Barcelona identifica las bolsas de basura de los vecinos de Sant Andreu en la recogida puerta a puerta
Colau inicia el nuevo sistema con un apretado calendario que prevé extender a toda la ciudad en 2025
Barcelona inicia este mes de mayo el despliegue de la recogida de basura puerta a puerta, en los portales, que está previsto que en 2025 se haya extendido a toda la ciudad. Un calendario ambicioso que arranca el próximo día 24 en el casco antiguo de Sant Andreu y en la siguiente fase, a finales de año, se extenderá a Horta y a ...
Barcelona inicia este mes de mayo el despliegue de la recogida de basura puerta a puerta, en los portales, que está previsto que en 2025 se haya extendido a toda la ciudad. Un calendario ambicioso que arranca el próximo día 24 en el casco antiguo de Sant Andreu y en la siguiente fase, a finales de año, se extenderá a Horta y a Sant Antoni, donde se estrenarán los contenedores con identificador de usuario. El sistema, que desde hace tres años funciona en la zona antigua de Sarrià (solo 9.000 vecinos), alcanzará ahora casi 30.000, una cifra de habitantes superior a Berga, el mayor municipio catalán de los 200 que recogen basura puerta a puerta.
Para poner en marcha el nuevo sistema, el gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha comenzado a repartir este lunes entre los vecinos (en la plaza de la Palmera y en la Fabra i Coats) las cajas que contienen los cubos para la recogida de restos orgánicos y las bolsas para tirarlos, además de bolsas para el plástico y metal, y para la fracción resto. En todos los casos las bolsas llevan un chip asociado a una dirección que identifica a cada vivienda. La basura, pues, dejará de ser anónima y su identificación permitirá, a corto plazo, hacer pedagogía entre los vecinos que reciclen mal o no reciclen; y a la larga premiar a los que más reciclen, con una bonificación en el pago de la tasa de residuos.
“En ningún caso se multará ni se abrirán bolsas”, ha precisado el concejal de Emergencia Climática del consistorio barcelonés, Eloi Badia. Una alusión que evoca la polémica ciudadana que generó la entonces concejal Imma Mayol, que aseguró que el consistorio buscaba una fórmula jurídica garantista para multar a quienes tiraran la basura fuera de los contenedores. Y entre las ideas que hubo sobre la mesa figuraba abrir las bolsas.
En origen, el sistema puerta a puerta persigue mejorar los porcentajes de reciclaje y reducir la generación de residuos, ha recordado Badia, y responder a las exigencias de la Unión Europea, que fija que en 2030 debe reciclarse el 60% de la basura. En el casco antiguo de Sarrià, el índice de recogida selectiva ha pasado del 19% en 2018 al 55% en la actualidad. “Destaca sobre todo la reducción de la fracción resto (el contenedor gris), los residuos que no se pueden reciclar y por lo tanto son más contaminantes y caros de gestionar”, señala el Ayuntamiento.
En el casco antiguo de Sant Andreu (donde las viviendas afectadas son 11.600) la fracción orgánica se recogerá tres días a la semana, el plástico dos días, y el papel y la fracción resto, un día a la semana. El kit que está repartiendo el consistorio incluye un imán de nevera para que los vecinos sepan qué les toca bajar a la calle cada día (de 20 a 22 horas). El hecho de que la fracción resto se recoja un solo día a la semana está comprobado que mejora los índices de reciclaje. El vidrio se continuará tirando en un contenedor en la calle. Serán los únicos contenedores que permanezcan en la calle. Sumados entre grises (resto), marrones (orgánico), amarillos (envases) y azules (papel), se retirarán casi 300 contenedores.
Los vecinos dejarán las bolsas junto al portal de sus edificios en los días y horarios previstos. Y solo el orgánico se depositará con un pequeño cubo. Los edificios más grandes (unos 40 en la zona donde se implanta el sistema) tirarán los residuos orgánicos en unos pequeños contenedores, del tamaño de un buzón de correos, que se ubicarán junto a la puerta y se abrirán con una llave que solo tendrán los vecinos. Los pequeños comercios podrán seguir la misma pauta de los domicilios, y los grandes o restaurantes tendrán recogidas adicionales de todos los tipos de basura.
El sistema contempla también excepciones. Por ejemplo, los pañales o residuos humanos (que fermentan y no se pueden guardar una semana en casa) se podrán tirar en un vehículo que cada día recorrerá el barrio y tendrá diez paradas. Igual podrán hacer vecinos que no estén en casa a la hora o el día que toca tirar cada tipología de residuos. Para implantar la recogida puerta a puerta el consistorio ha hecho reuniones con 500 edificios durante cuatro meses, han explicado Badia y la concejal de Sant Andreu, Lucía Martín.