El auge de Alvise Pérez y por qué ha logrado tres eurodiputados y 800.000 votos

Luis Pérez Fernández, sevillano de 34 años, ha sido el candidato más buscado en Google en los últimos siete días en España. En las redes sociales lanza bulos y arremete contra los partidos tradicionales

Alvise Pérez (con visera), el pasado viernes en la plaza de Colón de Madrid.Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ | Vídeo: EPV

Habla Alvise Pérez: “Hay que destruir el sistema y construirlo desde cero”. “Si hay un narcoterrorista, no quiero que se le persiga, quiero que le pegues con un subfusil”. “Cada vez hay más inmigrantes ilegales que no sabemos si son violadores”. “Quiero que Pedro Sánchez vaya a prisión”. “En el momento en que un okupa entre en tu casa, a la cárcel”. “Todo lo que tocan los partidos se corrompe”. “No me fío de los cargos de Correos. Soy el único candidato que ha dicho que no le voten por correo”. “Antes me muero desangrado que traicionar al pueblo español”. “Periodistas, furcias mediáticas de la...

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Habla Alvise Pérez: “Hay que destruir el sistema y construirlo desde cero”. “Si hay un narcoterrorista, no quiero que se le persiga, quiero que le pegues con un subfusil”. “Cada vez hay más inmigrantes ilegales que no sabemos si son violadores”. “Quiero que Pedro Sánchez vaya a prisión”. “En el momento en que un okupa entre en tu casa, a la cárcel”. “Todo lo que tocan los partidos se corrompe”. “No me fío de los cargos de Correos. Soy el único candidato que ha dicho que no le voten por correo”. “Antes me muero desangrado que traicionar al pueblo español”. “Periodistas, furcias mediáticas de la información”. “No somos ultras. Somos patriotas hartos de los partidos políticos”. Son frases recogidas de diferentes entrevistas en canales de YouTube durante la campaña de las elecciones europeas.

Luis Pérez Fernández, conocido como Alvise, ha sido el candidato más buscado en Google en los últimos siete días en España, según datos del propio buscador. Este domingo fue votado por 800.763 personas y obtuvo tres europarlamentarios: el 4,59% de las papeletas. Alvise lidera la formación Se Acabó la Fiesta, que no es un partido político sino una agrupación de electores, es decir, un conjunto de ciudadanos que se asocian temporalmente con el único fin de presentarse a unos comicios, en este caso los del Parlamento Europeo, donde según la ley electoral se necesitan al menos 15.000 firmas para presentarse. Con tintes que lo asemejan al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, al que dice admirar, pretende construir la cárcel más grande de Europa a las afueras de Madrid. “Meter incluso a una persona que tenga un tatuaje de una banda: te vas a la puta cárcel. Si tenemos que meter a 40.000 tíos, les metemos [...] Y si viene la ONU, me descojono”. Sin apenas eco en los medios tradicionales, ¿de dónde sale Alvise?

Alvise nació en Sevilla hace 34 años. Estudió Ciencias Políticas por la UNED, pero no terminó la carrera. A los 22 años se marchó al Reino Unido, donde trabajó para los liberales demócratas. Allí fue nombrado delegado de la Federación Internacional de Juventudes Liberales (IFLRY), según contó él mismo en una entrevista en La Razón en 2021. “Hice buena fama y un día recibí una llamada de recursos humanos de Ciudadanos”.

En ese partido le ofrecieron ser el jefe de gabinete de Toni Cantó, que por entonces era diputado de la formación en las Cortes Valencianas (2016-2019). Cantó y Alvise se seguían en redes sociales. Un día quedaron para desvirtualizarse. El político le echó el lazo de inmediato para su equipo al ver el tirón que comenzaba a tener en redes sociales. “Estas han sido unas elecciones perfectas para él porque la gente está hasta los cojones y él es muy habilidoso con las redes”, cuenta un exmiembro de Ciudadanos que trabajó con él en Valencia. “Aquí duró un año. No se sentía cómodo con algunos mensajes del partido, sobre todo con las cosas de la violencia de género, y se marchó”. Un portavoz de Compromís dice que su paso por las Cortes Valencianas fue discreto. “Estaba en un segundo plano. Se le veía por allí y poco más. No hablaba en público. Lo de ahora era imprevisible”.

