ERC pide a Junts que evite “jugar” con los plazos de la investidura
Los republicanos urgen a sus socios a cerrar ya el acuerdo para nombrar ‘president’ a Aragonès
Este sábado vence el ultimátum que la dirección de ERC, con Pere Aragonès al frente, lanzó a Junts para cerrar un Gobierno de coalición en Cataluña. Pero no se romperá nada: las negociaciones continuarán igualmente aunque con ERC cogiendo más en serio el guante lanzado por Junts de un Govern en solitario. Para esa opción, en todo caso, también son necesarios los votos de los de Carles Puigdemont. “Nosotros no queremos ag...
Este sábado vence el ultimátum que la dirección de ERC, con Pere Aragonès al frente, lanzó a Junts para cerrar un Gobierno de coalición en Cataluña. Pero no se romperá nada: las negociaciones continuarán igualmente aunque con ERC cogiendo más en serio el guante lanzado por Junts de un Govern en solitario. Para esa opción, en todo caso, también son necesarios los votos de los de Carles Puigdemont. “Nosotros no queremos agotar ni jugar con los plazos”, aseguró este jueves en el pleno del Parlament el líder republicano Josep Maria Jové. “Necesitamos un acuerdo ahora, esta semana mejor que la que viene”, añadió.
ERC dejó patente en la sesión de control su perplejidad por no haberse consumado aún la investidura 10 semanas después de las elecciones del 14-F. “Tenemos una urgencia social y nacional y no se entiende que no avancemos”, sintetizó Jové, el jefe de filas del grupo parlamentario republicano. Se repite así la situación de las últimas semanas: llega el fin de semana y los clamores de ERC para cerrar un acuerdo de inmediato suben de intensidad.
Junts, por su parte, obvió el tema de la investidura en su pregunta al president en funciones. Incluso el presidente de la bancada, Albert Batet, contrapuso la idea de urgencia nacional de Jové al hecho de que “a pesar de estar en funciones, este Govern gobierna”. Sí aprovechó Batet para poner sobre la mesa un tema que enfrenta a los dos futuros socios en el dibujo del organigrama del Ejecutivo: el de la gestión de los fondos europeos y la “centralización que siempre castiga a Cataluña”. Ambas formaciones quieren hacerse con el área que administre las ayudas, y de ahí el choque.
El primer pleno ordinario de la legislatura colmó este jueves la agenda de los diputados, que volvían al hemiciclo por primera vez desde diciembre del año pasado. La sesión constitutiva y los plenos fracasados de investidura se habían celebrado en el auditorio. Por eso el jueves no fueron muy visibles las reuniones de negociación entre los dos partidos. La comparecencia de Meritxell Serret este viernes en el Tribunal Supremo, dentro de la causa al procés, también limitará los contactos.
El propio Aragonès había planteado, el pasado 16 de febrero, la posibilidad de gobernar solo. “Estamos preparados para gobernar en solitario, pero no queremos”, dijo en TV-3. Pero ahora ERC insiste en que fue el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, el que realmente abrió la puerta. Una parte de ese partido, sin embargo, cree que es un suicido renunciar al poder. “Si vemos que el sábado o el domingo no es posible [cerrar el Govern de coalición] exploraremos otros formatos con Junts”, insistió el diputado Sergi Sabrià.
La comparecencia de Aragonès y el cinturón sanitario entorno a Vox
El Parlament aprobó ayer por unanimidad -por tanto, con los votos a favor de ERC- la comparecencia de Aragonès para que dé cuenta del impacto de la crisis generada la covid-19. La votación ilustró lo que comporta el cinturón sanitario en torno a Vox. Los tres grupos constitucionalistas -PSC, Ciudadanos y PP- y Vox presentaron peticiones de comparecencia parecidas pero el resultado fue diferente. Las tres primeras se votaron en bloque y recibieron el apoyo de 126 diputados mientras la del partido de extrema derecha se votó en solitario y recibió solo 18 votos a favor -los suyos, de Ciudadanos y PP- y 110 en contra. Los partidos independentistas, comunes y PSC firmaron un decálogo en el que se comprometen no votar a favor de las resoluciones de Vox.
Los republicanos se resignan a una semana más sin poder cerrar el Govern —Junts dice que solo dará el sí cuando tenga “un buen acuerdo”—, pero en el fondo de su clamor existe el temor a que cualquier imprevisto (algo no descabellado dado el momento pandémico) termine por descabalgar la llegada de Aragonès al Palau de la Generalitat. De ahí que quieran evitar que el pleno se haga en el último minuto (si no hay investidura el día 26 habrá que convocar de nuevo elecciones).
El pleno en la Cámara catalana también arrojó por primera vez el debate entre Aragonès y Salvador Illa, aspirantes ambos a asumir el cargo y sin los votos necesarios para ser investidos. El socialista acusó al republicano de haber encadenado tres fracasos: no alcanzar un acuerdo para suplir a Quim Torra, en septiembre pasado, y dos debates de investidura fallidos. “Cada día que pasa se debilita su autoridad. Cada ultimátum que pone usted sobre la mesa le resta credibilidad”, afirmó Illa, que invitó a Aragonès a dar un paso al lado y sumarse a la mayoría de izquierdas. El líder de ERC se revolvió: “La realidad es tozuda. Con los resultados del 14-F, usted no será presidente. Porque, aparte de su grupo, ¿hay alguien más que quiera darle apoyo?”, le preguntó Aragonès. Nadie, ni siquiera En Comú Podem, ha ofrecido sus votos a Illa.