La llegada de una masa de aire frío hará caer las temperaturas entre 8° a 10° a partir del viernes

El descenso térmico puede venir acompañado de lluvias y nevadas en cotas bajas el viernes y el sábado, aunque la incertidumbre es alta a pesar de quedar pocos días

Una familia hace un muñeco de nieve en la localidad lucense de O Cebreiro, cubierta de nieve el pasado 28 de enero.Eliseo Trigo (EFE)

Muchos medios hablan de una nueva Bestia del Este pero, por mucho que deje titulares atractivos, son falsos. Lo que sí es verdad es que se espera “la llegada a España a partir de este viernes de una masa de aire frío, que provocará un descenso térmico acusado y que, junto a la posible formación de una borrasca en el Mediterráneo, podría venir acompañada de lluvias y nevadas en cotas bajas ese mismo día y puede que también el sábado”, según avanza este miércoles Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Bestia del Este es el nombre con el que la prensa europea bautizó a una ola de frío extremo que vivió el continente en febrero de 2018, con heladas y nevadas de récord que alcanzaron incluso a España, aunque ya debilitadas y de refilón. Pero la masa que llegará el viernes ni viene de Siberia ni es, por tanto, tan gélida, ni va a causar, en principio, ninguna ola de frío ni en España ni en el resto del continente.

“La incertidumbre de esta situación es mayor de lo habitual, por lo que no podemos precisar demasiado en el pronóstico, pese a que faltan pocos días”, admite Del Campo. De momento, lo que viene sin lugar a dudas son unos días de tiempo tranquilo a la espera del crudo frío invernal. Este miércoles ha amanecido con heladas en la meseta norte, páramos del centro y zonas de montaña. “Por el día, el ambiente será más templado que el martes en Galicia y en la mitad sur, con de 18° a 20° en puntos de Andalucía y del Mediterráneo. Tan solo habrá alguna lluvia débil en puntos del norte de Galicia y del extremo sur, en el resto, tiempo estable, aunque con bancos de niebla en el interior”, pronostica el portavoz de la Aemet. Castilla y León tiene aviso amarillo, el más bajo, por este motivo, y es el único aviso en vigor del día.

El jueves, más de lo mismo: cielos en general poco nubosos y lluvias débiles y dispersas y acotadas al extremo norte. Habrá también bancos de niebla, que serán densos en Castilla y León y estarán además acompañados de temperaturas bajo cero, por lo que estas nieblas podrán ser engelantes, es decir, que “se congelarán sus gotitas en contacto con las superficies y esto podrá crear peligrosas placas de hielo en la carretera”.

Las temperaturas bajarán ligeramente y habrá heladas en buena parte del interior que, en la meseta norte y páramos del centro, podrán ser de -5 ° o incluso más. Por el día, se superarán los 10°, salvo en las zonas donde la niebla sea persistente, y en el valle del Guadalquivir se rozarán los 20°.

El viernes hará acto de presencia la masa de aire frío, que tumbará los termómetros y sumará sus fuerzas a la posible borrasca en el Mediterráneo, que es la que complica el pronóstico. Así, ”se producirá un descenso térmico acusado, que se notará más en el interior peninsular y especialmente afectará a las temperaturas diurnas que, en algunos puntos, podrán ser hasta 8° a 10° inferiores a las del jueves”, describe el experto. Será, por tanto, una “jornada muy fría, en la que ciudades de la meseta norte y de la zona centro como Burgos, Valladolid, Ávila, Segovia, Madrid y Cuenca a duras penas alcanzarán 5° en el momento más cálido del día”.

De madrugada, aunque habrá heladas en el interior, serán “menos intensas que el día previo”. ¿Cómo es posible? Porque esta situación vendrá acompañada de un aumento de la inestabilidad, es decir, de más nubes, que harán de paraguas e impedirán que las heladas sean tan intensas, pero, al mismo tiempo, evitarán que suban las temperaturas durante el día. El efecto en los termómetros se da por seguro, lo que no está tan claro es la cantidad de agua y las zonas más afectadas. “Con el aumento de la inestabilidad, serán probables las precipitaciones en amplias zonas del territorio, aunque con una gran incertidumbre sobre en qué áreas serán más abundantes, por ahora parece que será el extremo norte de la Península”, avanza el experto. La cota de nieve bajará de 1.000 a 700 metros en la mitad norte, por lo que habrá nevadas en las montañas que, además, pueden ser copiosas. No se puede descartar que se produzcan nevadas en zonas de meseta.

El sábado continúa la incertidumbre en el pronóstico: ”Es probable que las precipitaciones se produzcan sobre todo en el este de la Península, pero no se puede descartar que sean abundantes en Cataluña y en Baleares”. Las nevadas podrían ser copiosas en los Pirineos, donde la cota será de tan solo 600 metros. En el resto del territorio, estará en 900 a 1.100 metros, algo más alta en el sureste, y “se recuperarán algo a las temperaturas diurnas, salvo en Cataluña y en el norte de la Comunidad Valenciana, donde bajarán”. Las nocturnas descenderán, se recrudecerán las heladas que afectarán de nuevo a buena parte del interior peninsular.

El domingo las heladas “se recrudecerán aún más y podría bajarse de -5° en amplias zonas de la meseta norte y en páramos del centro”, con heladas todavía más intensas en zonas de montaña. También podría haber el domingo precipitaciones en el extremo norte en Cataluña y en Baleares, con una cota de nieve baja en el norte. No se puede descartar precipitaciones en el resto del territorio, pero aún existe mucha incertidumbre.

Mientras, en Canarias, este miércoles habrá “vientos intensos, sobre todo en las cumbres”. El jueves y los días siguientes, cielos pocos nubosos, con algún intervalo en el norte de las islas y presencia de polvo en suspensión. Temperaturas suaves, con mínimas de entre 15° y 17° y máximas de entre 19° y 21° en zonas de costa.

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