Podemos alienta el debate en sus bases para definir su relación con Sumar
La formación de Belarra quiere conocer la opinión sobre “el lanzamiento de la operación para acabar” con su partido mediante su relevo por el proyecto político de la ministra de Trabajo
La paz a la izquierda del PSOE continúa siendo una entelequia un año después de la ruptura entre Podemos y Sumar. La relación con la plataforma de Yolanda Díaz será uno de los debates fundamentales de la quinta Asamblea que el partido en el que Ione Belarra optará a la reelección celebrará en abril. La fractura fue tan traumática y sigue tan abierta que la cúpula quiere conocer la opinión de sus bases sobre “el lanzamiento de la operación Sumar para acab...
La paz a la izquierda del PSOE continúa siendo una entelequia un año después de la ruptura entre Podemos y Sumar. La relación con la plataforma de Yolanda Díaz será uno de los debates fundamentales de la quinta Asamblea que el partido en el que Ione Belarra optará a la reelección celebrará en abril. La fractura fue tan traumática y sigue tan abierta que la cúpula quiere conocer la opinión de sus bases sobre “el lanzamiento de la operación Sumar para acabar con Podemos”, según el documento interno en el que se alienta la participación de la militancia en el debate político que servirá de hoja de ruta para la próxima dirección del partido, cuyos cuatro diputados son vitales para el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
La reconciliación parece muy lejana, por mucho que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo llamase a la unidad a finales de enero. “Quien no quiera estar, lo tiene que explicar”, sentenció Díaz. “En los momentos históricos uno tiene que decidir de qué lado está”, apostilló. Sin embargo, Podemos, que se sintió ninguneado tras no estar presente con ministro propio en el Gobierno y además arrinconado dentro del grupo parlamentario de Sumar, donde se le negó un papel relevante en las Cortes, deja bien claro que las posiciones no podrían estar más enfrentadas. “Hemos pasado de la irrupción de Podemos en las elecciones europeas de 2014, que pusieron fin al sistema bipartidista, a unos años protagonizados por el procés en Cataluña, seguidos de [...] la formación del primer Gobierno de coalición de nuestra democracia, la brutal reacción golpista de la derecha política, judicial y mediática, y también de una parte de la progresía, contra los avances que fuimos capaces de producir [...], nuestra expulsión del Gobierno que construimos con nuestras propias manos, el achicamiento hasta el límite de nuestro espacio electoral y, recientemente, el inicio de una nueva trayectoria electoral creciente, inaugurada por la candidatura encabezada por Irene Montero a las elecciones europeas de 2024″, resume la dirección morada los diez años de historia de Podemos, que reivindica los logros del primer Ejecutivo de coalición (2020-2023) desde la Segunda República y responsabiliza de los males de la izquierda y del Gobierno al actual socio minoritario del PSOE.
Las pullas implícitas o directas a Sumar son constantes en las preguntas y listas de temas planteadas a las bases de Podemos. Y evidencian la gravedad del desgarro entre las distintas almas de la izquierda. “¿Cuáles han sido las diferencias principales entre la acción política del gobierno en la legislatura pasada, con Podemos formando parte del Consejo de Ministros, y el actual gobierno entre PSOE y Sumar? ¿Cómo funciona la defensa por parte del PSOE y de sus partidos satélites del mal menor? ¿Funciona el mal menor como una forma de frenar a la extrema derecha o, por el contrario, le da combustible para que avance más rápido?”, son algunas de las cuestiones planteadas. La operación Sumar tiene un apartado específico, con preguntas como “¿cuál ha sido la naturaleza de la operación política conocida como Sumar?, ¿cuál era su objetivo y hasta qué punto lo ha conseguido?” y “¿qué nos enseña respecto de la diferencia entre una izquierda intervenida por el PSOE y una izquierda autónoma?”. “¿Qué aprendizajes extraemos de esta experiencia respecto de la posibilidad de volver a tejer algún tipo de alianzas con otras organizaciones en el futuro?”, se apostilla en otra cuestión sobre uno de los grandes interrogantes de la política nacional por resolver y de la que puede depender que la derecha llegue al poder.
La formación de Belarra justificó su salida de Sumar a finales de 2023 y su paso al Grupo Mixto en el Congreso por su falta de capacidad de “hacer política”, pero en el proyecto de Díaz no compartían esa “visión victimista”. Para entonces, la relación entre las dos partes estaba ya muy deteriorada. Después de fraguar una alianza por puro interés electoral tras el descalabro de la izquierda en las elecciones autonómicas y municipales y el adelanto electoral convocado por Sánchez al día siguiente, Belarra fue denunciando lo que consideraba una estrategia de silenciamiento a Podemos. Unas críticas que se fueron recrudeciendo hasta el punto de llegar a afirmar que “Pedro Sánchez y Yolanda Díaz les habían “echado del Gobierno”. La crisis estalló por completo sin que hubiera transcurrido un mes de la tercera investidura del líder del PSOE para un nuevo mandato como presidente del Gobierno. Y desde entonces no ha habido ningún acercamiento. Al contrario: Podemos se ha convertido en el Congreso en un competidor directo de Sumar por la hegemonía en ese espacio.
Las opciones de Sánchez para seguir en La Moncloa dependen, entre otros factores, de que no haya más de una candidatura alternativa al PSOE. La última encuesta del CIS le daba por separado el 6,4% de los votos a Sumar y el 4,4% a Podemos. El último sondeo de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER les otorga un respaldo del 5,9% y 3,4% respectivamente. La candidatura unitaria que encabezó Díaz el 23-J logró el 12,3% de votos, una décima menos que Vox. Los socialistas aguardan con inquietud que ambas partes encuentren una solución y vuelvan a presentarse dentro de un proyecto común como ya hicieron en las elecciones generales de 2023. Un escenario imposible, al menos a corto plazo, según se deduce del documento de Podemos.