El bisonte sobrevive al fuego y se asienta en la Sierra de Andújar

Los expertos valoran la adaptación al clima mediterráneo de esta especie amenazada que llegó hace cuatro años desde Polonia, con ejemplares en esta localidad jiennense, en Plasencia y en Ciudad Real

Uno de los bisontes de la Sierra de Andújar, traídos desde Polonia, en una imagen de febrero de 2023.juan de dios ortiz (Europa Press)

El incendio forestal que ha calcinado 800 hectáreas en el parque natural la Sierra de Andújar (Jaén) ha dejado tras de sí un enorme impacto en la fauna y flora de este valioso espacio. Entre los moradores de la finca Barranco San Miguel, donde han ardido la mitad del millar de hectáreas, se encuentran 19 bisontes que han logrado sobrevivir al fuego. Se trata de ...

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El incendio forestal que ha calcinado 800 hectáreas en el parque natural la Sierra de Andújar (Jaén) ha dejado tras de sí un enorme impacto en la fauna y flora de este valioso espacio. Entre los moradores de la finca Barranco San Miguel, donde han ardido la mitad del millar de hectáreas, se encuentran 19 bisontes que han logrado sobrevivir al fuego. Se trata de ejemplares que llegaron hace cuatro años desde Polonia a este lugar en las estribaciones de la Sierra Morena jiennense donde en verano se convive con 40 grados de temperatura. El bisonte figura en la Lista Roja europea de especies amenazadas de la UICN, aunque en los últimos 14 años ha multiplicado por cinco su censo al pasar de 2.400 a 11.000 ejemplares en toda Europa.

Pese a las muchas voces que se alzaron dudando de la capacidad de adaptación de estos animales a esta zona cálida próxima al valle del Guadalquivir, otros expertos entienden que el haber salido indemnes del incendio refuerza, y mucho, la resiliencia y la adaptación del bisonte al clima mediterráneo del sur del país. “Los bisontes sufrieron mucho estrés por el fuego, pero se fueron al otro extremo de la finca y han logrado sobrevivir”, explica Fernando Morán, veterinario responsable del Centro de Conservación en España del bisonte europeo.

En noviembre de 2020 llegaron 18 bisontes a la Sierra de Andújar procedentes del norte de Europa. Desde entonces han muerto cuatro ejemplares, pero la mejor noticia es que han nacido otros cinco. “Han adaptado su ciclo reproductivo a este entorno”, indica Morán. Y no solo se han adaptado al calor sofocante de Andújar en los meses estivales sino que también conviven con otras especies propias de estas sierras (venados, gamos, muflones, gato montés o buitre negro) en la finca privada donde se lleva a cabo este plan de reintroducción.

Antes de su llegada a Andújar, se desarrolló un plan similar en las tierras extremeñas de Plasencia, donde también las temperaturas superan en verano con asiduidad los 40 grados, y el año pasado llegaron otros 18 ejemplares a una finca privada de 3.000 hectáreas de Ciudad Real. “Se ha demostrado que el bisonte es una especie que puede adaptarse a muchas zonas del país y que puede suplir las lagunas que origina la falta de relevo generacional en la ganadería; el bisonte también sirve para eliminar el matorral que, ante la falta de pastoreo en muchas zonas, se convierte en combustible para los incendios”, explica el responsable del centro del bisonte europeo en España.

Un estudio publicado en la revista Biodiversity and Conservation, con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), también ha destacado la adaptación del bisonte al clima mediterráneo del sur de España. El estudio ha analizado por primera vez la dieta comparada de tres grandes herbívoros, bisonte europeo (Bison bonasus), ciervo común (Cervus elaphus) y gamo (Dama dama), conviviendo en una finca con hábitat típico de monte mediterráneo con predominio del encinar adehesado y la presencia abundante de arbustos como el lentisco, el espliego y el romero.

“El bisonte europeo es el mamífero europeo en vida de mayor tamaño, superviviente de un tiempo pasado en donde grandes manadas de herbívoros campaban a sus anchas por prados y bosques, moldeando el paisaje y promoviendo la biodiversidad”, señala Jordi Bartolomé, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor principal del estudio.

“La creación de nuevos núcleos reproductores en condiciones de semilibertad se ha convertido en una estrategia para garantizar la supervivencia de la especie, lo que a su vez permite aplicar su potencial para restaurar y mejorar la biodiversidad de estas áreas”, indica al respecto Jorge Cassinello, investigador del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) y coautor del estudio.

Dos de los bisontes que viven en la finca de El Encinarejo, en la Sierra de Andújar (Jaén).Jose Manuel Pedrosa (EFE)

No opina igual Miguel Ángel Simón, que fue director y principal artífice del proyecto de recuperación del lince ibérico en esta zona. Simón fue uno de los firmantes del escrito enviado a la Junta de Andalucía en el que se desaconsejaba la introducción del bisonte en este reducto del lince por el pisoteo de los bisontes a las madrigueras de los conejos, que son el principal sustento del lince.

La Junta de Andalucía, competente en la gestión de espacios naturales protegidos, ha autorizado la presencia de estos bisontes en Andújar con la calificación de “núcleo zoológico” y dentro de un programa de recuperación de una especie amenazada. Sin embargo, un grupo de expertos ha pedido a la Administración andaluza que modifique la catalogación del proyecto para que sea reconocido oficialmente como una “introducción benigna” al tratarse de una especie amenazada presente en una zona que no se corresponde con su área de distribución natural.

Una de esas voces críticas fue la de Carlos Nores, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo. A su juicio, el límite geográfico en el que se mueven los bisontes es de zonas con temperaturas medias invernales de menos cinco grados, algo que en España solo se da en los picos más altos de los Pirineos. En Andújar se está lejos de ello en invierno, y en verano se pueden alcanzar temperaturas de más de 45 grados.

El lince ibérico tras el incendio

El incendio forestal de la Sierra de Andújar sí que ha afectado de manera parcial a las zonas de cría de tres de las 11 hembras de lince que desarrollan esta actividad en este entorno, donde vive una de las poblaciones más importantes de la Península.

La fundación CBD Hábitat, socio del proyecto Life LynxConnect, indica que actualmente la densidad de conejo en esta área es muy baja, lo que hace que la productividad de las hembras reproductoras sea reducida y en su mayor parte esté asociada a territorios en los que se realiza alimentación suplementaria.

Una vez controlado el incendio forestal, la fundación CBD Hábitat va a intensificar la alimentación suplementaria en el territorio de esta hembra para minimizar los posibles daños que haya podido provocar el incendio. Hace 23 años que España emprendió el rescate del lince ibérico, que se encontraba en un estado terminal, con solo 94 ejemplares en dos poblaciones separadas: 54 en Andújar y 40 en Doñana (Huelva). Ahora esa cifra ha subido a más de 2.000 linces, entre los que hay 648 adultos, lo que llevó este mes de junio a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza a rebajar el grado de amenaza del felino, que ha pasado de estar en peligro de extinción a la categoría de vulnerable.

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