Colau suspende ‘el concierto de los balcones’ tras las renuncias de los grupos musicales por su coste
El anuncio de El Terrat y Mediapro de que asumirían los 200.000 euros de presupuesto no ha frenado las críticas de los artistas
La tensión ha sido excesiva: el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido suspender el concierto Barcelona, ens en sortirem, previsto para el próximo día 9, tras las críticas recibidas por la inversión del 200.000 euros en el proyecto y la renuncia a participar de varios artistas por ese coste público en plena pandemia del coronavirus. La propia alcaldesa, Ada Colau, lo ha comunicado desde su página de Facebook: “No se hará”, afirma, diciéndolo desde “la tristeza por la cancelación de un proyecto que se había gestado con la mejor de las intenciones”. Ni el raudo comunicado lanzado poco desp...
La tensión ha sido excesiva: el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido suspender el concierto Barcelona, ens en sortirem, previsto para el próximo día 9, tras las críticas recibidas por la inversión del 200.000 euros en el proyecto y la renuncia a participar de varios artistas por ese coste público en plena pandemia del coronavirus. La propia alcaldesa, Ada Colau, lo ha comunicado desde su página de Facebook: “No se hará”, afirma, diciéndolo desde “la tristeza por la cancelación de un proyecto que se había gestado con la mejor de las intenciones”. Ni el raudo comunicado lanzado poco después de las ocho de la mañana en la que el consistorio anunciaba que el presupuesto sería asumido por las productoras ha podido frenar la suspensión, que se intuía tras la retirada en cascada de muchos de los grupos iniciada ya ayer y entre los que estaban Txarango, Sopa de Cabra, Els Catarres, Stay Homas, Clara Peya, Austin, Suu y Lildami. Manolo García y Silvia Pérez Cruz han sido de los que se han añadido hace apenas unas horas.
Un presupuesto alto y hasta excesivo por la tipología del espectáculo y las dudas de corte moral por la idoneidad de un evento así en estos momentos eran las razones coincidentes por las que los grupos y cantantes estaban decidiendo renunciar a participar en el concierto que para el próximo sábado 9 de mayo había organizado el Ayuntamiento de Barcelona en balcones y terrazas de la ciudad, bajo la dirección técnica de las productoras El Terrat y Mediapro. El Consistorio salió al paso esta misma mañana de la intensa polémica que se estaba generando en las redes sociales asegurando a través de una nota que el concierto Barcelona, ens en sortirem no tendría coste alguno para la institución ya que las productoras, en una también rauda y sorprendente decisión, habían comunicado que "finalmente asumirán el proyecto”. El eco en Internet fue especialmente intenso en sectores próximos al independentismo, que aprovecharon para cargar contra el proyecto de la alcaldesa Ada Colau. El último a añadirse fue el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que cree que “la pésima gestión de este este asunto que ha hecho la alcaldesa” ha provocado “el peor debate posible: el del valor monetario de la cultura. Es fácil oponerse a un gasto cultural cuando hay sectores de la sociedad que no tienen cubiertas sus necesidades básicas”. Colau lamenta en su comunicado de Facebook el “oportunismo político” del caso en las redes, así como la “política de linchamiento, el insulto y la polarización que se ha normalizado en esta país en los últimos años”.
“Barcelona, ens en sortirem es una producción audiovisual técnicamente compleja, con múltiples escenarios y muchos artistas. La voluntad de la organización es producir un programa de televisión impecable técnicamente, con un sonido y una imagen a la altura de los artistas que forman parte. Por este motivo, los costes han ido básicamente a la producción técnica, sin los márgenes que las productoras cobrarían en acontecimientos similares”, rezaba el comunicado oficial.
El proyecto, presentado hace menos de 48 horas por la propia alcaldesa, Ada Colau, y que pretendía ser “un regalo a la ciudad”, un acto pensado como “un acontecimiento singular de homenaje y recuerdo desde la ciudad a los que nos han dejado estos días a causa de la covid-19”, así como para “insuflar ánimos a la gente que está resistiendo el confinamiento en un momento delicado”, se ha convertido en un boomerang para la imagen del Consistorio.
