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Salomé Pradas ante la comisión de la dana en el Congreso: “Pido disculpas por no haber podido hacer más y es algo que llevaré toda mi vida”

El que exsecretario autonómico de Presidencia de la Generalitat Valenciana, Cayetano García Ramírez, ha asegurado no saber dónde estaba Mazón ese día

Salomé Pradas, este lunes en la comisión de investigación sobre la gestión de la dana en el Congreso.Foto: Pablo Monge | Vídeo: EPV

La que fuera consellera de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana, Salomé Pradas, investigada en la causa abierta sobre la dana en el juzgado de Catarroja, ha iniciado su comparecencia en la comisión del Congreso con una advertencia: no iba a responder a nada para preservar su proceso judicial. Y asistió durante los primeros minutos impasible a un reguero de preguntas incómodas de los diputados que le acusaban de responder a un programa de televisión en prime time, Salvados (La Sexta), y ni una palabra ante los representantes del Parlamento. Pero pronto quebró su promesa de silencio: “No les voy a permitir que me digan aquí que me falta corazón”. En esta jornada de la comisión también ha comparecido Cayetano García Ramírez, que ejercía como secretario autonómico de Presidencia con el expresident Carlos Mazón.

Pradas, la única compareciente que enfrenta un proceso judicial por su gestión de ese fatídico 29 de octubre, donde fallecieron 230 personas, escuchaba con los ojos abiertos, “mirando al horizonte”, como le espetaban los diputados que tenía en frente. Había llegado acompañada de su defensa, consciente de que cualquier cosa que pronunciara en esa sede podía volverse en su contra. Mientras los legisladores disparaban, ella revisaba unos folios, “sus consideraciones”, la única declaración formal que estaba dispuesta a hacer en esa sala. Se esforzaba por no mover la cabeza en ninguna dirección, en una ocasión llegó a apuntar “que conste en acta que no estoy asintiendo”. Pero su actitud, que prometía ser implacable ante las críticas que se avecinaban, se desmoronó con un trozo de cuerda.

—¿Cómo está usted?

“Para mí las víctimas son las fundamentales, no importa cómo estoy yo”, alcanzó a responder por fin al diputado de Esquerra, Gabriel Rufián, a una pregunta que parecía inocente y no lo era. “No voy a permitir que digan aquí que me falta corazón”, insistía Pradas al borde del llanto. Pero Rufián había conseguido que hablara y no estaba dispuesto a soltarla. Había guardado un trozo de una cuerda a la que se aferró una niña de 11 años que acabó arrastrada por la corriente, no se la dio a Mazón el día que acudió a declarar, así que decidió que Pradas podía ser también una buena destinataria. Y la exconsejera se partió: “Pido disculpas por no haber podido hacer más y es algo que llevaré toda mi vida”, declaraba en pleno llanto.

Poco antes, Pradas había decidido activar el micro no para responder las preguntas más básicas sobre las horas clave de la emergencia, ni si sabía dónde estaba el presidente, ni si se sintió sola, ni por qué envió tan tarde la alerta (a las 20.11 horas, cuando se estima que habían fallecido ya 156 personas), lo hizo para enzarzarse en una discusión técnica sobre la conformación del centro de emergencias (Cecopi) y sus órganos asesores, cuando el diputado de Bildu, Mikel Otero, apuntaba a su responsabilidad como directora última de ese comité. Pradas quería la conformación de ese órgano, al que llegaron ese día los avisos de la Aemet y las llamadas del 112, y ha criticado que la figura del “mando único” se contradice con la ley nacional. Otero ha procedido entonces a leer los planes nacionales y autonómicos que determinan cómo el mando único le corresponde al consejero de Emergencias, a ella en este caso, mientras Pradas negaba con la cabeza. Y mantenía una postura que ha insistido en sede judicial, pese a que la jueza que investiga la dana haya descartado sus autos.

Otero ha apuntado además a otro momento clave: “Usted a las 17.47 horas ya planteó enviar un mensaje para que la gente se subiera a las zonas altas. Pero ahí se corta y se va a hacer, no sé qué. Pero deja fuera a los demás. Dice que se plantea la alerta a las 19 horas, pero no es verdad, es antes. Y eso es lo que tiene que aclarar”, señala. Pradas no ha respondido a eso.

“Yo estuve al pie del cañón”, le repetía Pradas al diputado de Sumar, Alberto Ibáñez, que le echaba en cara que ese día retrasó la convocatoria del Cecopi dos horas (a las 17 horas) para irse a “que se le viera con los bomberos forestales” en Carlet. Pradas ha rechazado esa acusación y le ha insistido que estuvo allí para pedirles información sobre el temporal. No ha aclarado, no obstante, un asunto todavía por dilucidar: quién ordenó a los bomberos que se retiraran de otro sitio, el barranco del Poyo, que provocó la mayoría de muertes.

