Armengol: “Hay que quitarse miedos, el Congreso debe parecerse más a la España real”
La presidenta de la Cámara Baja, que se define como “federalista”, se ha puesto el objetivo de “modernizar” la institución y “hacer normal” el empleo de las lenguas cooficiales
Francina Armengol (Inca, 52 años) se ha estrenado como presidenta del Congreso dejando huella desde el primer instante. Su firme propósito de permitir el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara ha agitado la actualidad política a la espera de la ronda de consult...
Francina Armengol (Inca, 52 años) se ha estrenado como presidenta del Congreso dejando huella desde el primer instante. Su firme propósito de permitir el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara ha agitado la actualidad política a la espera de la ronda de consultas de Felipe VI para proponer un candidato a la presidencia del Gobierno. La tercera autoridad del Estado se declara federalista y representante de la diversidad y pluralidad de España más allá de Madrid, una “España real” a la que la expresidenta de Baleares pretende dar mayor visibilidad y que cuenta con la aprobación de los partidos nacionalistas de los que depende la reelección de Pedro Sánchez.
Pregunta. ¿Le sorprendió salir elegida a la primera por mayoría absoluta, sin necesidad de otra votación por mayoría simple?
Respuesta. Fue un orgullo maravilloso, pensé “bueno, eso te da mucha más fuerza y mucho más coraje”. La verdad es que no esperaba tener en primera votación ese resultado, mi agradecimiento inmenso a los 178 diputados y diputadas que respaldaron mi candidatura a la presidencia del Congreso.
P. ¿Qué razones le dio Pedro Sánchez para elegirla?
R. Planteó lo que podía aportar personalmente a esta institución en una legislatura compleja parlamentariamente hablando. Soy una persona que ha presidido una comunidad autónoma y, por tanto, que tiene la experiencia política suficiente y necesaria para aceptar este reto. Y además he presidido una comunidad con una identidad propia, con una lengua propia. Representamos esa parte periférica de España que se puede sentir muy representada en mi figura.
P. Su elección el Congreso se ha interpretado como un gesto hacia el independentismo.
R. Lo que surge de la votación del 23 de julio es lo que luego se plasma en la votación de la Mesa del Congreso tras los acuerdos y las negociaciones de los diferentes grupos. No tiene -lo digo desde la humildad y desde la sinceridad- nada que ver con mi figura. Creo que el presidente Sánchez leyó muy bien lo que salió el 23 de julio. Soy una persona con una trayectoria política muy conocida. Soy claramente una persona federalista y entiendo muy bien y defiendo muchísimo la España plural, que es la España real. España es un país rico en diversidad, en riqueza lingüística, en cultura, en identidades y que eso lo represente el Congreso nos hace también ser una España más fuerte y más unida.
P. Su Gobierno en Baleares impulsó el catalán y la impresión es que siempre ha tenido buena relación con los partidos catalanes.
R. Hemos actuado siempre con la lógica y la normalidad que significa respetar nuestra norma básica. Nuestro Estatuto de Autonomía es muy claro: el castellano y el catalán son lenguas cooficiales. La lengua propia es el catalán. Eso marca nuestro Estatuto y la Ley de Normalización Lingüística marca la obligación de los poderes públicos de proteger a la lengua que es la minoritaria. En Baleares -y yo creo que deberían estarlo todos los españoles- estamos muy orgullosos de esa riqueza lingüística de que cuando naces aprendes dos lenguas de golpe. Para la gente que tenemos una lengua materna diferente del castellano es una parte de nuestro patrimonio, de nuestra vida, nuestros sentimientos, nuestra forma de ser. Es un acierto enorme que eso sea reconocido a nivel de toda España y supone precisamente reconocer cómo es España.
P. En su discurso defendió la España real, ¿hasta ahora no se la representaba ni se le atendía en el Congreso?
R. No, no, al revés, España ha ido avanzando en muchísimas cosas. No pretendo juzgar nada pasado, ni muchísimo menos. La Constitución nos ha permitido unos años de libertad, de paz, de continuar creciendo como país, de garantizar derechos y libertades, la descentralización autonómica y el reconocimiento de los diferentes pueblos e identidades. Pero hay una realidad que es objetiva: el Congreso es una Cámara donde hay representantes elegidos en todos los territorios y en algunos de ellos tienen otra lengua cooficial. Y es un hecho que hay diputados que quieren intervenir en esa lengua oficial y muchos ciudadanos que les han votado quieren oírlos en esa lengua. Ven eso como lo normal, lo natural. Los españoles debemos estar muy orgullosos de esa riqueza lingüística. Eso es normal en la calle donde hay esas lenguas cooficiales y por tanto hay que hacerlo normal también en las instituciones del Estado.