La asociación Coincidències manifestó su “sorpresa y decepción” al saber de la iniciativa y que no se contara con su participación. Se da la circunstancia de que la entidad, que ostenta los premios Time Out y Butaca, organiza desde hace ocho años el ciclo Terrats en Cultura por diversas ciudades catalanas (Barcelona, Lleida, Tàrrega), una iniciativa que cuenta precisamente con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Cataluña. “Creemos que liderar una ciudad significa colaborar con las entidades que ya trabajan en ello”, lamentaron.
La espoleta en redes sociales, sin embargo, fue cuando el grupo Txarango comunicó, a través de su cuenta de Twitter, que “desconocíamos la inversión del Ayuntamiento. Sentimos que el coste de la acción es muy elevado y que este dinero se podría destinar a acompañar iniciativas más regenerativas y sostenibles para un sector como el nuestro en situación de ruina”, lo que les llevaba a no participar en el evento.
El efecto fue en cascada: el argumentario económico se convirtió en el denominador común de renuncias en términos muy similares de Sopa de Cabra (“nos hemos enterado por los diarios del coste de la inversión del Ayuntamiento (…) creemos que es un coste desproporcionado en el contexto de esta crisis”), Els Catarres (“había de ser con un presupuesto mínimo sumado a la buena voluntad de los músicos para participar en ello; al final, ni ha sido consensuado ni hecho con ese presupuesto mínimo”), Stay Homas (“No nos sentimos a gusto con el presupuesto de la iniciativa, por lo tanto no participaremos. Mola invertir en cultura, pero de una manera sostenible y de mínimos —que es lo que se nos había comunicado— dada la situación actual) o Clara Peya (“no entendemos el coste total en relación a lo que se nos proponía cobrar a mi y a mis compañeras”).
El presupuesto de 200.000 euros llamó la atención de los artistas, máxime cuando Els Catarres informaron que por la actuación iban a cobrar 1.500 euros. En ese contexto, Lluís Gavaldà, líder de Els Pets, desveló que una semana antes habían recibido la invitación a participar, pero que se le comunicó que la actuación debía ser gratis, a lo que se negó. Los organizadores respondieron que se replantearían las estrategias, pero no lo volvieron a llamar. Según fuentes del sector consultadas por este diario, hay cierto consenso en considerar que la cifra “es muy elevada” para un evento de esas características. Ya cuando la presentación, los representantes de El Terrat y Mediapro justificaron el montante en tanto había “muchas horas de trabajo”, así como en la dificultad técnica de colocar un par de cámaras en cada uno de los 25 balcones o terrazas previstos, mientras se aseguraba la utilización de drones. Tampoco se especificó si en esa cuantía estaban incluidos los costes de la televisión local, betevé, que cederá la señal de la retransmisión.
La nota del Consistorio hacía hincapié también en la voluntad de la organización de hacer "un programa de televisión impecable técnicamente, con un sonido y una imagen a la altura de los artistas que lo componen. Por ello, los costes han ido básicamente a la producción técnica, sin los márgenes que las productoras cobrarían en acontecimientos similares”, según la nota. “Son muchos conciertos a la vez y se buscó quién técnicamente podía realizar algo de una complejidad tan brutal como esta”, ha asegurado a este diario un portavoz el Consistorio para justificar la elección de El Terrat y Mediapro. “Se estaban recibiendo muchas propuestas, la idea fue colectiva y nadie ganará dinero con esto”, insisten. La iniciativa, en cualquier caso, se habría gestionado desde el Área de Comunicación de Alcaldía y no desde el Instituto de Cultura de Barcelona (Icub). Sí reconoció Ada Colau este mismo sábado por la mañana que puede que no se hubieran seguido los procedimientos habituales en la contratación debido a las prisas. El concierto se presentó el jueves, apenas 10 días antes de empezar a trabajar en la organización. A pesar de ello, algunas intervenciones ya ja sido registradas.
Amén de la oportunidad ética o no de realizar un concierto de estas características en estos momentos con fondos públicos, la elección de nombres rutilantes para conformar el cartel (que iba de Serrat a Antonio Orozco, pasando por Roba Estesa, por Manolo García o, desde Madrid, por Coque Malla y Leiva…) también ha sido cuestionado en el sector, bajo la premisa de que, si bien esos artistas no cobran su caché habitual, son cantidades que serían más perentorias para músicos locales que se encuentran en una situación económica mucho más delicada. “Es una frivolidad y una aberración (…), inventándose espectáculos de stars”, lanzó desde Twitter la concejal independiente por ERC Gemma Sendra.
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