Guerra de manifiestos en la crisis entre el PDeCAT y Puigdemont

David Bonvehí, presidente del partido, envía una carta a los afiliados donde revela su voluntad de alcanzar un acuerdo con La Crida

El presidente del PDeCAT, David Bonvehí, con el secretario de Organización, Ferran Bel, y Genís Boadella.Europa Press

La crisis entre el PDeCAT y la Crida de Carles Puigdemont alcanzó este viernes aire de cisma al rechazar la ejecutiva del partido disolverse en un plazo de seis meses como propugnan los exconsejeros presos. La fractura se ha agravado con una guerra de manifiestos entre los dos sectores. Por un lado, el colectivo, alineado con el expresident, urge a las dos partes a alcanzar un acuerdo para reordenar el espacio. El...

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La crisis entre el PDeCAT y la Crida de Carles Puigdemont alcanzó este viernes aire de cisma al rechazar la ejecutiva del partido disolverse en un plazo de seis meses como propugnan los exconsejeros presos. La fractura se ha agravado con una guerra de manifiestos entre los dos sectores. Por un lado, el colectivo, alineado con el expresident, urge a las dos partes a alcanzar un acuerdo para reordenar el espacio. El texto cuenta con 1.300 adhesiones. Y este lunes ha aparecido también un manifiesto desde el mundo local que rechaza la disolución y que reivindica la historia del partido y su ADN. La iniciativa circula pero aún no se han hecho públicas las firmas de apoyo.

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Bajo la elocuente etiqueta de Junts, el primer manifiesto emplaza a las dos partes a llegar a un acto por mor de la “eficacia” para que se convierta en una fuerza que “sume” y no “excluya”. No pide directamente la disolución del PDeCAT pero abona la idea de la necesidad de que se cierre el pacto para culminar el mandato del 1 de Octubre y la independencia. “Ha llegado la hora de la concreción. De una fuerza de suma y no de exclusiones”, afirma el texto firmado por votantes, cargos electos como concejales como Elsa Artadi o Ferran Mascarell, buena parte de los diputados del Parlament y profesionales como la restauradora Ada Parellada.

El manifiesto del mundo local parte del título Hi som, hi em estat i hi serem, en el que dan apoyo a la dirección del PDeCAT para que acabe de reconfigurar el espacio rehuyendo del “pensamiento único”. “Para sumar siempre estaremos, pero desde el reconocimiento de los sumandos”, señalan. El texto recuerda que tiene su ADN en la reivindicación nacional y que el partido es el autor de las principales estructuras de país como la sanidad, los Mossos d’Esquadra o la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). “No descartamos nada salvo lógicamente la disolución. Ya estamos haciendo el tránsito hacia Junts”, ha explicado hoy Marc Solsona, portavoz del partido, que ha añadido: “Junts no se puede entender sin el partido demócrata.”

Para apaciguar la crisis, el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, ha remitido una carta a la militancia que sostiene que mientras “haya voluntad, hay margen para el acuerdo” en las negociaciones y advierte que no se trata solo de organizar internamente el espacio, sino de cuestiones ideológicas. “Tenemos una voluntad propositiva para seguir negociando, con el objetivo de que esto salga bien. Quiero reiterar que la negociación no se trata solo de formas organizativas, también de proyecto político, de a quién nos queremos dirigir, cómo nos queremos presentar y a quién representamos”, explica. La Crida, liderada por Jordi Sànchez, quiere abrir la formación a postulados de izquierda contrarios a la ideología neoliberal de la histórica Convergència.

Bonvehí justifica en la carta que la “gran mayoría” de la dirección del PDeCAT, no pueden compartir la literalidad del texto de los presos , aunque se abren a que se pueda debatir en el momento oportuno y en los órganos que correspondan. Solsona apuntó el viernes que no ayudó a alcanzar el acuerdo que trascendiera con antelación a la ejecutiva la carta de los presos. Bonvehí matiza que, por tanto, en caso contrario no habría invitado a la ejecutiva a fijar su posición. “Si no hubiera sido así, lógicamente, como presidente no habría pedido la posición a la Dirección Ejecutiva Nacional”. Pese a todo, expresa su “respeto” por esta y por cualquier otra propuesta que se ponga sobre la mesa, y ha pedido que la discrepancia se entienda como un valor positivo para un debate de fondo.

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