El sector sanitario catalán reclama 5.000 millones adicionales para reformar el sistema de salud tras la covid-19
Médicos, enfermeras y expertos auguran “una rebelión de batas blancas” si la Administración no responde a las demandas de transformar el sistema
El sector sanitario catalán se ha conjurado para reclamar una inyección de 5.000 millones de euros en tres años para levantar un sistema de salud agotado por el impacto de la pandemia. Los colegios profesionales de médicos y enfermeras, sociedades científicas y expertos en gestión sanitaria han pedido un pacto de todas las fuerzas políticas y las Administraciones para echar a andar unas reformas en el sistema sanitario que garanticen su viabilidad. Inyección de recursos, empoderamiento de los profesionales y cambio de los modelos de organización en los centros son las tres grandes demandas que...
El sector sanitario catalán se ha conjurado para reclamar una inyección de 5.000 millones de euros en tres años para levantar un sistema de salud agotado por el impacto de la pandemia. Los colegios profesionales de médicos y enfermeras, sociedades científicas y expertos en gestión sanitaria han pedido un pacto de todas las fuerzas políticas y las Administraciones para echar a andar unas reformas en el sistema sanitario que garanticen su viabilidad. Inyección de recursos, empoderamiento de los profesionales y cambio de los modelos de organización en los centros son las tres grandes demandas que exige el sector. “Si esto no es atendido, lo interpretaremos como una desautorización. Y con el malestar que hay, puede producir una rebelión de batas blancas. Pedimos ser escuchados”, ha advertido el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), Jaume Padrós.
La pandemia ha cristalizado que el sistema sanitario catalán y español no eran los mejores del mundo, coinciden los expertos que firman el decálogo de demandas. “La covid-19 ha descarnado que esta cantinela del discurso cómodo no se puede mantener ni un minuto más. El sistema sanitario está en mucha fragilidad", ha señalado Padrós. El presidente de la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria, Pere Vallribera, ha coincidido en el diagnóstico: “Tenemos un sistema equitativo, accesible, que cubre a todos los ciudadanos. Tenemos un nivel de profesionales alto. Tenemos unas organizaciones fuertemente vinculadas a la historia. Tenemos una red sanitaria potente. Pero la contrapartida es que tenemos una infrafinanciación crónica, las condiciones salariales de los profesionales no son las adecuadas y hay una fuga de profesionales, tenemos unos modelos laborales y de organizaciones obsoletos y tenemos una insuficiente integración entre todas las piezas del sistema sanitario. Todo este sistema está rodeado de una burocracia paralizante”.
La inyección de recursos, han apuntado los expertos, es crucial para reforzar el sistema de salud. El Decálogo exige 5.000 millones de euros —que es en lo que estiman la infrafinanciación del sistema, según los cálculos del economista Guillem López Casasnovas— para incorporar a la partida sanitaria en tres años. El 60% de ese montante adicional iría destinado a mejorar las condiciones laborales de los sanitarios y a aumentar los recursos humanos. El resto estaría dedicado a mejorar las infraestructuras, equipamientos y tecnología.
“No podemos tener un sistema de excelencia con salarios de tercera. Sueldos que hacen llorar”, ha lamentado el presidente del COMB. A propósito de la compensación del Govern a los sanitarios —entre 350 y 1.300 euros según la categoría profesional y la exposición al virus—, el sector ha apuntado que es “un gesto” que agradecen, pero insuficiente para solucionar la situación de precariedad que arrastran los profesionales sanitarios.
Otra de las propuestas pasa por empoderar a los profesionales y cambiar los modelos de organización. Esto, en la práctica, consiste en dotar de más autonomía a los profesionales y a los equipos clínicos en la toma de decisiones. Para ello, los expertos abogan por hacer lo que haga falta, incluso aligerar las estructuras de mando del Instituto Catalán de la Salud (ICS), la gran empresa pública que gestiona ocho hospitales y el 80% de la atención primaria. “Tenemos estructuras anquilosadas y que no fomentan la autonomía de la toma de decisiones. Se han de adelgazar estructuras burocráticas y en el ICS las formas jurídicas lo hacen muy difícil en atención primaria. Si no les damos instrumentos, los profesionales acabarán siendo operarios de una cadena de mando. Si en el ICS se han de adelgazar estructuras, que se adelgacen”, ha zanjado Padrós.
El decálogo apuesta también, de forma decidida, por fortalecer la atención primaria y la salud pública, dos de los ámbitos sanitarios más importantes en esta crisis y los peor dotados históricamente. “Los centros sanitarios se han reinventado y lo han hecho porque han estado liderado por los profesionales, a menudo con angustia, preocupación e incertidumbre. Se han de cambiar los modelos de organización: el presente y futuro pasa por reforzar el ámbito comunitario”, ha apuntado el presidente del COMB.
El sector ha advertido de un panorama catastrófico en el ámbito sanitario si no se tienen en cuenta, de forma ágil y rápida, las demandas de la comunidad sanitaria. “Si no nos hacen caso, la alternativa es un desastre. O le ponemos musculatura al sistema o no aguantará, ya no una segunda oleada, sino el futuro”, ha concluido Padrós.
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