La vacunación reduce a la mitad las hospitalizaciones en un mes en Cataluña
Los positivos semanales, la presión hospitalaria y los índices de mortalidad caen a niveles del pasado verano
La vacunación ha cambiado la cara de la pandemia en Cataluña. Los positivos semanales, la presión hospitalaria y los índices de mortalidad han bajado hasta alcanzar niveles del pasado verano, cuando la comunidad vivió la mejor situación de la epidemia. Pero a diferencia de entonces, cuando la movilidad dio paso a una segunda ola, los expertos consideran que los peores escenarios han quedado atrás incluso con la reapertura de los sectores económicos....
La vacunación ha cambiado la cara de la pandemia en Cataluña. Los positivos semanales, la presión hospitalaria y los índices de mortalidad han bajado hasta alcanzar niveles del pasado verano, cuando la comunidad vivió la mejor situación de la epidemia. Pero a diferencia de entonces, cuando la movilidad dio paso a una segunda ola, los expertos consideran que los peores escenarios han quedado atrás incluso con la reapertura de los sectores económicos. La gran duda de los gestores de la pandemia es si las vacunas actuales serán capaces de resistir las posibles futuras mutaciones del virus.
Si las residencias fueron los primeros espacios donde la vacunación tuvo efecto, ahora la inmunización ha conseguido aliviar los hospitales. La presión asistencial se ha reducido un 71% desde que Cataluña alcanzara el pico de ingresados a finales de enero. Sin embargo, este descenso se ha acelerado en las últimas semanas, coincidiendo con la protección de la mayor parte de la población de más de 60 años.
Hace exactamente un mes, Cataluña registraba 1.625 hospitalizados, en un momento en que menos de la mitad de las personas de entre 60 y 65 años tenían al menos una dosis, mientras que la protección no superaba el 40% de la población de entre 66 y 79 años. Con la llegada masiva de nuevas dosis y la protección a estos colectivos de riesgo, la incidencia en los centros hospitalarios se ha reducido notablemente. Cataluña notificó ayer menos de 900 pacientes ingresados por la covid (857), casi la mitad que a finales de abril.
“Estamos empezando a ver la bajada final en los hospitales”, celebra Jesús Caballero, presidente de la Societat Catalana de Medicina Intensiva i Crítica, de la Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya. “Esta situación de presión hospitalaria descomunal está acabando, pero lo que quedará será el virus. El número de pacientes dependerá de la vacunación”. El ritmo actual es alto: Salud ha pasado de tener protegido al 24% de la población mayor de 16 años hace un mes, al 40% actual.
La comunidad sanitaria esperaba el efecto de la vacunación, pero no existe el mismo consenso al analizar por qué se contuvo la cuarta ola o por qué no ha habido repuntes después del fin del toque de queda. “Me han sorprendido los datos actuales”, admite Pere Domingo, coordinador covid en el hospital del Mar de Barcelona. “Tras ver las imágenes de las fiestas nocturnas se podía esperar un cierto repunte, y de momento no lo hemos notado”. La epidemióloga Magda Campins, jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología en el hospital Vall d’Hebron, aplaude la situación actual, pero pide calma antes de echar las campanas al vuelo. “Es un poco prematuro. A partir del lunes lo veremos. Los contagios que se hayan producido estas dos semanas pueden notarse en los hospitales la semana que viene”, alerta.
Una de las explicaciones que encuentran los expertos es que estas actividades sociales se realizaron al aire libre, donde el virus no se contagia con la misma facilidad. “Y mira que en aquellas fiestas circularon los fluidos”, bromea Domingo.
Caballero atribuye el control actual de la pandemia a una cantidad de personas vacunadas suficiente. “A pesar de no tener la inmunidad de rebaño, las personas vacunadas son significativas y hacen de cortafuegos”, analiza. “Lo vimos al final de Semana Santa y con la reapertura de la movilidad. Cada vez que había una reapertura y no había vacuna, llegaba un repunte. El miedo era que la relajación de las medidas y la apertura de la restauración tuviera un efecto en ingresos y contagios, pero la sorpresa es que los contagios y los datos siguen bajando”.
El ritmo de descenso, en cambio, sigue siendo más lento en las UCI. En el último mes los críticos han descendido un 30% al pasar de los 492 pacientes a los 315 notificados el domingo. La protección a los colectivos más vulnerables ha reducido la edad media de los críticos, que a su vez, tienen un sistema inmunológico más resistente a la covid. “La media de edad de los críticos es ahora de entre 50 y 60 años, cuando antes era de entre 60 y 70. Y si no tienen patologías de base, aguantan más”, señala Campins.
Liberar patentes
La vacunación también se ha notado directamente en la reducción del 66% de la mortalidad en cuatro semanas. Cataluña ha pasado de notificar 130 casos entre el 11 de abril y el 17, a registrar 44 en el mismo periodo de mayo. La edad media de las víctimas también se ha reducido desde los 82 años a los 71 actuales en un solo mes. “. La gente vulnerable está más protegida”, resume Domingo.
La salida de la pandemia, avisan los expertos, pasa por hacer llegar dosis a todos los rincones del mundo. Los sanitarios consultados avisan que el principal riesgo ahora es que las vacunas actuales no sean eficaces contra las posibles mutaciones que se produzcan en aquellos países con una situación de descontrol. “Si las cepas se desplazan por el mundo y son resistentes, los casos podrían aumentar”, entiende Caballero. “La vacuna debe completarse a nivel mundial, y aún hay países sin acceso a las dosis”.
Para conseguirlo, Campins aboga por liberar las patentes de las vacunas para poder producir más viales: “Es necesario. Hay una desigualdad tremenda entre ricos y pobres. Se debe garantizar el suministro, primero, por ética; y luego, incluso con una mirada egoísta, porque sin vacunas el virus seguirá circulando y eso puede afectarnos a todos”.