Un niño sin nombre entre los fusilados del barranco de Víznar
El equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada muestra su conmoción por el hallazgo de un pequeño de entre 11 y 14 años en una fosa común. Tenía dos impactos de bala en la cabeza, un lápiz y una goma de borrar
Entre más de una decena de esqueletos en una fosa común en el barranco de Víznar (Granada), los arqueólogos han encontrado los restos de un niño de entre 11 y 14 años fusilado en la Guerra Civil. Le pegaron dos tiros: una bala atravesó y rompió el cráneo; la otra se encontraba todavía dentro. Junto a los huesos, apareció un lápiz de dibujar y una goma de borrar. “Estamos muy impactados. Nos ha tocado fuerte”, explica Paco Carrión, profesor de Arqueología de la Universidad ...
Entre más de una decena de esqueletos en una fosa común en el barranco de Víznar (Granada), los arqueólogos han encontrado los restos de un niño de entre 11 y 14 años fusilado en la Guerra Civil. Le pegaron dos tiros: una bala atravesó y rompió el cráneo; la otra se encontraba todavía dentro. Junto a los huesos, apareció un lápiz de dibujar y una goma de borrar. “Estamos muy impactados. Nos ha tocado fuerte”, explica Paco Carrión, profesor de Arqueología de la Universidad de Granada, que dirige desde 2021 los trabajos de búsqueda de desaparecidos en este paraje, próximo al lugar donde fue asesinado el poeta Federico García Lorca. “Pensaba que podía ser mi nieto, me imaginaba un ser tan indefenso a punto de ser ejecutado. Fue el último cuerpo que encontramos, es decir, que lo habían matado el primero”. Tenía 14 cuerpos más encima.
El pequeño no tiene nombre. “Desconocemos su identidad porque en ninguna fuente de las que hemos consultado y que manejan los historiadores que trabajan en el proyecto hablaban de un niño fusilado”, explica Carrión. “La hipótesis que barajamos es que una de las otras 14 víctimas que hemos encontrado en la fosa es su padre. Lo sabremos cuando se realicen los análisis genéticos en los laboratorios de la Universidad de Granada”. Nadie lo reclamaba. Si no logran encontrar familiares, los restos serán reinhumados en un memorial con los otros fusilados que no cuentan con parientes vivos. “De momento, hemos recuperado los restos de 124 personas, 34 de ellas mujeres, en 17 fosas en el barranco de Víznar. Creemos que puede haber unos 200 en total. Hemos llegado tarde, porque hasta hace apenas diez años no había fondos para realizar estos trabajos de manera científica, y ahora es difícil encontrar a todas las familias”. Medio centenar de hijos, nietos y bisnietos sigue pendiente de las identificaciones.
Es habitual que los esqueletos recuperados en fosas del franquismo correspondan a gente joven, pero no tanto. En 2010, el actor Javier Bardem puso voz a Francisco Escribano, un chaval de 18 años cuyos restos fueron recuperados en febrero de 2006 de una fosa en Fontanosas (Ciudad Real) con los de otras seis personas: su padre, dos de sus tíos y un primo suyo. Uno de los asesinos había escrito en 2004 una carta anónima al Ayuntamiento en la que confesaba el crimen y señalaba el lugar donde habían enterrado los cuerpos una madrugada de julio de 1941. La misiva, redactada a máquina y enviada desde Barcelona, explicaba que una de las víctimas “era menor de 15 años”. Los expertos determinaron, cuando exhumaron la fosa, que eran unos pocos más y correspondían al hermano de José Escribano, cabrero, al igual que el resto de hombres ejecutados de su familia.
Los trabajos en el barranco de Víznar cuentan con la financiación del Gobierno central y la colaboración de la Junta de Andalucía, presidida por Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP. “A diferencia de otros lugares, donde gobiernan con Vox”, celebra Carrión, “aquí jamás nos han puesto un problema. Al contrario. No puedo comprender lo que están haciendo en otros territorios, derogando las leyes autonómicas de memoria y prestándose al revisionismo histórico de la extrema derecha. Esto es un tema de derechos humanos”.