La Audiencia de Barcelona revoca la reapertura del asesinato de Helena Jubany
El tribunal concluye por unanimidad que las nuevas pruebas son insuficientes para volver a investigar el caso
La Audiencia de Barcelona ha revocado la reapertura del caso de Helena Jubany, la bibliotecaria de 27 años que fue asesinada en 2001 en Sabadell. El tribunal considera por una unanimidad que son “inútiles” las nuevas diligencias ordenadas por el juzgado de instrucción 2 de Sabadell para “reevaluar la carga incriminatoria de los indicios que ya fueron en su momento valorados”. Y concluye que adolecen de “insuficiencia culpabilística”, ...
La Audiencia de Barcelona ha revocado la reapertura del caso de Helena Jubany, la bibliotecaria de 27 años que fue asesinada en 2001 en Sabadell. El tribunal considera por una unanimidad que son “inútiles” las nuevas diligencias ordenadas por el juzgado de instrucción 2 de Sabadell para “reevaluar la carga incriminatoria de los indicios que ya fueron en su momento valorados”. Y concluye que adolecen de “insuficiencia culpabilística”, según el auto del pasado 11 de febrero al que ha tenido acceso este diario.
Helena Jubany fue hallada muerta en un patio de luces, al que cayó desde la terraza de un piso de Sabadell el 2 de diciembre de 2001. La emisión de dos reportajes el año pasado por parte del programa de sucesos Crims, de TV3, donde un policía que investigó el caso acusaba directamente del crimen a uno de los investigados en su día, Santi Laiglesia, quien más tarde fue exonerado, supuso un pequeño terremoto. El documental sirvió para despertar memorias y tirar de la lengua de algunas personas, hasta el punto de que el juzgado de instrucción 2 de Sabadell decretó la reapertura de la causa, que la defensa de Santi Laiglesia ha recurrido.
El tribunal repasa y desmonta las distintas pruebas solicitadas por la familia de la joven, que permitieron el 30 de julio de 2020 reabrir la causa para tratar de hallar a los culpables del crimen que 20 años después sigue sin resolverse. La única encausada en su momento, Montse Careta, se suicidó en prisión antes de ser juzgada. Ella era la pareja de Santi Laiglesia y pertenecía al mismo grupo excursionista que Helena Jubany. Una de las pruebas fundamentales pedida por la familia busca demostrar que Santi Laiglesia vivía con Montse Careta en el mismo edificio desde cuya azotea cayó el cuerpo de Jubany. La tesis de la acusación es que ambos drogaron con somníferos a la joven, la subieron hasta la terraza y la lanzaron al vacío.
La Audiencia argumenta que los intentos de desvelar si Santi Laiglesia vivía o no con Monste Careta no son nuevos. El tribunal alega que los requisitos indispensables para reabrir la causa tampoco “poseen la relevancia que se les atribuye”. Los vecinos, añade, ya dijeron en su momento que no vivían juntos. Y destaca la rareza de que 20 años después, tras ver el documental de Crims, se presente un acta notarial conforme en el buzón constaba el nombre de ambos. “Resulta cuando menos sorprendente, no solo por la escasa fiabilidad del dato concreto, sino por su escasa relevancia”, añade.
Y lo fundamenta diciendo que Santi Laiglesia y Monste Careta eran pareja, y ellos mismos admitieron que Laiglesia entraba y salía del piso. Y que pudo estar presente, por las horas, el día del crimen en la vivienda. Si eso no bastó para inculparle, razona la Audiencia, no fue porque no estuviese acreditada su presencia allí, sino “por la insuficiencia demostrativa de su participación culpable en el delito”.
El tribunal también descarta el resto de pruebas aceptadas por el juzgado de Sabadell para reabrir la causa. En el cuerpo de Jubany se encontró el somnífero Noctamid, que Careta tenía prescrito por su médico. El tribunal considera que el hecho de que Santi Laiglesia comprara el fármaco puede aumentar las sospechas sobre su persona, pero no es un “indicio revelador” que permita reabrir la causa ni es “relevante para reevaluar su presunta culpabilidad”. Y más cuando, durante la instrucción inicial, el juez denegó el testimonio de los farmacéuticos al considerar que no era importante quién compró el medicamento, pero sí que se hubiesen hallado dos cajas del mismo, una vacía, en el piso de Montse Careta. Ya entonces constaba la factura y la farmacia donde se compró con receta médica.
De la misma forma, rechaza la prueba sobre una cerilla hallada en el lugar. Considera que no tiene eficacia al no poderse comparar con la de la escena del crimen, ni con la caja de cerillas originaria, sin garantizar que no se haya manipulado. Y sobre los testigos que desmontan la coartada de Santi Laiglesia, que dijo que el día de crimen asistió a un acto en el Golf Torreblanca, la Audiencia justifica que no tiene sentido citar a las personas que aseguran que no estuvo allí, mientras hay otras que afirman que sí lo hizo. Finalmente, anula también la petición de analizar una llamada telefónica que hizo Laiglesia: asume el argumento alegado por su defensa de que ya en su momento se realizó “la investigación de las líneas telefónicas relevantes” sin que hubiese “resultados de interés” o de “carga incriminatoria”.
Por todo ello, la sección tercera de la Audiencia de Barcelona acepta el recurso de la defensa de Santi Laiglesia y revoca el auto de reapertura del caso, así como la desestimación del primer recurso que presentó el acusado ante el propio juzgado. La familia de Helena Jubany ha declinado comentar la resolución a la espera de analizarla con sus abogados y decidir cuáles son los próximos pasos a seguir.
La lucha de la familia de Helena Jubany por saber quién y por qué mató a la joven hace 20 años se ha mantenido de manera persistente a lo largo del tiempo. El documental de Crims avivó de nuevo el caso, y el juzgado de Sabadell había ordenado algunas nuevas diligencias. El viernes pasado, el abogado de la familia, Benet Salellas, celebró que se había acreditado la convivencia de Santi Laiglesia con Montse Careta en el mismo piso, después de que declarasen varios testigos. También confió en que la nueva instrucción, en manos de la Policía Nacional, avanzase.