P. El PSOE ha votado en contra de iniciativas similares la legislatura pasada.
R. No hablo como miembro del PSOE, sino como presidenta del Congreso y la idea es que se parezca más a la España que es la real. Mi compromiso es hablar con todos los grupos parlamentarios para buscar las fórmulas que hagan posible esa realidad.
P. ¿El planteamiento inicial es que se pueda hablar en todo momento y en todo lugar en las lenguas cooficiales, o que se acote, como ya ocurre en el Senado?
R. Quiero garantizar los derechos lingüísticos de los diputados que quieren hablar en una lengua cooficial. Pero también los derechos de todos los diputados. Por tanto hay que hablarlo con todos los grupos parlamentarios y ver si ese objetivo es común y lo compartimos todos o no. Yo espero convencer a los grupos para que pueda ser una realidad y luego ver técnicamente las fórmulas para hacer posible que los diputados se sientan cómodos y los ciudadanos se sientan representados. Por tanto, tranquilidad, buenos modos, moderación, equilibrio y a buscar las soluciones para cumplir ese objetivo. Hay que quitarnos miedos. Esto ya sucede en el Parlamento de Navarra, en el de Euskadi o en el Senado, y no pasa nada.
P. ¿Sería necesaria una reforma del reglamento?
R. Eso es lo que tenemos que trabajar y ver. Pero el reglamento no dice en ningún sitio que sólo se pueda usar el castellano.
P. El PP exige que se incluya el valenciano.
R. Es una buena noticia que el Gobierno valenciano opte por que el Congreso represente toda la diversidad lingüística española. Lo que es relevante, en todo caso, es que todos los ciudadanos que tienen una lengua oficial en España la puedan ver representada.
P. Esa reacción del PP viene a respaldar su apuesta.
R. Me alegra, el PP tiene muy claro que existen lenguas cooficiales. Yo vengo de una tierra donde con un presidente del PP, Gabriel Cañellas, se hizo la Ley de Normalización Lingüística. El presidente actual del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sido presidente en Galicia y ha usado habitualmente el gallego para dirigirse a sus conciudadanos.
P. ¿Dónde percibe que hay sectores que sienten miedo hacia la pluralidad de España?
R. No me referiré a un sector concreto, pero sí que hay reticencias. A veces los cambios o los avances son complejos y no se ven con la naturalidad a pesar de que son necesarios.
P. Usted, como dirigente socialista, ha dicho que entiende que España tiene un carácter plurinacional.
R. La Constitución es muy clara, permite una descentralización y un reconocimiento de las diferentes nacionalidades. La Constitución va por ese camino y creo que todos somos muy conscientes de que España siempre ha tenido tensiones territoriales. Mi apuesta siempre ha sido que se pueden solucionar desde el diálogo y los consensos, y por eso creo que es muy importante respetar al otro, intentar conocerlo y entenderlo. Cuando hay tensiones territoriales, la solución no es la judicialización sino el diálogo, el entendimiento para a partir de ahí buscar soluciones. Ese es el camino que nos ha dado más éxitos en toda la historia reciente española.
P. Usted apoyó los indultos a los líderes del procés cuando no todos los barones del PSOE lo hicieron.
R. Soy una persona federalista que quiero que España sea más fuerte y que esté más unida. Siempre he intentado trazar puentes de diálogo y creo que se consigue desde la capacidad de entender, comprender y buscar soluciones conjuntas. Eso es lo que yo he podido apoyar de las decisiones que tomó el presidente Sánchez.
P. ¿Tiene la sensación de que esa concepción federal de España se le atribuye solo a la izquierda? Alemania es un Estado federal, como Estados Unidos.
R. A veces se atribuye la cuestión de la defensa lingüística sólo a un partido nacionalista o independentista. Y eso es un error. La lengua no es una ideología. Los castellanoparlantes tienen todas las ideologías. Los catalanoparlantes, también. Yo soy catalanoparlante, no soy nacionalista ni independentista. Es un error confundir eso. Igual que la estructura territorial de España.
P. ¿Anticipa una gestión difícil de la Cámara? En la anterior legislatura hubo grupos que exigieron a su antecesora más mano dura contra la bronca.