Alvise Pérez (con visera), levanta el puño rodeado de sus seguidores, el pasado viernes en la plaza de Colón de Madrid. Claudio Álvarez

Hablan asistentes al mitin de Alvise en la plaza de Colón de Madrid el pasado viernes. Un hombre de 27 años: “Es un tío que ataca la corrupción. Le sigo desde hace cuatro años”. Otro hombre de 64: “Yo votaba al PP. Él da a caña a todos y esto puede ser un revulsivo”. Una pareja de 24 y 21: “Es un partido distinto. Se sale de lo común. No se posiciona, va al enemigo, que es el sistema. Antes había votado a Vox. [Alvise] Me salió un día en Instagram y le seguí por Instagram”. Dos mujeres de 40 y 43 años: “No es un candidato. Es otra manera distinta de hacer política. Quiere cambiar el sistema. Le seguimos desde la pandemia. Se necesita un meneo porque Vox no ha hecho nada”. Alvise congregó aquí a 1.000 asistentes con un megáfono en una mano y una camiseta negra con un QR a la espalda que dirige hacia su canal de Telegram.

Tras la salida de Ciudadanos, llegó a Madrid para dedicarse a tiempo completo a las redes, donde se mueve como pez en el agua. En una conversación con EL PAÍS en 2021 dijo que tiene un equipo de productores de vídeo y abogados, sin especificar el número ni el salario. Los primeros le ayudan a crear contenido; los segundos, a defenderse de las consecuencias. Entre otros, le han demandado el exministro de Fomento José Luis Ábalos; el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, y la periodista de La Sexta Ana Pastor.

Alvise ha reconocido abiertamente que se ha presentado a las elecciones para buscar la inmunidad judicial en Europa. Según publicó elDiario.es, tiene dos causas abiertas que tendrían que ir al Tribunal Supremo si obtuviera un escaño. Él cuenta con donantes que costean toda la operación. “A la gente le gusta meter dinero para seguir informando y que no te ahoguen las causas judiciales”, dijo en una entrevista. Tiene un perfil en Patreon, un sistema de micromecenazgo, donde más de 600 usuarios le han abonado una cantidad mensual. Un financiador conocido es Hazte Oír, la asociación de corte ultracatólico. Alvise ha liderado protestas antiabortistas en clínicas de Madrid junto a ellos: la última fue el pasado año. En noviembre también lideró la manifestación más numerosa en Ferraz junto al líder de Desokupa, Daniel Esteve, que ha difundido bulos contra inmigrantes.

Entre todos sus perfiles de redes sociales (Instagram, Facebook, TikTok, Telegram) suman 1.800.000 seguidores (aunque muchos de estos usuarios le siguen en todas sus cuentas). Un 54,9% de los españoles utiliza las redes sociales para informarse, según el último estudio del CIS.

La cuenta de Alvise en X (antes Twitter) ahora está suspendida. En marzo de 2017 creó su perfil de Instagram (la red social más utilizada en España); si bien en un primer momento usaba con un estilo más personal, con el paso del tiempo fue añadiendo tintes políticos. Aquí suma ya 849.000 seguidores, más que cualquier partido político en España (Vox, 739.000; Podemos; 249.000; PP; 169.000; Sumar, 160.000; PSOE, 154.000). El 1 junio de 2017 lanzó también su página de Facebook, donde alberga a 223.000 seguidores, casi los mismos que el PSOE pero 40.000 menos que el PP y tres veces menos que Vox y Podemos.

El 24 de septiembre de 2018 crea también su canal de Telegram, donde lanzó este primer mensaje: “Mantengo este canal donde podré prevenir bloqueos en Facebook y Twitter, y donde iré lanzando diferentes audios sobre política y actualidad”. Desde entonces, más que un canal de información ha tratado de crear una comunidad, haciendo ver a sus seguidores que forman parte de un movimiento único, transversal: “Este canal es la vía que nos queda, amigos”. “Van a saco contra las críticas con la izquierda. Es una caza de brujas”.

Asistentes al mitin de Alvise Pérez, en Madrid.Claudio Álvarez

Días después de escribir eso, Alvise criticaba también un presunto ataque contra Caso Aislado, una web de ultraderecha creada en abril de 2017 y que, según el portal más especializado en desinformación en España, Maldita.es, es el portal que más bulos mueve sobre la inmigración. La comunidad de Alvise en Telegram está entregada a esa causa.

Hostiga a la prensa. Señala a periodistas con nombres y apellidos para que sus seguidores se echen en tromba contra ellos. Todos se hacen llamar “ardillas”. Hacen fotos a políticos. A periodistas. Las envían. Las comparten. En Telegram cuenta ahora con 480.000 adscritos ―en 2021 eran 50.000—, más que cualquier partido político (Vox, 44.000; Podemos, 21.454; PSOE, 6.428; Sumar, 6.000; PP, 5.644).

