Nahia, sin intérprete de lengua de signos en clase: “¿Cómo voy a estudiar? No entiendo y me aburro”
El Gobierno vasco reconoce dificultades para sustituir a las intérpretes en las aulas de Euskadi, pero impide a las tituladas en el grado universitario de lengua de signos acceder a las bolsas de trabajo
El pasado 17 de septiembre Nahia García bajó de casa sobre las ocho de la mañana y cruzó el parque camino de clase en el instituto que tiene justo al lado. No iba a ser un buen día. Nahia es sorda y su intérprete de lengua de signos había enfermado y estaba de baja. Ese día no había otra intérprete para sustituirla —apenas había pasado un día y no había dado tiempo a solicitar la sustitución—, pero tampoco llegó una nueva intérprete los días siguientes. Con la ayuda de su hermano, Nahia grabó un vídeo y lo subió a Instagram. “Hoy no hay intérprete ¿Cómo me voy a comunicar? ¿Cómo voy a estudiar...
El pasado 17 de septiembre Nahia García bajó de casa sobre las ocho de la mañana y cruzó el parque camino de clase en el instituto que tiene justo al lado. No iba a ser un buen día. Nahia es sorda y su intérprete de lengua de signos había enfermado y estaba de baja. Ese día no había otra intérprete para sustituirla —apenas había pasado un día y no había dado tiempo a solicitar la sustitución—, pero tampoco llegó una nueva intérprete los días siguientes. Con la ayuda de su hermano, Nahia grabó un vídeo y lo subió a Instagram. “Hoy no hay intérprete ¿Cómo me voy a comunicar? ¿Cómo voy a estudiar? No entiendo y me aburro. Es igual que el año pasado ¡Vaya chasco!”. Nahia sabía a lo que se enfrentaba: el curso anterior había estado más de dos meses sin intérprete de lengua de signos en clase. La historia se volvía a repetir.
Nahia tiene 15 años y estudia segundo curso de la ESO en el instituto Lakua de Vitoria. Como a muchos chavales de su edad, le gustan las redes sociales y el fútbol. Es del Barcelona y fan de Gabi. Hace teatro y en verano estuvo en un campamento de surf en Cádiz con otras niñas de su edad que son sordas. Allí hizo amigas de Madrid y Ciudad Real. Sonríe cuando las menciona. Su día a día en un instituto en el que sus compañeros desconocen la lengua de signos no es fácil. Y menos sin una intérprete.
Dos semanas después la situación sigue igual. Sentada en un banco frente al instituto, Nahia explica que apenas se ha enterado de algo en clase. En vez de una intérprete, Nahia recibe la ayuda de varias profesoras especializadas en pedagogía terapéutica y educación especial que tienen conocimientos en lengua de signos pero no son intérpretes. El Gobierno vasco aduce que no hay personal disponible en las bolsas de trabajo para las sustituciones, explican Pedro García y Blanca Gerbolés, los padres de Nahia. Nahia ha tenido clase de Historia. “Me aburro, no entiendo lo que dicen los profesores”, dice enfadada y repite durante la conversación el gesto de dos dedos sobre la palma de la mano que significa ‘intérprete’. Nahia padece una sordera cortical. Su cerebro no decodifica los sonidos. Su única forma de comunicarse es la lengua de signos.
“Están pisoteando los derechos lingüísticos de mi hija y les da igual. Es una falta de solidaridad y empatía increíble”, denuncia Pedro. Después de lo vivido el pasado curso, la familia ha vuelto a presentar varias reclamaciones ante el Gobierno vasco y el Ararteko (Defensor del Pueblo vasco). Y en esta ocasión también ante el Defensor del Pueblo en Madrid y el Ministerio de Derechos Sociales.