R. Meritxell Batet ha sido una presidenta extraordinaria, lo ha hecho maravillosamente bien. Yo siempre intento que las cuestiones puedan resolverse más por la seducción y por el convencimiento que no por la mano dura. Pero se tendrá que hacer lo que se tenga que hacer. Me esforzaré intensamente, me dejaré la piel para hacer del diálogo y de respeto las líneas básicas de funcionamiento. Los ciudadanos se merecen ese respeto por parte de los diputados.
P. Fue tajante en la defensa de las fórmulas de acatamiento de los diputados nacionalistas.
R. Estoy absolutamente tranquila, la presidencia es la que tiene que en exclusiva la potestad de poder interpretar el reglamento en base a lo que ya ha sucedido. Esto ya se ha discutido, ya ha ido en recursos, ha habido sentencias del Tribunal Constitucional y la doctrina es muy clara en el sentido de garantizar esa pluralidad, por decirlo de alguna manera, en la fórmula de los juramentos y de las promesas, no solo en esta Cámara, sino incluso en ayuntamientos y en todas las instituciones democráticas. Y eso ha sucedido con diferentes presidencias en el Congreso. Al final lo importante es que [cada diputado] acata y promete la Constitución.
P. En su discurso habló de la normalidad de asumir los resultados, Sánchez dijo antes que era “la hora de la democracia parlamentaria”. ¿Todo esto hila con la reiteración por parte del PP de que debe gobernar la lista mas votada?
R. Hila con que tenemos que tener muy clara la consolidación de nuestra democracia y entender muy bien que somos una democracia parlamentaria. Hay muchos países donde desgraciadamente se intenta deslegitimar a los gobiernos democráticos con la no aceptación del resultado electoral. Puse en valor que empieza una legislatura con toda la normalidad, acatando los resultados y por tanto aceptando lo que pueden hacer luego las mayorías parlamentarias.
P. El PP insistió la legislatura pasada en que el Gobierno era ilegítimo. ¿Cree que volverá a ello en caso de que sea investido Sánchez?
R. Mi papel es garantizar la tranquilidad, los acuerdos, el diálogo y que todo el mundo esté en el sitio que toca estar en la Cámara. Y yo deseo que todos estemos en la interpretación de lo que significan unas elecciones democráticas, transparentes, justas.
P. Su compañero de partido Emiliano García-Page opina que Carles Puigdemont tiene “el mando a distancia” de la legislatura.
R. Los resultados derivan de la voluntad popular. Los ciudadanos son los que votan y, por tanto, conforman la composición del Congreso. A partir de ahí, los políticos tenemos la obligación de entendernos.
P. Sobre las consultas del Rey, que empiezan este lunes, hay cierto debate jurídico. ¿Usted entiende que es el Rey el que el que designa un candidato y usted simplemente lo ratifica? ¿O es una decisión de la que usted es copartícipe?
R. Su Majestad el Rey tiene la competencia clarísima de ser el interlocutor con los diferentes partidos que quieran hacer esa audiencia y a partir de ahí tomar la decisión. Y a mí me toca refrendarla. Es lo que marcan los criterios jurídicos de la Cámara del Congreso.
P. ¿Irá Feijóo a la investidura?
R. Esa es una decisión exclusiva del Rey.
P. Su primera gran decisión sería fijar una fecha de investidura.
R. El Rey hace la propuesta y yo la refrendo, luego sí que los tiempos y los plazos ya corren a cargo de la presidencia del Congreso.
P. ¿Abruma ser la tercera autoridad del Estado?
R. Presidir la sede de la soberanía nacional es un honor inmenso y una responsabilidad enorme, claro que abruma. De niña siempre veía que los políticos eran hombres y pensaba que una mujer nunca podría presidir mi comunidad autónoma. Yo fui la primera mujer que presidió Baleares y he estado ocho años. Muchas niñas me han parado durante este tiempo diciéndome: “Yo también quiero ser presidenta”. La representatividad es muy importante y un ejemplo para la sociedad.
P. ¿En Madrid hay un clima político particularmente bronco que en las demás comunidades no es tan enconado?
R. Siempre he dicho que España no es solo Madrid, es muy plural y diversa, muy diferente en muchas cosas. El tono bronco sí que he sentido que es más fuerte que en otros territorios donde hemos tenido mayor tranquilidad. En Madrid está una parte muy importante del poder económico, del poder mediático, y todo eso hace que las tensiones se incrementen muchísimo más. Para tomar buenas decisiones y para entender bien las cosas, la tranquilidad y el sosiego ayudan muchísimo.