Un plan para deportes extremos de un bisnieto de Franco amenaza la despensa de agua de Málaga
El proyecto de un centro de alto rendimiento agilizado por la Junta de Andalucía preocupa a ecologistas, regantes y Ayuntamiento de Coín
Con 24.309 habitantes, el municipio de Coín es la despensa de la provincia de Málaga. El clima, la calidad de la tierra, una amplia red de acequias y su tradición campesina sitúa este territorio como epicentro agrícola. Cítricos y hortalizas se han beneficiado del inmenso acuífero existente bajo la Sierra Blanca, que suministra tanto al campo como a los vecinos de la ciudad. Ahora un enorme proyecto amenaza dicha balsa de agua. Está impulsado por la empresa Nature Calls Initiatives, ...
Con 24.309 habitantes, el municipio de Coín es la despensa de la provincia de Málaga. El clima, la calidad de la tierra, una amplia red de acequias y su tradición campesina sitúa este territorio como epicentro agrícola. Cítricos y hortalizas se han beneficiado del inmenso acuífero existente bajo la Sierra Blanca, que suministra tanto al campo como a los vecinos de la ciudad. Ahora un enorme proyecto amenaza dicha balsa de agua. Está impulsado por la empresa Nature Calls Initiatives, vinculada a Jaime Ardid Martínez-Bordiú, bisnieto de Franco, que pretende construir lo que denomina Centro Internacional de Alto Rendimiento en Deportes Extremos y e-Sports sobre una superficie de 135 hectáreas y una edificación de 50.000 metros. Ecologistas, regantes, la oposición municipal y hasta el Ayuntamiento —que este verano impulsó restricciones por la sequía— muestran su preocupación por la iniciativa, que tras los informes de hasta seis consejerías de la Junta de Andalucía ha sido declarada como “estratégica” por el Gobierno andaluz, dirigido por Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP.
El terreno sobre el que se prevé levantar el complejo deportivo, turístico y de ocio es hoy un campo de matorrales por el que pasean senderistas y que linda con una zona boscosa y dos urbanizaciones, Los Nebrales y Las Delicias. Según el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), es una parcela urbanizable, en la que hace dos décadas se dibujó un campo de golf y casi un millar de viviendas. La oposición vecinal y la crisis del ladrillo dieron al traste con aquella idea, pero ahora el hormigón vuelve a sobrevolar la zona —al sur del casco histórico— en forma de centro internacional de alto rendimiento con instalaciones para el “bienestar y el entretenimiento, alojamiento, restauración”, así como otras dedicadas a “eventos y comercio”, según recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA). El documento oficializó su declaración como “inversión empresarial de interés estratégico para Andalucía” durante los próximos tres años. Este es uno de los más de 100 proyectos que forman ya parte de la Unidad Aceleradora de Proyectos de la Administración autonómica, que agilizará sus trámites.
La Junta andaluza asegura que, de momento, la cuestión es todavía “muy incipiente” y que no deja de ser un proyecto al que quedan numerosos trámites por salvar. Sin embargo, diferentes entidades culturales, vecinales y medioambientales han creado la plataforma Mesa del Agua —abierta a la ciudadanía y a cualquier otra organización que se quiera unir— contra el proyecto porque, creen, esconde la idea de un desarrollo inmobiliario. Una de las fundadoras es la asociación Valle Natural Río Grande. “Hemos empezado a movernos ya porque los tiempos y los procedimientos vuelan. Nos oponemos frontalmente a cualquier tipo de construcción en esa zona porque es el nacimiento que surte al municipio”, explica Marisa Casal, portavoz de esta entidad, que enfatiza la importancia del agua tanto para los propios vecinos como para los agricultores.
Juan Manuel Loriguillo es presidente de la comunidad de regantes Llanos a Juntillas, la más antigua de la zona, que reúne a casi 1.600 campesinos. Relata que “hace unas décadas de la salida sureste manaban unos 3.000 litros por segundo, pero ahora las conducciones bajan a 40 metros de profundidad para extraerlos, porque sale más agua de la que se repone de manera natural”, certifica quien subraya que no conoce en detalle el proyecto de la compañía de Jaime Ardid Martínez-Bordiú. “Yo creo que no debería haber nada encima del acuífero, pero ya hay dos urbanizaciones”, dice Loriguillo, que aclara que es su opinión personal y que “la postura de la comunidad de regantes se decidirá en asamblea general”. Desde Ecologistas en Acción también muestran inquietud sobre la iniciativa y apuntan que en casos similares la entidad siempre ha sido consultada en la fase de evaluación ambiental estratégica. Esta vez no. “Eso puede ser porque todavía no se ha puesto en marcha o, peor, que se ha puesto en marcha con la aceleradora de la Junta, saltándose a la torera la participación ciudadana”, explican fuentes de la organización.
La preocupación la comparte el Ayuntamiento de Coín, que este jueves aprobó una moción posicionándose contra el complejo deportivo. El alcalde, Francisco Ríos, del PP, ya impulsó este verano restricciones ante la acuciante sequía y durante el pleno de esta semana mostró su inquietud por el proyecto. Allí ni confirman ni desmienten que el acuífero pueda verse afectado por el centro deportivo. Fuentes municipales recuerdan que la competencia para valorarlo es de la Junta de Andalucía y que el proyecto está en estudio “para ver su viabilidad y su impacto medioambiental”. Sin embargo, debido a la ubicación del proyecto, el Consistorio es claro. “No ocultamos nuestra preocupación y estaremos muy vigilantes durante la tramitación del expediente”, declaran las mismas fuentes, que recalcan que están abiertas a dialogar sobre el tema con cualquier vecino y que ya se han reunido con dos comunidades de regantes para mantenerles al tanto e intentar resolver sus dudas.
La oposición pide explicaciones. “El acuífero está ya sobreexplotado”, denuncia Salvador Rojas, portavoz del PSOE en Coín, que cree que el proyecto genera tres problemas: el origen del agua para las piscinas e instalaciones acuáticas, que la construcción implicará una menor capacidad de recarga del recurso hídrico y “la posibilidad de filtración de aguas fecales o desagües que lo contaminen”, señala Rojas, que el próximo jueves llevará una moción al pleno para que el regidor ofrezca más información. También Izquierda Unida ha llevado el caso hasta la Comisión Europea porque cree que Moreno Bonilla “da prioridad a grandes proyectos que comprometen la sostenibilidad hídrica”, según el coordinador general andaluz, Toni Valero.
El centro deportivo de Nature Calls Initiatives, según la información recogida en el BOJA, se dividirá en distintas áreas para las numerosas disciplinas deportivas que pretende acoger, que van desde un circuito de BMX y un rocódromo a un túnel del viento, tirolinas o un skate park. Destaca el llamado “mundo agua”, que incluye piscina de saltos, otra de olas artificiales o un recorrido de aguas bravas, entre otras instalaciones. Eso sí, en el expediente de declaración como “proyecto estratégico”, la Junta de Andalucía recuerda a los empresarios que no existe ninguna Administración o institución que otorgue el reconocimiento de “centro internacional de alto rendimiento”, que los deportes a impulsar deben ser los incluidos en la normativa de turismo activo y que le parece bien que aspiren a organizar “las primeras olimpiadas de deporte extremo del planeta”, pero que debería ser autorizada por el Comité Olímpico Internacional (COI) y que, además, tendrían que utilizar la denominación correcta. “Sería la de Juegos Olímpicos, y no la de Olimpiadas, ya que este último término se utiliza para designar al periodo de tiempo que transcurre entre dos Juegos Olímpicos”, les advierten desde la Secretaría General para el Deporte de la Administración andaluza.