El sector empresarial exige ampliar el aeropuerto de Barcelona por el beneficio común

Un acto en ESADE escenifica el frente de apoyo a Aena y el tema genera tensión en el Parlament

Albert Garcia Gallego

La puesta en escena, este miércoles, del apoyo a Aena por parte de más de 200 entidades del sector económico y empresarial, volvió a poner el foco sobre la importancia que tiene no dejar pasar la ampliación en el aeropuerto de Barcelona y subrayó las cifras de la operación: 1.700 millones de euros de inversión y la creación de más de 80.000 puestos de trabajo directos. “¿Vamos a negárselo a las futuras generaciones?”, preguntó Javier Faus, presidente del Círculo de Economía, durante el acto celebrado en ESADE Barcelona...

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La puesta en escena, este miércoles, del apoyo a Aena por parte de más de 200 entidades del sector económico y empresarial, volvió a poner el foco sobre la importancia que tiene no dejar pasar la ampliación en el aeropuerto de Barcelona y subrayó las cifras de la operación: 1.700 millones de euros de inversión y la creación de más de 80.000 puestos de trabajo directos. “¿Vamos a negárselo a las futuras generaciones?”, preguntó Javier Faus, presidente del Círculo de Economía, durante el acto celebrado en ESADE Barcelona y donde se escucharon distintas voces, pero, todas, con el mismo mensaje: “Sí al aeropuerto, sí al futuro”.

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Los convocantes se arrogan autoridad en el debate que se ha creado en torno a la ampliación del Josep Tarradellas. “Somos un conjunto de entidades que representamos casi al 100% del PIB catalán, a 2,4 millones de asalariados, las autoridades nos tienen que escuchar a la hora de tomar decisiones trascendentes”, reivindicó Josep Sánchez Llibre, presidente de Fomento del Trabajo.

Una posición de presión que ha empezado a surgir efecto. La Generalitat, que mediante el exconsejero de Territorio Damià Calvet se había posicionado en contra de la ampliación, modera su discurso. El vicepresidente del Govern y consejero de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, aseguró este miércoles que Cataluña “no se puede permitir el lujo” de no tener “un aeropuerto preparado para la economía del siglo XXI”. Puigneró, relevo de Calvet en la cartera de Territorio, defendió que el principal reto de la legislatura pasa por trabajar para que Cataluña tenga “unas infraestructuras del siglo XXI”, lo que supondrá “adaptar” las actuales y añadir nuevas”.

También en el Parlament, el president Pere Aragonès tuvo que hacer equilibrios ante los reproches de la CUP, que le pidió rechazar la ampliación del aeropuerto por sus efectos medioambientales; y las quejas del socialista, Salvador Illa, que le acusó de no liderar este tema y evitar posicionarse de manera nítida. El diputado anticapitalista Dani Cornellà instó al líder del Govern a que escuche a las plataformas en defensa del delta del Llobregat. “Pueden elegir si quieren ser un gobierno verde, al lado de la transición ecológica o de recetas caducas”, le dijo. Illa presionó a Aragonès para que dijera si está a favor o no de la ampliación. El president insistió en la creación de una mesa de estudio para tomar una decisión que busque un equilibrio entre “la prosperidad y la conservación de la biodiversidad”, informa Camilo S. Baquero.

En ESADE, Josep Sánchez Llibre advirtió a Aragonès de que el margen para tomar una decisión es escaso: “El tiempo no nos sobra y el acuerdo tiene que ser rápido”. Durante el acto celebrado en la escuela de negocios intervino Andreu Mas-Colell, exconsejero de Economía de la Generalitat. Recordó que Barcelona ya dejó escapar la posibilidad de ser la sede de la Agencia Europea del Medicamento por un déficit de infraestructuras: “Nuestro aeropuerto no estaba tan bien conectado como el de Ámsterdam, que fue quien ganó”. A la hora de valorar la conveniencia o no de la ampliación, Mas-Colell instó a las administraciones políticas a que no se atribuían más competencias de las que ya tienen: “No hace falta que se entretengan a analizar las perspectivas empresariales del proyecto, quien arriesga su dinero es la empresa”, dijo. El exconsejero alertó sobre el riesgo de que Barcelona se deje llevar por una dinámica de renuncias: “Las ciudades competidoras en la atracción de talento tienen aeropuertos de primera”, manifestó. “Y no me refiero a Madrid”, puntualizó, antes de enumerar a “Milán, Viena y Tel Aviv”.

Decrecimiento

”Nos preocupa la apología del decrecimiento en nuestro país”, le secundó Javier Faus. “No podemos entender que un bien común que beneficia a la mayoría de la sociedad pueda no llevarse a cabo”, manifestó Antoni Cañete, de Pimec. Marco Sansavini, presidente de Vueling, la compañía que más actividad genera en El Prat, reivindicó el “compromiso” de la aerolínea con el aeropuerto. “Y tenemos intención de seguir invirtiendo”, anunció, sin obviar que “en 2019 el aeropuerto se encontraba cerca de su saturación”. Una situación de máxima capacidad que, según pronosticó, regresará cuando los efectos de la pandemia remitan. Operar con una infraestructura limitada provoca “problemas para los clientes y dificultades para incrementar la conectividad, y eso tiene un impacto en el desarrollo de Cataluña”, vaticinó Sansavini.

También la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se manifestó sobre la ampliación del aeropuerto. Reclamó abordarla “con honestidad” y evitar caer “en debates maniqueos, de ampliación sí o no”. Defendió que la intervención vaya orientada a mejorar la conectividad y las infraestructuras y a reducir las emisiones. Los comunes votaron en el pleno del mes pasado en contra de la ampliación del aeropuerto. Su socio de gobierno, el PSC, es partidario de la ampliación.

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