“Nos parece discriminatorio y negligente que nuestra hija estando en una edad en la que es fundamental su desarrollo y la adquisición de conocimientos, así como las necesarias relaciones con sus iguales, esté siendo gravemente perjudicada por la carencia de una intérprete de lengua de signos profesional que ejerza de puente comunicativo entre los profesores, los compañeros y nuestra hija”, señalan los padres de Nahia en un escrito presentado ante el Ararteko. Esta institución cerró el pasado curso el expediente tras recibir las explicaciones del Departamento vasco de Educación sobre los esfuerzos infructuosos que había realizado para buscar una intérprete sustituta para Nahia. Educación aducía “falta de personal disponible en esta y otras especialidades”.
Sin embargo, nueva información aportada por la familia al Ararteko evidenció un problema de fondo en la gestión de las bolsas de trabajo por parte del Gobierno vasco. La consejería no admite en esas listas a los titulados universitarios en el grado en Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda. Solo reconoce el título de Técnico Superior en Interpretación de Lengua de Signos —el ciclo de Formación Profesional que dejó de impartirse cuando se decidió que la enseñanza tenía que ser universitaria—, además de otro título superior de FP en Mediación Comunicativa. Pero no la titulación universitaria.
La Asociación de Intérpretes de Lengua de Signos del País Vasco (ESHIE) denuncia que hay tres intérpretes en Euskadi con esa titulación universitaria a los que el Gobierno vasco impide el acceso a las listas de sustituciones. ESHIE señala además que, a día de hoy, hay cinco plazas sin cubrir en varios centros escolares de Euskadi. El pasado curso, la asociación denunció problemas en los institutos de Bertendona en Bilbao y Plaiaundi en Irún. “En palabras de la anterior directora de personal del departamento de Educación, permitir el acceso de los titulados universitarios sería un trámite de un mes y esas personas podrían entrar y cubrir los puestos, pero no quieren”, afirma Azalía Gómez, portavoz de ESHIE. Según una respuesta de Educación al Ararteko, el Gobierno vasco se escuda en el convenio del colectivo de personal laboral docente de 2018 para no permitir el acceso a las listas.
La reclamación para que se permita a los titulados universitarios acceder a las bolsas de trabajo no es nueva. En 2021, representantes del movimiento asociativo de intérpretes de lengua de signos y entidades representativas de la comunidad sorda apoyados por sindicatos solicitaron el cambio. En junio de este año la petición ante el Gobierno vasco se volvió a repetir, esta vez entre los firmantes estaba la universidad pública Rey Juan Carlos de Madrid, la única que imparte en España el Grado de Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda desde su puesta en marcha en 2016.
Fuentes del departamento de Educación informaron a la Cadena Ser el pasado mes de marzo que el veto a los titulados universitarios se iba a levantar en breve, pero el Gobierno vasco liderado por Urkullu terminó su mandato en junio sin haber introducido el cambio. Los nuevos responsables del departamento insisten en que la voluntad es permitir que los titulados universitarios accedan a las listas, pero no dan plazos.
La asociación vasca de intérpretes explica que hasta ahora, durante la negociación del nuevo convenio, el departamento de Educación no ha incluido la titulación universitaria entre los requisitos para estar en las listas de intérpretes. Y denuncian que el Gobierno vasco quiere retirar la titulación de FP en Interpretación de Lengua de Signos y exigir tan solo la titulación de Mediadora Comunicativa que las intérpretes reclaman que quede fuera de sus listas: “No son titulaciones equivalentes ni entre las funciones y competencias de dicho profesional consta la interpretación de lengua de signos a lengua oral y viceversa”. Las mediadoras comunicativas tienen conocimientos de lengua de signos y están encargadas de desarrollar intervenciones educativas y sociales con personas sordas, sordociegas o con dificultades de comunicación, lenguaje y habla. La propia Asociación de Mediadoras Comunicativas del País Vasco (EUSKOBI AMECO) considera que no se deberían mezclar los perfiles profesionales en las mismas listas y han pedido la apertura de unas listas específicas en Educación donde se contemplen sus funciones. El Centro de Normalización Lingüística de las Lenguas de Signos Españolas —una entidad pública dependiente del Gobierno español— también ha mostrado en los últimos años sus reparos a la forma de actuar del Gobierno vasco y determinó en un informe que ambas figuras profesionales no son equivalentes.