión provisional— y daños que superaron los 2,5 millones de euros.
Pittman afronta una petición de seis años de cárcel por dos delitos (desórdenes públicos y daños en un bien de uso público) que, en realidad, responden al único hecho de intentar quemar un contenedor sin conseguirlo. La fiscalía subraya como prueba que en el pantalón y en la riñonera del norteamericano la policía encontró siete mecheros, un bote de pintura de color naranja, una “plantilla manchada de pintura con la figura de un zorro” y unas hojas con anotaciones.
Si es condenado, Pittman podría tener que regresar a Estados Unidos. La fiscalía ha pedido que cumpla dos tercios de la pena y, después, sea expulsado de España, adonde no podría regresar en los próximos ocho años. El otro riesgo, el de la cárcel, este protagonista improbable del procés ya lo conoce: el titular del juzgado de instrucción número 30 de Barcelona le mantuvo cinco meses en prisión preventiva por el incidente del contenedor. Salió a finales de marzo de 2020, en pleno estado de alarma por la pandemia, a un mundo cambiado.