Las UCI del Virgen del Rocío, saturadas menos de un mes después de que se cerrara ese servicio en el Hospital Militar de Sevilla
El colapso ahonda en el malestar de los sindicatos tras el anuncio de la Junta de que solo renovará por un año a 2.200 de los 7000 contratos covid
No ha tenido que pasar un mes para que las camas libres en la UCI general y en la de Traumatología del hospital sevillano Virgen del Rocío hayan dejado de ser suficientes para atender a los pacientes. Fue esa disponibilidad de espacio la que determinó a la Consejería de Salud a cerrar desde el 1 de mayo ese servicio en el antiguo Hospital Militar —actual...
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No ha tenido que pasar un mes para que las camas libres en la UCI general y en la de Traumatología del hospital sevillano Virgen del Rocío hayan dejado de ser suficientes para atender a los pacientes. Fue esa disponibilidad de espacio la que determinó a la Consejería de Salud a cerrar desde el 1 de mayo ese servicio en el antiguo Hospital Militar —actual Doctor Muñoz Cariñanos, dependiente del Virgen del Rocío― para “optimizar recursos”. “En estos momentos no están ocupadas en torno al 20% de las camas. Si llegasen a ocuparse todas y hubiese necesidad de más, sería posible ampliarlas en los propios edificios, tal y como contemplan los planes de alta frecuentación”, justificaron entonces fuentes de la Junta de Andalucía. Ese momento ha llegado en menos de un mes. Las UCI, según han denunciado los sindicatos, están saturadas y los profesionales sanitarios advierten de que están desbordados. “Se están haciendo juegos malabares”, reconoce una intensivista, que prefiere no dar su nombre, y que fue reubicada del Militar a su matriz, tras la clausura de la unidad de cuidados intensivos.
De momento, según indican los profesionales consultados, no se ha suspendido ninguna operación quirúrgica programada, pero los problemas aparecen cuando llegan las urgencias, que no están previstas. “Se están trasladando a planta pacientes de trauma que deberían estar en la UCI para poder atender otras urgencias”, advierten desde el sindicato UGT, que también llama la atención sobre el pico de entradas de esta semana, donde en un día se atendieron a 231 pacientes, cuando la media es de unos 100.
Fuentes de la Consejería de Salud reconocen que las UCI del Virgen del Rocío “tienen alta ocupación”, pero achacan esta situación a “picos de actividad y situaciones puntuales”. También recuerdan que el centro hospitalario está en disposición de ampliar en seis camas más el servicio y se recuerda que podrían ampliarlo con las que se cerraron el 1 de mayo en el Muñoz Cariñanos. Sin embargo, esa opción no parece que se vaya a plantear a corto plazo, según indican las fuentes sindicales consultadas que han mantenido contactos con la gerencia del hospital.
De hecho, tal y como también advirtieron los profesionales sanitarios, ante la falta de esta unidad, esencial en cualquier centro hospitalario, se han producido traslados de pacientes del Muñoz Cariñanos que han presentado complicaciones a la UCI del Virgen del Rocío. “No se puede jugar a las casitas con la sanidad”, se lamenta la intensivista. Las fuentes de la administración consultadas reconocen que la mayoría de pacientes que están ingresados en las UCI del Virgen del Rocío son por trasplantes, que requieren más tiempo de recuperación, y por coronavirus. Precisamente, la unidad de cuidados intensivos del antiguo Hospital Militar estaban preparadas para casos de afecciones respiratorias, pero desde la Consejería indican que esos enfermos covid tienen otras patologías asociadas que requieren que estén ingresados en el Virgen del Rocío.
5.000 sanitarios en el limbo
Esta saturación del servicio podría empeorar cuando llegue el verano, advierten las fuentes consultadas. Este malestar ahonda en la profunda indignación de los representantes sindicales, que han roto las negociaciones con la Consejería de Salud tras conocer el plan de estabilización de profesionales de la Junta, adoptado sin haberlo negociado con ellos primero y que, denuncian, deja en el limbo al 70% de los casi 7.000 sanitarios contratados en 2020 como refuerzo durante la pandemia y que han ido enlazando renovaciones de distinta duración desde entonces.
