Reino Unido y Países Bajos impulsan de nuevo la leyenda del turismo en Torremolinos

La localidad es la única que ha mejorado sus cifras de visitantes británicos en la Costa del Sol y vive un año de récord gracias al crecimiento del mercado neerlandés y de los países nórdicos

Turistas disfrutan de la playas, el paseo maritimo y los chiringuitos en la playa de La Carihuela de localidad de Torremolinos (Costa del Sol).Garcia-Santos (El Pais)

El restaurante Pedro, en la playa de La Carihuela, en Torremolinos (Málaga, 68.819 habitantes) es un hervidero. Pasan pocos minutos de la una de la tarde y decenas de turistas extranjeros piden mejillones con patatas fritas, paella de marisco o pescaíto frito. Algunos simplemente beben vino blanco al calor de otoño malagueño, que otros saborean unos metros más cerca del mar, en hamacas, como lagartos al sol por cinco euros al día. Es jueves de final de noviembre y más allá una familia hace fotos a una jábega varada en la a...

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El restaurante Pedro, en la playa de La Carihuela, en Torremolinos (Málaga, 68.819 habitantes) es un hervidero. Pasan pocos minutos de la una de la tarde y decenas de turistas extranjeros piden mejillones con patatas fritas, paella de marisco o pescaíto frito. Algunos simplemente beben vino blanco al calor de otoño malagueño, que otros saborean unos metros más cerca del mar, en hamacas, como lagartos al sol por cinco euros al día. Es jueves de final de noviembre y más allá una familia hace fotos a una jábega varada en la arena. “Está todo prácticamente lleno”, reconoce Pedro Sánchez, de 61 años, responsable del establecimiento hostelero. “Hay muchísimas personas entre semana, pero en fin de semana ya está todo a rebosar a pesar de las fechas”, subraya. A su alrededor solo se escucha hablar en inglés. Torremolinos es el único municipio de la Costa del Sol que ha superado la cifra de turistas británicos previa a la pandemia. Y con más de un millón de viajeros hasta octubre, se encamina a datos de récord gracias al impulso de los mercados nórdicos y de Países Bajos.

Cuando Sánchez nació en 1962, hacía un lustro que Brigitte Bardot había caminado descalza por las playas de esta localidad malagueña y faltaban dos para que la policía detuviera a Frank Sinatra por agredir a un fotógrafo. Aquel episodio ocurrió en el bar del hotel Pez Espada, entonces recién abierto. Sus nombres se mezclan con los de Kirk Douglas, Antonio Gades, Judy Garland, Marlon Brando, Ava Gardner, Kim Novak. Decenas de artistas que protagonizaron la época dorada de Torremolinos. Durante los años 60 y 70 fue capital turística, la referencia de la Costa del Sol. Famosos y anónimos se sentían atraídos por las playas, la forma de vida de lo que todavía era un pueblo y la luz mediterránea. Varias décadas después, similares argumentos vuelven a convencer al turismo, que durante 2023 se ha visto relanzado en el municipio. Lo hizo el invierno pasado, se confirmó durante el verano y continúa en una supuesta temporada baja. “Ahora mismo estamos al 88% de ocupación”, afirma Miguel Sánchez, propietario del Hotel Amaragua, con 275 habitaciones. La media durante todo el año alcanza el 83% de sus plazas ocupadas, un 12% más que en 2022. “En general, todo el año ha ido muy bien”, apunta.

Antes del puente de diciembre, que ha llenado los cielos malagueños de nubes con poca agua, el sol ha brillado día tras día durante todo el otoño. La tragedia de la sequía tiene en los municipios costeros como Torremolinos la otra cara de la moneda. “A pesar de las fechas en las que estamos, se nota mucho bullicio”, señala Silvia Maldonado, empleada de una tienda de souvenirs en la playa. Y en la calle Bulto, justo detrás del negocio, en la enorme terraza de La Tahona de la Carihuela apenas hay hueco. Sobre las mesas hay platos de calamares, ensaladas, salmorejo, bocatas de embutidos, cóctel de gambas con aguacate. “Paella”, pide Anthony Wilson, que acompaña su bocado con un Johnny Walker con hielo. “Llevamos unos días y aún queda una semana más. ¿El plan? Nuestro plan es que no hay plan. Sol, pasear. Nada más”, concluye.

Varios turistas extranjeros pasean y pasan el día en los bares del paseo maritimo de La Cahiruela.Garcia-Santos (El Pais)

Las cifras sostienen un año que se augura histórico para Torremolinos. El Instituto Nacional de Estadística refleja que hasta octubre —últimos datos disponibles— ya llegaron a la localidad 1,1 millones de turistas, lo que supone un 15% más que en 2019, mejor año de la Costa del Sol hasta ahora. Han crecido los viajeros nacionales, pero sobre todo los internacionales. También el número de pernoctaciones (para superar los cinco millones), la ocupación media en hoteles e incluso el número de habitaciones y plazas hoteleras, a pesar de que hay menos establecimientos abiertos que en 2019. “El sector turístico en Torremolinos goza de una excelente salud”, afirma su alcaldesa, Margarita del Cid, que destaca que hay dos nacionalidades, la británica y la neerlandesa, cuya mayor presencia “ha contribuido a firmar un 2023 de récord”.

El mercado británico es la gran alegría turística de la ciudad. El número de viajeros creció hasta los 151.000 hasta agosto —último dato facilitado por el ayuntamiento— lo que supone un 20% más que antes de la pandemia. Es el primer mercado emisor para Torremolinos, donde se alojan uno de cada cinco turistas de Reino Unido que llega a la Costa del Sol. La recta final del año se prevé también positiva porque las aerolíneas han aumentado un 15% sus plazas hasta el aeropuerto de Málaga en el último trimestre hasta rozar las 700.000. Ryanair, EasyJet y Jet2.com son las compañías líderes, que viajan principalmente desde Londres, Manchester y Bristol. Muchos de sus clientes acuden para largas temporadas. “Es que esto es una delicia”, confirman John y Michael, que toman pintas y fuman en pipa en la terraza del bar La Tasca. Jubilados, ambos relatan que pasan un mes completo en esta zona cada otoño desde hace 20 años.

Para Torremolinos, además, 2023 ha dejado otras dos grandes noticias. La primera llega desde Países Bajos. Los visitantes de esta nacionalidad han crecido un 47% respecto a 2019 entre enero y octubre. La localidad acoge ya a un tercio de los neerlandeses alojados en la Costa del Sol. Son turistas muy apreciados en el litoral malagueño por el tamaño de su bolsillo: un informe elaborado por la Diputación Provincial refleja que su presupuesto para vacaciones ronda entre los 3.000 y 5.000 euros. Se sienten, además, como en casa: hay bares, restaurantes, supermercados y otros muchos negocios regentados por sus compatriotas. La segunda gran noticia viaja desde los países nórdicos, que también se dejan notar. Solo los finlandeses llegados en los diez primeros meses del año, por ejemplo, suponen un 17% de crecimiento respecto a la etapa previa al coronavirus. “Este municipio es muy demandado por el turismo internacional, más del 70% de sus visitantes son extranjeros, y eso le ha permitido tener un buen comportamiento todo este 2023″, concluye Javier Hernández, uno de los responsables de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol, que mira con prudencia al futuro a pesar de que las previsiones indican que Torremolinos continuará 2024 con su idilio turístico.

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