El comercio catalán pierde un 19% de ventas navideñas antes del nuevo cierre

La Cámara de Comercio de Barcelona calcula que los 10 días de nuevas medidas provocarán pérdidas de 1.600 millones de euros.

Las tiendas del centro comercial L'Illa Diagonal han empezado este martes las rebajas en el último día de abertura antes del cierre.MASSIMILIANO MINOCRI
Barcelona -

Mañana jueves empezará, aunque algunos establecimientos ya la han estrenado, la campaña de rebajas de invierno. Lo hará mermada por las nuevas restricciones dictadas por el Govern para frenar un coronavirus que anda otra vez desbocado y después de un mal diciembre. Las ventas en el último mes del año cayeron un 19,4%, una contracción que se reduce al 15,2% si se incluyen las tiendas de alimentación, según las estadísticas de la asociación Comertia. La Cámara de Comercio de Barcelona calcula ...

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Mañana jueves empezará, aunque algunos establecimientos ya la han estrenado, la campaña de rebajas de invierno. Lo hará mermada por las nuevas restricciones dictadas por el Govern para frenar un coronavirus que anda otra vez desbocado y después de un mal diciembre. Las ventas en el último mes del año cayeron un 19,4%, una contracción que se reduce al 15,2% si se incluyen las tiendas de alimentación, según las estadísticas de la asociación Comertia. La Cámara de Comercio de Barcelona calcula que los 10 días de nuevas medidas para frenar la movilidad social provocarán unas pérdidas de unos 1.600 millones de euros.

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”Nosotros solo hemos perdido un 10% de facturación porque estamos a pie de calle y hemos podido abrir, pero estoy segura de que las tiendas que han abierto solo dos semanas han podido perder un 50% de la campaña navideña”, afirmaba ayer Aina Rubí, la presidenta de la asociación de botiguers presente en el centro comercial L’Illa. Un empresario del sector aseguraba que el comercio de moda ha perdido un 40%, pese a que Comertia limita esa caída a la mitad.

Salva Vendrell, presidente de la fundación Barcelona Comerç, que integra a los principales ejes comerciales de la ciudad, aseguraba ayer no tener datos con los que hacer balance pero confirmó un diciembre “por debajo de lo que es habitual”, si bien defendió que las tiendas de barrio probablemente hayan sobrellevado mejor las medidas impuestas para rebajar la propagación de la covid. Pese a ello, no escondía el “desánimo” en el que, en su opinión, se ha instalado el comercio por el ir y venir de restricciones, cada vez diferentes, por las que está apostando la Generalitat.

La actividad en calles y centros comerciales era ayer, sin embargo, la típica estampa de una víspera de Reyes. Hay quien considera que el lunes y el martes han sido los mejores días en meses. El hecho de que los puestos de restauración estén cerrados y las restricciones de aforo hayan reducido el número de paseantes, aumentó el tiquet medio y la eficiencia de compra en los centros comerciales. Pero ayer había también un elemento negativo. “Que las tiendas vayan a estar cerradas los próximos diez días puede provocar que la gente frene las compras porque los cambios van a ser más complicados”, señalaba Francesc Casanova, gerente de una cadena de joyerías.

A partir del jueves, las tiendas de los centros comerciales no podrán subir la persiana en diez días. Los fines de semana solo podrán abrir aquellos establecimientos que vendan productos esenciales, así que los de moda, los que más viven de las rebajas, se perderán el primer fin de semana de ventas y la primera oportunidad de reducir los estocs que se han acumulado durante toda la campaña. Y los grandes operadores no podrán abrir sus tiendas de más de 400 metros cuadrados, aunque pretendan reducir su superficie útil (como sí pudieron hacer en el último plan de medidas). Por ejemplo, la cadena de moda Mango se verá forzada a mantener cerradas 45 de las 65 tiendas que tiene en Cataluña.

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Con esas condiciones, se entiende el pesimismo en el que está sumido el sector. Las marcas integradas en el lobby Comertia, un buen reflejo de la clase media comercial catalana, interpretan que venderán un 18% menos en enero, en plena campaña de rebajas. Y ante la acumulación de números negativos, un 46% de sus asociadas reconocían que harán recortes de plantilla para reducir costes.

Las patronales llevan meses pidiendo ayudas directas a las empresas. La Cámara de Comercio de Barcelona reiteró esa exigencia tras calcular los efectos de las restricciones que sufrirá Cataluña con los 10 días de restricciones que le esperan: 1.600 millones de euros, si es que ese periodo es suficiente para doblar la curva epidemiológica. Por eso reclamaron una inyección de recursos, procedentes del Estado, de 800 millones de euros solo para capear los próximos días.

Ese dinero, resalta la Cámara de Comercio, cubriría la mitad de las pérdidas, lo que seguiría dejando el rescate de la economía por debajo de lo que han hecho otros países europeos. Alemania compensa con hasta el 75% de las pérdidas, mientras que el Gobierno francés ha abierto partidas para asumir un 60%. En Cataluña crece la sensación en el seno de las asociaciones que será necesario abrir demandas de responsabilidad social a la Administración para minimizar las pérdidas originadas por las medidas administrativas.

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