La consejera de Salud, Catalina García, anunció este martes que la Junta prorrogaría durante un año más los contratos a 2.382 profesionales, de los que 2.177 correspondían a los llamados contratos covid, una iniciativa para la que se han destinado de manera anual 142,7 millones de euros. Otros 3.175 serán renovados solo hasta el 30 de septiembre —el tiempo en el que la plantilla del SAS toma las vacaciones, si bien García negó que este grupo formara parte del plan de verano―; el resto que queda para completar el total de esos 6.940 refuerzos (1.588), serán llamados para cubrir bajas o las vacaciones del personal fijo. “Primero no se dijo que renovarían a los 20.000 profesionales que se contrataron por el covid, luego fueron 12.000, después 7.000 y ahora van a quedarse 2.177, esto supone no solo una pérdida de 5.000 profesionales, sino una merma de la calidad asistencial”, subraya Antonio Macías, responsable del área de Salud de UGT.
Tanto este sindicato, como CC OO, Csif y Satse se levantaron el martes de la mesa de negociación con la Consejería en protesta por no haber intervenido en esta decisión. Sí se mantuvo el Sindicato Médico porque las renovaciones afectan casi a la totalidad de los 800 médicos incluidos en ese grupo de 2.382 profesionales renovados durante un año, reconocen fuentes de esa organización. “Para nosotros esto supone un ninguneo”, critica José Sánchez, secretario general de Satse en Andalucía. La consolidación de plazas que plantea el SAS incluye a 493 enfermeras, de las que 411 irán a atención primaria y 82 serán gestoras de casos. “¿Qué pasa con las 380 que estaban en hospitales? O se ponen más profesionales o tendrán que cerrar servicios”, advierte Sánchez, que tampoco está conforme con el planteamiento del SAS: “Antes de consolidar a nuevas enfermeras, podrían haberlo hecho con las más de 400 que están en los colegios y que llevan dos años en ese puesto. No se nos ha pedido nuestra opinión”.
Sin refuerzos para el verano
La propuesta de la Junta no implica ningún incremento de personal de cara al verano, donde a las vacaciones de una plantilla insuficiente y saturada, se suma el hecho de que en muchas zonas turísticas la población se multiplica por tres. “Esto es una cortina de humo”, insiste Macías. Los sindicatos también advierten de que, sin más refuerzos, y teniendo en cuenta que de esos casi 7.000 profesionales que llevan de facto formando parte de la plantilla estructural del SAS desde 2020, 4.763 podrían no continuar a partir de octubre, parece complicado que la Junta pueda cumplir con su promesa de reducir en un 18% las listas de espera para final de año y en un 60% los que están fuera de plazo para una operación quirúrgica.
La consejera aseguró que la Junta estaba en disposición de cumplir ese objetivo, pero los sindicatos lo ponen en duda. “Solo es posible si concierta con la privada”, apunta Macías. Precisamente contratar sin concurrencia y sin publicidad, es decir, a dedo, con entidades privadas forma parte de ese plan de choque de la Junta para reducir el número de pacientes que está esperando a ser atendido por el sistema público de salud. Los primeros empezarán a funcionar en junio en Sevilla, Huelva y Cádiz, indicó la consejera. Para ello se han destinado 121,3 millones de euros. “¿Qué lista de espera van a reducir, si ni siquiera va a ser posible en atención primaria?”, advierte Sánchez, quien es un firme defensor de los autoconciertos, en lugar de acudir a la sanidad privada. “Si se quiere que la sanidad pública sea eficiente, hay que hacer políticas acordes con la realidad y para eso se necesita presupuesto e invertir”, se lamenta el responsable de Satse.