Los comercios abrirán simbólicamente este sábado como protesta

Los establecimientos no esenciales piden a la Generalitat que levante la restricción

El centro comercial Finestrelles, de Esplugues de Llobregat, el uno de marzo pasado, cuando reabrieron tras las restricciones del covid.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Los comercios no esenciales de Barcelona abrirán sus puertas este sábado de las diez de la mañana a la una del mediodía simbólicamente para protestar por las restricciones que sufren por la pandemia. La finalidad de la acción es visualizar su problema y presionar al Govern a que les autoricen abrir los sábados. “Todo el mundo sabe que durante la semana solo hay tiempo para lo imprescindible. Los sábados son el mejor día para el cliente y también para las tiendas que hacen entre el 16% y el 20% de la facturación de la semana”, ex...

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Los comercios no esenciales de Barcelona abrirán sus puertas este sábado de las diez de la mañana a la una del mediodía simbólicamente para protestar por las restricciones que sufren por la pandemia. La finalidad de la acción es visualizar su problema y presionar al Govern a que les autoricen abrir los sábados. “Todo el mundo sabe que durante la semana solo hay tiempo para lo imprescindible. Los sábados son el mejor día para el cliente y también para las tiendas que hacen entre el 16% y el 20% de la facturación de la semana”, explica Nuria Paricio, directora General de Barcelona Oberta, que agrupa a los ejes comerciales de las zonas turísticas de la capital.

La acción protesta la suscriben también la Fundación Barcelona Comerç, Comertia y Pimec Comercio. “Los comercios estarán abiertos para que los clientes puedan recoger si han comprado por internet, pero en ningún caso se dejará entrar -porque eso contravendría las limitaciones impuestas por el Procicat y se arriesgarían a sanciones- y se les informará de que es una protesta precisamente para poder abrir”, explicaban desde Barcelona Comerç.

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Las mismas entidades que convocan la protesta en Barcelona y representantes del resto de Cataluña pidieron el fin de las restricciones esta semana en una reunión con el consejero de Empresa de la Generalitat, Ramon Tremosa. Al consejero le pidieron, también, más ayudas para compensar las pérdidas del cierre que ha castigado especialmente a los centros comerciales. “También hemos pedido reiteradamente que nos demuestren cómo la actividad comercial contribuye a empeorar los contagios y eso nunca nos lo aclaran”, añade Paricio.

Seis meses cerrados

“Desde marzo del año pasado, hemos estado abiertos seis meses y la ayuda que hemos recibido ha sido de 8.500 euros en seis meses de persianas bajadas en los que no hemos ingresado ni un euro, hemos tenido que pagar el alquiler y todos los gastos. Muchos han tenido que recurrir a los créditos ICO para subsistir pero se sigue sin facturar para poder hacerlos frente”, apunta Aina Rubí, comerciante de la Illa y miembro de la Asociación de Tiendas de Centros Comerciales de Cataluña que se constituyó en noviembre pasado para tener voz propia ante la Generalitat. Los centros comerciales cerraron en marzo del año pasado y reabrieron el 8 de junio. Fueron cerrados, con la segunda oleada del covid, desde el 1 de noviembre hasta el 14 de diciembre. Y se vieron obligados a cerrar, de nuevo, el 7 de enero y han reabierto desde el pasado 1 de marzo.

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La restauración de los centros comerciales han tenido peor suerte, con más periodos intermedios sin actividad y siguen cerrados. “Es un disparate, nadie nos demuestra que los centros comerciales hayan disparado los contagios. Las restricciones solo se han impuesto en Castilla-León y en Cataluña. Y ahora es imprescindible que nos dejen abrir los sábados porque nos va el 30% de la facturación semanal”, se queja Rubí. Añade que al estar cerrados en sábado, la mayor parte de las compras se concentran a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde: “Son los márgenes que quedan fuera del horario laboral y eso provoca colas. Si estuviéramos abiertos en sábado se podrían escalonar los clientes mejor”.

En el caso de los centros comerciales, muchas de las tiendas tienen ahora todo el stock acumulado del invierno en liquidación y calculan que lo que no puedan vender lo tendrán que devolver a los proveedores, lo que puede suponer otro problema.


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