“La información que yo tenía es que los bomberos forestales estaban desplegados”, ha señalado Pradas ante las preguntas insistentes de Alberto Ibáñez, de Sumar. “¿Quién los retiró?“, repetía Ibáñez. Se fueron sobre las 14.45. Desde lluego,la consejera Salomé Pradas, no”, respondía hablando de ella en tercera persona. Tampoco le consta que lo hiciera nadie de su Gobierno, apuntando directamente al inspector jefe del Consorcio de Bomberos de Valencia y jefe operativo de la emergencia en el Cecopi, José Manuel Basset.

Basset aún no ha declarado ante la jueza, y en la comisión de la dana de la Diputación de Valencia sugirió que los bomberos se marcharon del Poyo “porque tenían hambre”, es decir, que se fueron a comer. Luego, los bomberos mostraron los tiques de los bocatas y la tortilla que se había comprado en Mercadona para volver al barranco y exigieron a Basset una rectificación. Y lo hizo: dijo que la retirada fue una decisión técnica y que se produjo ante el descenso del nivel del cauce, pero nunca ha asumido que fuera él personalmente quien dio la orden. Se marcharon en plena alerta roja y emergencia hidrológica.

El 1 de diciembre, tras la emisión en La Sexta de una entrevista de Pradas, la comisión decidió citarla a comparecer. Hasta ese momento, los comisionados habían optado por retrasar la citación, pese a que su nombre figuraba justo después del de Mazón en la lista de comparecientes aprobada por este órgano.

Días después de la entrevista, Pradas entregó a la jueza de Catarroja los mensajes que intercambió con Mazón y con el que fuera su jefe de Gabinete, José Manuel Cuenca, el día de la riada. Desde las 11.32, Pradas informaba puntualmente al president de la magnitud de la riada y del riesgo en la infraestructura que desató la catástrofe, el barranco del Poyo: “Estoy en comunicación con Pilar Bernabé [delegada del Gobierno en Valencia]. Lo que más preocupa ahora es la zona de Ribera Alta, barranco del Poyo y río Magro. Acabamos de decretar la alerta hidrológica en municipios de esa zona. Hemos reforzado el 112, tenemos desplazados bomberos forestales, el consorcio [provincial de bomberos] también a tope. También vamos a pedir precaución por temporal marítimo”, señaló vía WhatsApp a Mazón, que en ese momento mantenía intacta su agenda institucional.

En esos mensajes aportados por Pradas se ve cómo el jefe de gabinete y mano derecha de Mazón, José Manuel Cuenca, dio instrucciones a Pradas durante toda la jornada sobre cómo gestionar la crisis. La exconsejera reportó a Cuenca a las 16.28, media hora antes del inicio de la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), de que había sido informada de “un fallecido en Utiel”. Horas más tarde, durante lo peor de la riada, Cuenca pidió a Pradas que no se decretara el confinamiento de la población: “Salo, de confinar nada por favor, calma”, escribió.

El segundo en intervenir en esta comisión ha sido Cayetano García Ramírez, entonces secretario autonómico de Presidencia y actual secretario autonómico de Economía en el Ejecutivo de Juanfran Pérez Llorca. Según lo que afirmó en su primera declaración ante la jueza, Cuenca dijo a Pradas que hablara con García Ramírez para que le resolviera las “dudas” jurídicas sobre un eventual confinamiento. El exsecretario autonómico de Presidencia fue el alto cargo que más habló con Pradas aquella tarde, lo hizo durante cinco minutos y 33 segundos.

En respuesta a la pregunta de la diputada de Compromís Águeda Micó, García ha asegurado desconocer si Mazón estuvo esa tarde en el Ventorro mientras él estaba trabajando en unas ayudas para las inundaciones en su oficina del Palau. “No sabía donde estaba ni ese día ni ningún otro, no conocía la agenda del president. A mí se me requiere para reuniones”, ha dicho García Ramírez.

Ha reconocido que ese día llevó en su coche hasta Benigànim y Xàtiva al jefe de Gabinete de Mazón, José Manuel Cuenca, y que entre las 16.15 y las 16.30 horas ya estaba de regreso en el Palau de la Generalitat, donde estuvo trabajando desde en un decreto de ayudas para los afectados por las inundaciones en Utiel desde por la mañana: “En el coche escuché al alcalde de Utiel en la SER con Carles Francino explicando la situación que se vivía allí. Llamé a la consellera [Pradas], que me confirmó que se había desplegado a la UME y que estaba en contacto con el alcalde”.

Antes de terminar su intervención, García ha señalado: “Quiero transmitirles a los afectados y a las víctimas que si algo he podido hacer yo mal yo les pido disculpas, de verdad, a todos ellos porque seguramente del sistema de ayudas que hayamos diseñado haya cosas mal, haya gente que se sienta que no está atendida como corresponde y les quiero pedir disculpas en ese aspecto y en el ejercicio de mis funciones, decirles [a los diputados] que aquí están mis facturas, mis WhatsApps, y lo que necesiten, aquí estoy”.

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