La variante delta y la protección vacunal
No se dispone aún de datos sólidos sobre su gravedad, pero estudios realizados sugieren que el riesgo de hospitalización en personas infectadas es aproximadamente el doble que en los infectados por la alpha
El incremento incontrolado del número de casos de covid-19 en estas dos últimas semanas asociado a la mayor interacción social entre los jóvenes, a la apertura del ocio nocturno, a la recuperación de conciertos y eventos masivos con grandes aglomeraciones de personas, todo ello unido a la circulación de una nueva variante del v...
El incremento incontrolado del número de casos de covid-19 en estas dos últimas semanas asociado a la mayor interacción social entre los jóvenes, a la apertura del ocio nocturno, a la recuperación de conciertos y eventos masivos con grandes aglomeraciones de personas, todo ello unido a la circulación de una nueva variante del virus, la delta, es un cóctel explosivo que nos debe hacer reflexionar sobre sus consecuencias. Aunque, gracias a la vacunación de los grupos de población más vulnerables, es probable que el impacto de esta quinta ola sea menor a nivel de ingresos hospitalarios y de requerimientos de UCI, la libre circulación del virus conlleva un peligro: la aparición de mutaciones y nuevas variantes que hagan que el virus sea no sólo mas transmisible, sino que escape al efecto protector de las vacunas.
Todos los virus, entre ellos el SARS-CoV-2 evolucionan constantemente para adaptarse a su entorno, a través de mutaciones que provocan pequeñas modificaciones genéticas y que les confieren diferencias entre ellos. Hasta este momento, la Organización Mundial de la salud, ha descrito cuatro variantes, denominadas “de preocupación”, por su comportamiento epidemiológico: la alpha (británica), la beta (sudafricana), la gamma (brasileña) y la delta (india).
El comportamiento de una nueva variante es diferente al de la anterior. ¿Cómo se comporta la variante delta? Según estimaciones de la Public Health England (PHE), es un 64% mas transmisible que la variante alpha, que hasta ahora ha sido la predominante en Europa y que, a su vez, ya era más transmisible que el virus original de Wuhan (China). Su forma clínica de presentación también difiere de los síntomas iniciales clásicos de la covid-19, siendo en este caso similares a los de un resfriado común: rinorrea, cefalea y dolor de garganta. No se dispone aún de datos sólidos sobre su gravedad, pero estudios realizados en Inglaterra y Escocia sugieren que el riesgo de hospitalización en personas infectadas por la variante delta es aproximadamente el doble que en los infectados por la alpha.
¿Y cuál es el grado de efectividad de las vacunas para la variante delta (india)? Según datos del PHE del Reino Unido, la efectividad para prevenir formas leves de la enfermedad es de sólo un 33% en aquellas personas que han recibido una única dosis de vacuna de AstraZeneca o de Pfizer, y aumenta al 60% y 88%, respectivamente con la segunda dosis. Afortunadamente, la protección para evitar formas graves y hospitalización es muy elevada: 71%-94% con la primera dosis y 92-94% con las dos dosis, respectivamente. Para el resto de vacunas no se dispone aún de datos de efectividad a nivel poblacional.
Las vacunas contra la covid son la mejor herramienta que tenemos para controlar la pandemia, pero hay que tener muy presente que cuanto más circule el virus, más posibilidades tiene de mutar y de que surja una nueva variante que escape a la protección de las vacunas. Este hecho implicaría la necesidad de reformular y fabricar nuevos preparados vacunales, y volver a vacunar a una gran parte de la población. Esta pandemia no se ha acabado, la prudencia y la responsabilidad de cada uno de nosotros es fundamental para poner freno a estas nuevas amenazas.