La semana fantástica de Miguel Tellado
El ariete de Feijóo eleva al máximo la confrontación política con una incesante campaña de insinuaciones sin pruebas
A cualquier hora, en jornada laboral o en fin de semana, Miguel Tellado siempre está ahí. En un comunicado, en una rueda de prensa, en una entrevista o en un tuit, el ariete que Alberto Núñez Feijóo se llevó de Galicia a Madrid y encumbró a portavoz en el Congreso comparece en permanente disposición de ataque. Una máquina de sembrar gravísimas insinuaciones, sin descanso y sin necesidad de detenerse a comprobar la veracidad de lo afirmado. ...
A cualquier hora, en jornada laboral o en fin de semana, Miguel Tellado siempre está ahí. En un comunicado, en una rueda de prensa, en una entrevista o en un tuit, el ariete que Alberto Núñez Feijóo se llevó de Galicia a Madrid y encumbró a portavoz en el Congreso comparece en permanente disposición de ataque. Una máquina de sembrar gravísimas insinuaciones, sin descanso y sin necesidad de detenerse a comprobar la veracidad de lo afirmado. A veces, prende un incendio, como el pasado jueves, cuando pidió que los buques de la Armada salgan a detener cayucos. Este es un resumen de una semana cualquiera en la actividad política de Tellado.
Domingo, 30 de junio. No hay jornada de asueto para el portavoz de Feijóo, que al mediodía está ya delante de los micrófonos. Llega con un hallazgo dialéctico: “Mañana comienza la semana fantástica de la corrupción del PSOE”. Tellado calienta la citación judicial, cinco días después, de la esposa del presidente para declarar como investigada. La señala a ella y al hermano del jefe del Ejecutivo, empleado de la Diputación de Badajoz y también denunciado por el grupo ultra Manos Limpias: “Begoña Gómez y David Sánchez son los Koldos de Pedro Sánchez”. Una hora después, se despliega en X. Ha leído en un medio que el presidente despidió en su día al ministro José Luis Ábalos “sin darle ningún tipo de explicación”. Y de ahí infiere: “Queda claro que [Sánchez] lo sabía todo y lo tapó”. Lo que no queda claro es qué incluye ese “todo”.
Lunes, 1 de julio. A las 9,16, saluda en X: “Empieza la Semana Fantástica de la Corrupción del PSOE”. Lo ilustra con la portada de Abc: “El Gobierno sabía más de un mes antes que Delcy [Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela] llegaba a Madrid”. “Otra prueba más de que Sánchez lo sabía y lo tapó”, sin especificar qué. A las 12.34, los cañones apuntan al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a quien Sánchez ha defendido en la SER: “¿Dimitir su servil brazo ejecutor y ministro número 23?, ¿dimitir el que manosea la Justicia al gusto y necesidades de su amo?”. A las 14.50, reacción a la negativa del Tribunal Supremo a aplicar la amnistía a los independentistas condenados por malversación: “Sánchez ha engañado a todos, también a sus socios”. A las 18.18, turno para uno de sus objetivos predilectos, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a propósito de una denuncia judicial sobre contratos del Gobierno balear que ella presidía “En cualquier país de la UE esta señora estaría hace tiempo en su casa en lugar de estar arrastrando su dignidad por las instituciones y amarrándose a una silla que le viene muy grande”.
Martes, 2. En la sala de prensa del Congreso, suele comenzar sus comparecencias con un preámbulo que puede prolongarse hasta media hora arremetiendo a diestro y siniestro. Hoy se queda en 17 minutos, que arranca citándose a sí mismo: “Dijimos que iba a ser la semana fantástica de la corrupción del PSOE y ciertamente acertamos”. Llama “comisarios políticos” a magistrados del Tribunal Constitucional (TC) y dice del fiscal del Estado que “en vez de perseguir los delitos, es capaz de promoverlos”. Con gran seguridad anticipa resoluciones judiciales. A los que aspiran a la amnistía —”son tan delincuentes que ni les salva una ley hecha ad hoc”— les avisa de que “pierdan toda esperanza”. Y a García Ortiz, que “está al borde de la imputación”.
Su gran tema es Begoña Gómez. Adopta un tono solemne e imagina su tránsito camino del juzgado: “En España, el próximo viernes, la mujer del presidente del Gobierno saldrá del palacio de La Moncloa donde vive, a bordo de un coche oficial, presumiblemente con las lunas tintadas (…) No sabemos si el cuadro se completará con el presidente a bordo de ese coche oficial. Lo que sí sabemos es que no hay dictador a desenterrar que pueda tapar las miserias de la situación en que se encuentra el presidente y todo su entorno”. Declara conocer “de forma fehaciente”, aunque nadie lo ha probado, que Gómez “ha intervenido en la adjudicación de contratos públicos a costa del contribuyente”. Preguntado sobre inmigración, sostiene que “España vive una crisis migratoria sin precedentes” -ningún dato lo corrobora- porque las fronteras son un “coladero” y el Gobierno “no las defiende”.
Miércoles, 3. Visita a Granada. La ocurrencia del día sobre el presidente y su mujer: “Son los Kirchner de España”.
Jueves, 4. Comienza el día en Antena 3 con Susanna Griso. Arremete contra el Gobierno por su “discurso populista de atacar a los jueces” con “señalamientos directos”. Un minuto después, es él quien denuncia un “hilo directo desde Ferraz y desde La Moncloa hasta el Tribunal Constitucional”, cuyos magistrados “siguen instrucciones” para rebajar las penas a los condenados por los ERE de Andalucía. Ante una pregunta sobre inmigración, se apunta al discurso de Vox: pide movilizar a la Armada “en los países de donde parten esos cayucos” a fin de “defender nuestras fronteras”. Cuando llega al Congreso para intervenir en defensa del pacto sobre el Poder Judicial -su discurso será más bien un alegato contra el PSOE-, el incendio está servido.
Viernes,5. Begoña Gómez, ante el juez, “un día negro para nuestra democracia”, ilustra en un discurso a la dirigencia del PP de Valladolid. Critica el dispositivo de seguridad en el juzgado. Acusa a Gómez de “intentar impedir esta comparecencia”. Defiende que “tendrá que explicar lo que pasa en la casa de los Sánchez-Gómez, que es la casa de todos los españoles”. La negativa inicial de la mujer del presidente a declarar porque no le habían informado de una nueva querella tiene una lectura clara: “El que calla otorga”. “Probablemente las explicaciones que podía dar no están al alcance de salir de ese juzgado impune”, remacha.
En un momento de su intervención, una sonrisa lo ilumina. Llega el chiste del día. Sánchez había anunciado la víspera la creación de un laboratorio de ideas en el PSOE de nombre Avanza, y Tellado propone rebautizarlo como La Banda. Sugiere un “organigrama”: “De directora y encargada de contratación, una tal Begoña Gómez; de relaciones internacionales, su propio hermano, David Sánchez [domiciliado en la localidad portuguesa de Elvas]; director de finanzas, Koldo García; asesor jurídico, Álvaro García Ortiz, y presidenta de honor, inexcusablemente, Magdalena Álvarez [exministra y exconsejera andaluza, parcialmente exonerada por el TC en el caso de los ERE]”.
La conclusión es que el PSOE está inmerso en “una trama de corrupción de dimensión incalculable”. Y en un alarde final de capacidad deductiva, Tellado revela el motivo por el que Sánchez “quiso ser presidente a toda costa”: “Porque necesitaba todos los resortes del Estado a su disposición para proteger a su Gobierno y a su entorno familiar de la justicia”.