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El PP carga contra Montero en el Senado por sus tres años sin Presupuestos: “Feliz cumpleaños”

Montero se escuda en el “batiburrillo” de escándalos repicado por el PP para obviar su incumplimiento sobre las cuentas públicas

“Feliz cumpleaños”. Así fue cómo quiso iniciar este martes la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, la sesión de control al Gobierno y sobre todo a su vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. No fue el espejismo de ninguna tregua. La senadora popular se lanzó así, con sarcasmo, a refrescarle a la responsable de las cuentas púb...

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“Feliz cumpleaños”. Así fue cómo quiso iniciar este martes la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, la sesión de control al Gobierno y sobre todo a su vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. No fue el espejismo de ninguna tregua. La senadora popular se lanzó así, con sarcasmo, a refrescarle a la responsable de las cuentas públicas que cumplía el tercer año sin llevar en tiempo y forma un proyecto de Presupuestos Generales del Estado a las Cortes, como exige la Constitución, que fija que eso debe producirse a finales de septiembre. Luego repitieron el argumentario todos los demás senadores cuando preguntaban a Montero, Félix Bolaños o Fernando Grande-Marlaska sobre cualquier asunto. Los ministros lo replicaron todo con la consigna de que el PP lo fía todo a un “batiburrillo” de “mentiras y bulos” sobre sus escándalos.

No hubo ningún interés de felicitar a la vicepresidenta ni en Alicia García ni en los demás senadores del PP que la interpelaron y recalcaron que el Gobierno no ha presentado los Presupuestos como debía y que siga funcionando con unas cuentas públicas prorrogadas desde que “Pablo Iglesias era vicepresidente”, como aprovechó la portavoz popular para subrayar.

El único momento de paz del pleno del Senado fue el de los dos minutos de silencio que se guardaron al inicio, uno por las dos nuevas víctimas de violencia de género y otro para exigir un alto el fuego inmediato ante la “inaceptable masacre” en Palestina. Pero ni siquiera ese último minuto concitó total unanimidad, porque el portavoz socialista, Juan Espadas, pidió la palabra para apuntillar que ahí faltaba la condena al “genocidio”.

La sesión estaba planeada por el PP, que controla con mayoría absoluta el Senado, para cercar a la vicepresidenta Montero, que además actuaba en sustitución “de forma solidaria” del presidente Pedro Sánchez, que lleva 600 días (18 meses) y 30 plenos sin acudir a ser controlado por la Cámara Alta. El PP ha cambiado con su mayoría el Reglamento del Senado para forzar esas presencias, pero el Gobierno razona que la Constitución le otorga la potestad de decidir cómo y quién protagoniza esos duelos.

El PP preguntó de esta manera varias veces a Montero por la razón por la cual no llega ese proyecto de Presupuestos, pero de forma retórica, porque la senadora García y los demás concluyeron que no pueden cubrir ese mandamiento constitucional “porque no tienen apoyos” parlamentarios. García no desperdició más su tiempo en esa denuncia sobre la tardanza de los Presupuestos “en elaboración desde 2023″ y la derivó rápidamente a enumerar sin aliento toda la cascada de casos de corrupción o escándalos que el PP achaca cada día al Gobierno de Sánchez: “La lista es larga y la vergüenza corta”.

La popular había preguntado formalmente por la gestión de la vicepresidenta y Montero no desaprovechó ese regalo para presumir de que comparece más que sus antecesoras del PP, citar todos los datos de crecimiento, empleo y mejoras sociales logrados en estos años y para lamentar “el monólogo y batiburrillo de argumentarios falsos” de los senadores populares. Montero concluyó ahí que esos senadores utilizan su escaño para competir “en un concurso de ver quién graba el vídeo más ocurrente para las redes”.

García llamó a Montero “candidata a la fuga” y auguró que al final “hará un Juan Espadas y dejará el Ministerio para perder en Andalucía”, en alusión a los cargos que tuvo que abandonar el anterior candidato a la Junta y ahora portavoz socialista en el Senado. Ni la alusión a los nonatos Presupuestos ni la provocación sobre el futuro resultado andaluz motivaron a la vicepresidenta. Sobre las cuentas públicas no aportó ninguna pista nueva. Lleva semanas diciendo que están ajustándose y que llegarán. Lo que sí activó su airada reacción fueron las recurrentes menciones sobre la corrupción contra Sánchez, su entorno familiar y la acusación de que persiste en La Moncloa como “escudo judicial” y “pulsera blindada” de un “femicinismo” que no ha protegido a las mujeres por el caso de las pulseras antimaltrato.

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