“Nos sobra una dosis, ¿le va bien venir ahora?”

La falta de viales y de un protocolo de vacunación común para los mayores de 80 años sin dependencias aumenta la incertidumbre de los pacientes y lleva a los CAP a una “microgestión” variada

Una persona recibe la primera dosis de la vacuna de Pfizer en el CAP d'Horta de Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)

Begoña Ichazo es responsable de enfermería del CAP Sardenya de Barcelona y el pasado miércoles al mediodía buscaba a una persona mayor de 80 para vacunarla. Uno de los ancianos que estaban programados para recibir la primera dosis avisa de que no puede venir porque tiene que ir a urgencias e Ichazo necesita encontrar con celeridad a un sustituto. Las dosis de Pfizer duran dos horas y son muy escasas, por lo que no se puede perder ninguna. La responsable mira en la lista y llama a una mujer de unos 80 años para citarla inmediatamente. “Ahora vendrá”, avanza. “...

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Begoña Ichazo es responsable de enfermería del CAP Sardenya de Barcelona y el pasado miércoles al mediodía buscaba a una persona mayor de 80 para vacunarla. Uno de los ancianos que estaban programados para recibir la primera dosis avisa de que no puede venir porque tiene que ir a urgencias e Ichazo necesita encontrar con celeridad a un sustituto. Las dosis de Pfizer duran dos horas y son muy escasas, por lo que no se puede perder ninguna. La responsable mira en la lista y llama a una mujer de unos 80 años para citarla inmediatamente. “Ahora vendrá”, avanza. “La hemos llamado a ella porque una mujer de 80 años podrá venir con más facilidad y ligereza que una persona de 95 años, que quizás necesita ayuda de movilidad. Y tenemos que administrar esa dosis sobrante”, dice.

Los Centros de Atención Primaria gestionan la vacunación de la población dependiente, en atención domiciliaria y mayor de 80 años de su zona sanitaria. El Departamento de Salud estableció los grupos prioritarios para la segunda fase de vacunación y delegó en los CAP el orden de selección de los mayores de 80 años sin dependencias por su conocimiento de los pacientes y su experiencia en la vacunación de la gripe. En el CAP Sardenya, por ejemplo, Ichazo convoca a los ancianos de mayor a menor edad. “Empezamos con una persona de 104 años, y vamos bajando”, explica. En caso de necesidad, para no malbaratar ninguna dosis, se buscan alternativas, como buscar respuestas a una pregunta recurrente: “Nos sobra una dosis, ¿le va bien venir ahora?”.

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En otro centro del distrito de Gràcia de Barcelona, las enfermeras buscan quién tiene una visita programada. “Los doctores saben qué paciente tiene una situación clínica más complicada, y se le llama antes de venir para informarle de que le podemos administrar la vacuna el mismo día de su visita”, concreta la directora. En el CAP Pare Claret, como en otros centros, aún no han empezado a vacunar a mayores de 80 años no dependientes, y aún no hay un proceso de selección para este colectivo, según expone una fuente del centro sanitario.

“Sin criterio definido”

Muchos usuarios mantienen la duda de qué orden se sigue porque no existe ningún protocolo común de la Generalitat y en cada centro puede ser diferente. “No hay un criterio definido porque los equipos médicos conocen bien a su población mayor de 80 años y deciden el orden de la vacunación”, reivindica Ricard Riel, director asistencial de los CAP de Barcelona. “Existe una microgestión en cada centro, que sabe los casos clínicos individuales. Puede ser que a un paciente que se visita por la diabetes le pregunten si le interesa vacunarse porque sobran dosis. La premisa es no perder ninguna. Queremos mandar un mensaje de tranquilidad porque las próximas semanas llegaremos a más gente”. En el resto de España, algunas comunidades sí siguen un orden establecido: Galicia avisa por orden alfabético empezando por la letra H; mientras que Baleares, Castilla-La Mancha y Navarra comienzan por los más ancianos.

La Generalitat ya anunció que está preparada para vacunar a 150.000 personas diarias, pero la distribución de los viales no acelera. “Ahora tenemos que estar parados”, lamenta Ichazo, una vez ya han administrado todas las vacunas disponibles. “Podríamos estar vacunando mañanas y tardes a un ritmo mucho más alto. Tenemos manos, pero nos faltan las dosis y la gente mayor está inquieta”, añade.

“Esta semana nos han llegado solo 84 dosis”, lamenta una responsable

La falta de viales es el principal escollo de la fase de vacunación. “A diferencia de la época de la gripe, las vacunas no llegan y los ancianos están mucho más preocupados por el impacto de la covid”, coincide la misma directora del CAP del distrito de Gràcia. “Hemos tenido que desprogramar visitas por falta de dosis”, añade. Los vecinos de la zona se acercan a conocer los plazos de la vacunación o llenan las líneas telefónicas de preguntas. “¿Y a mí, cuándo me van a llamar?”, cuestionan muchos afectados, según los cuatro centros barceloneses consultados. La respuesta es prácticamente la misma: “No tenemos vacunas y ya les avisaremos”.

Cataluña ha recibido esta semana de 84.000 dosis de Pfizer, dirigidas a la población de riesgo; y unas 87.000 de AstraZeneca, de momento restringidas a menores de 55 años. El reparto es escaso en los centros. “Esta semana nos han llegado solamente 84 vacunas”, resume Ichazo. En el centro de Gràcia consultado tienen unas 120; y en el CAP Sagrada Familia, unas 200 para dos equipos de vacunación. El área de influencia de estos centros es de entre 1.700 y 2.000 personas mayores de 80 años aproximadamente. “El ritmo es lentísimo”, coinciden. Sin viales y sin un protocolo de selección, los ancianos siguen esperando una llamada.


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