El Supremo confirma 16 años de cárcel a la Reina de la Coca

El tribunal rechaza el recurso de Ana María Cameno contra la sentencia que la llevó a prisión y asegura que era la “directora” de una red de narcotráfico

Ana María Cameno, en el banquillo de la Audiencia Nacional, el 29 de marzo de 2022.

La condena que acabó llevando a la cárcel a Ana María Cameno, alias la Reina de la Coca, ya es firme. El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 16 años de prisión impuesta por la Audiencia Nacional en septiembre de 2022 a esta burgalesa que lideraba una red de distribución y venta de cocaína que en 2014 impulsó operaciones en las que se movieron casi 100...

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La condena que acabó llevando a la cárcel a Ana María Cameno, alias la Reina de la Coca, ya es firme. El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 16 años de prisión impuesta por la Audiencia Nacional en septiembre de 2022 a esta burgalesa que lideraba una red de distribución y venta de cocaína que en 2014 impulsó operaciones en las que se movieron casi 100 kilos de ese estupefaciente. El Tribunal Supremo ha desestimado los recursos de Cameno y de otros 11 condenados, a los que confirma penas de entre cuatro y nueve años de cárcel, por tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

De los 16 años de cárcel impuestos a Cameno, 12 corresponden a un delito contra la salud pública, y cuatro, a un delito de blanqueo. La Audiencia decretó, además, una multa de 21,2 millones de euros (20 millones por el primer delito y 1,2 por el segundo), también confirmada por el alto tribunal, que rechaza que, como alegaron los condenados, no existiera suficiente prueba de cargo contra ellos para sostener las condenas. Según los magistrados de la Sala Penal, en la causa hay una “relevante” prueba para acreditar la existencia de una organización criminal en la que Cameno actuaba como “directora u organizadora”.

El tribunal considera probado que Cameno no tiene ningún origen legal de ingresos, pero dispone de una importante cantidad de activos (propios directamente o a través de sociedades, o alquilados), desde casas a vehículos y que maneja “relevantes cantidades de dinero en efectivo”. El tribunal también considera fuera de duda que con la mediación de Cameno se llevaron a cabo operaciones de lavado de dinero y que no existe, como plantea la condenada, una sentencia “por conjeturas”. La condena, señala el tribunal, es “el reflejo constatado en la sentencia de pruebas sólidas del destino al tráfico de drogas de la recurrente, lo que es una realidad incuestionable y conforma la exigencia de la actividad delictiva previa y la utilización de esos fondos económicos obtenidos para ser lavados en el tráfico económico, utilizando para ellos a profesionales y a estructuras societarias para conseguir el blanqueo de estos capitales de ilícita procedencia”.

La sentencia del Supremo recoge extractos de la de la Audiencia Nacional, como aquellos que daban cuenta de las tretas de Cameno en su día a día para evitar ser descubierta: “Adoptaba medidas de seguridad extremas, evitando en lo posible las comunicaciones telefónicas, valiéndose de terceras personas y realizando encuentros personales en el interior de los distintos vehículos de los que era usuaria y en otros lugares”. Los jueces recuerdan también que, para el transporte de la cocaína, la condenada hacía uso de distintos vehículos, siempre a nombre de terceros, que habían sido manipulados para alojar la cocaína en una “caleta” oculta. Estos vehículos eran conducidos por otros miembros o colaboradores de su organización criminal, a quienes Cameno daba instrucciones para recoger la droga y entregarla a los compradores, recuerda la resolución del alto tribunal.

La Reina de la Coca era la base “permanente” de la organización criminal, en la que se integraban otras personas. Algunas de ellas formaban parte de la organización e intervenían en todas las operaciones, mientras que otros solo eran colaboradores habituales. Cameno manejaba el negocio de extremo a extremo, aseguran los jueces. “Mantenía contactos regulares con los suministradores y con los encargados del transporte de la sustancia”, señalan los jueces, que recuerdan que ella también se encargaba, junto a su entonces novio, de los pagos por la venta de la cocaína, “así como de los contactos con la red encargada de darle soporte técnico, jurídico y financiero [para] garantizar la ocultación y colocación en el exterior de los fondos procedentes de la actividad delictiva”. Para devolver a la economía legal el dinero obtenido del narcotráfico, Cameno contactaba con otras personas, a los que el Supremo condena por el “lavado” del dinero.

Tras la condena la Audiencia, contra la que la narco ha batallado en el Supremo, Cameno aceptó el verano pasado una nueva pena por narcotráfico en el juicio del caso de los Miami, en el que se juzgaba a cuatro grupos criminales que crearon una gran alianza que introdujo en España “ingentes cantidades de cocaína″ en la primera década de este siglo. La Fiscalía consideraba a Cameno el “principal elemento aglutinador y de comunicación entre los jefes supremos de las cuatro grandes ramas” de la macroalianza y pedía 39 años de prisión para ella, pero la acusada vio reducida su pena a solo cinco años al aplicársele las atenuantes de dilación indebida y de confesión.



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