También en Telegram Alvise mantiene un mensaje fijado con un número de cuenta bancaria y un móvil para que le envíen dinero a través de Bizum. Durante la jornada electoral de este domingo trató de arengar a los suyos con mensajes que apuntaban a un posible fraude electoral porque supuestamente en “varios” colegios no había papeletas con su formación. “No pasa nada. Movilización masiva y exigencia a la policía”, escribió. Ha prometido sortear su sueldo entre sus seguidores. Son estrategias idénticas a las que usó el ahora presidente argentino Javier Milei en la primera vuelta de las elecciones.

Instagram de Alvise Pérez, este domingo.

Hace cuatro años, el 23 de enero de 2020, Alvise fundó la empresa Resistencia Popular SL, dedicada a la “representación en medios de comunicación”. Según el Registro Mercantil, cerró con pérdidas de 4.824,81 euros durante 2021. La empresa no cuenta con trabajadores y no tiene estructura. Tampoco un local comercial donde desarrollar la actividad, ni apenas mobiliario u otros activos para operar.

Tres meses después llegó la pandemia. Ahí Alvise creció como la espuma. Dijo que Manuela Carmena había recibido un respirador en su casa para evitar ir a un hospital y hacer cola: bulo. Dijo que Salvador Illa había dado positivo en covid en una prueba de PCR: bulo. Pero sus vídeos y mensajes se viralizaban de inmediato. Tanto es así que el 2 de abril de 2020 abrió su propio canal de YouTube, donde ahora cuenta con 280.000 suscriptores: más que cualquier partido político, excepto Vox.

“Mi primer contacto con él fue sin conocerle de nada”, cuenta por teléfono la exdiputada de Vox Macarena Olona. “Pasé una situación mala en 2018 como secretaria general de Mercasa porque investigué un caso de corrupción. De repente, cuando estaba a punto de declarar, se viraliza mi foto y un texto en el Facebook de Alvise defendiéndome”. Tiempo después, se encontraron en el Congreso durante una reunión con altos cargos de Vox. “Si [Santiago] Abascal tenía dudas sobre un dato o un número, le preguntaba a Alvise. Me dijo que era el mejor analista que había conocido en su vida. Alvise tiene mucha información sobre Abascal”, afirma Olona. Cuentas y eurodiputados de Vox han atacado a Alvise en redes sociales en los últimos días: un síntoma de cómo la formación de extrema derecha ve que pesca en su electorado.

Reparto de papeletas electorales de Alvise Pérez, el pasado viernes en la plaza de Colón de Madrid. Claudio Álvarez

Olona, que mantiene muy buena relación con Alvise, dice que el denominador común de sus votantes es el descontento hacia Vox. “Ven que no ha cumplido sus expectativas y ven en él una esperanza. Es un votante transversal, que también viene de la abstención. De ir contra el sistema aplicando las recetas de siempre”. Un exalto cargo del PP que ha tenido línea directa con él afirma que recibe donativos de “forma bestial”. “La estrategia de incendiar solo le beneficia a él. Tiene un nicho de voto de 40 años hacia abajo. Conozco a mucha gente que va a votarle”.

A esto se suma el escaparate de las elecciones europeas ―muy propicias para las nuevas formaciones, como sucedió con Podemos en 2014 o con el empresario José María Ruiz Mateos en 1989— y la pérdida de confianza de los españoles en los partidos, sobre todo los últimos cinco años, según el CIS. La principal característica del sistema electoral europeo es que todos los votos valen lo mismo. O dicho en lenguaje de politólogo: circunscripción única nacional para todos los eurodiputados.

Acto de campaña de Alvise Pérez, el pasado viernes en la plaza de Colón de Madrid.Claudio Álvarez

Stribor Kuric, investigador del Centro Reina Sofía de la Juventud, cuenta que los últimos estudios que han publicado desprenden una tendencia polarizadora entre la población de 15 a 29 años. “Los chicos y chicas tienden hacia los extremos. Los chicos, hacia la derecha, y las chicas, hacia la izquierda. La ruptura de consensos sociales en el espacio público influye y esto va entrando entre la gente”. Kuric destaca también los algoritmos de las redes. “Si el contenido publicado en una red genera mucho rechazo, se viraliza más y tienes más visibilidad y llega a más gente”. Todos los vídeos de Alvise cuentan con muchos comentarios y ‘me gustas’: viralización inmediata.

“La clave es que Alvise ha creado una entidad colectiva”, dice Raúl Magallón, profesor de la Universidad Carlos III especializado en la desinformación. “Estábamos acostumbrados a que la puerta de la entrada a la política venía a partir de los partidos políticos y ahora viene a partir de las redes”. El siguiente paso, según el propio Alvise, son las elecciones generales.

Alvise Pérez, el pasado viernes en Madrid. Claudio Álvarez

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