Rebajas con las grandes tiendas cerradas en Barcelona
Las últimas restricciones de la Generalitat para frenar la tercera ola del coronavirus provocan un insólito inicio de descuentos en la capital catalana
Cualquiera que haya salido a la calle (o que haya trabajado en el comercio) un 7 de enero sabe que la cosa va de cambios de los regalos de Reyes y de rebajas. Sin regulación específica, de hecho, el fin de semana ya había anuncios de grandes descuentos. Pero este jueves, con todo, y de nuevo a causa de la pandemia que nos hace coleccionar situaciones insólitas, una nueva estampa. ...
Cualquiera que haya salido a la calle (o que haya trabajado en el comercio) un 7 de enero sabe que la cosa va de cambios de los regalos de Reyes y de rebajas. Sin regulación específica, de hecho, el fin de semana ya había anuncios de grandes descuentos. Pero este jueves, con todo, y de nuevo a causa de la pandemia que nos hace coleccionar situaciones insólitas, una nueva estampa. Centros comerciales y tiendas de más de 400 metros cuadrados cerrados, como mandan las últimas restricciones dictadas por la Generalitat para frenar al virus, que han desesperado al sector, ya muy tocado.
Para entendernos, los grandes y más populares operadores de moda (Zara y el resto de marcas de Inditex, Mango, H&M, Benetton, C&A…) han tenido que cerrar la mayoría de sus tiendas porque superan los 400 metros. Y, ante los locales de menor tamaño de estas empresas que sí han podido abrir, largas colas. Sobre todo por la tarde y en ejes comerciales céntricos como el portal de l’Àngel de Barcelona.
En la ciudad, a primera hora, el desconcierto en el centro comercial Glòries era notable. Vecinos que se acercaban con bolsas de las marcas citadas y no entendían nada al ver las puertas cerradas. Sin ninguna explicación en los cristales y, en algunos casos, hasta un buen rato después. “Ahora resultará que la evolución de la pandemia va de dos días, todo el mundo sabe que después de Reyes vienen los cambios, las autoridades lo hacen fatal, hasta el martes estaba todo abierto”, lamentaba Josep Alegre delante del H&M. Las dependientas tranquilizaban amablemente al personal: “No se preocupen que cuando volvamos a abrir, el día 18, si todo va bien, tendrán 100 días para hacer cambios”.
En anteriores etapas de la pandemia, durante los cierres parciales de la actividad económica, las tiendas de los centros comerciales que tienen salida a la calle podían abrir. Si era cuestión de metros cuadrados, precintaban parte de los locales. Pero la última resolución no prevé acotar el espacio. El Zara de este centro comercial, por ejemplo, mide 3.000 metros, explicaba una empleada que precisaba que sí se pueden recoger los pedidos comprados online. En algunos establecimientos se indica un número de teléfono para la recogida. De hecho, las grandes marcas se han afanado en dejar claro a sus clientes que sus rebajas siguen en internet. En el piso inferior del centro comercial solo estaban abiertos los comercios considerados esenciales: peluquerías, parafarmacias, ópticas, puestos de manicura, de comida o supermercados (Carrefour, La Sirena, Veritas…).
En el portal de l’Àngel o paseo de Gràcia, la misma foto. Confusión ante los escaparates de las grandes marcas de moda. Algunos de sus locales, abiertos porque son más pequeños de 400 metros. Pero la mayoría cerrados: “Segundas rebajas, hasta el 70%”, es el reclamo de la tienda Cortefiel, con las persianas medio cerradas e indicaciones para facilitar a los clientes las compras hechas en internet. Ante tiendas de menor tamaño, colas. Como en la zapatería Casas, Oysho, Adolfo Domínguez, Levi’s o Mango, que en paseo de Gràcia tiene dos tiendas abiertas y otras dos cerradas. Tiendas de lujo como Chanel, Dior o Gucci, en la manzana del hotel Majestic, siguen abiertas porque miden menos de 400 metros, aseguraban solícitos dependientes.
También hay algunas tiendas con superficies mayores a los 400 metros que permanecían abiertas. Como Apple (para recoger pedidos), Adidas (donde un empleado aseguraba que la tienda tiene el espacio “acotado”); o la Casa del Libro, donde la empleada de la puerta explicaba también que parte de la tienda está cerrada.
En el Corte Inglés de la plaza de Catalunya los empleados señalaban a los clientes que solo están abiertos los departamentos de alimentación, electrónica y parafarmacia.