La música reúne a las zonas más humildes de toda Canarias

El proyecto social Barrios Orquestados, dedicado desde 2012 a enseñar a tocar instrumentos a niños y adolescentes de las islas, afronta su proyecto más ambicioso: reunir en un festival a 800 niños y familias de todo el archipiélago

Ensayo general de una de las orquestas de Barrios Orquestados, en el CEIP Fernando Guanarteme, el día 22.Quique Curbelo

La actividad es intensa en este colegio del barrio de Guanarteme, pegado a la playa de Las Canteras en las Palmas de Gran Canaria. La violinista Laura Brito da los últimos detalles a la actuación de una veintena de niños de todas las edades, pertrechados de violines y chelos. “A ver, entramos a tiempo”, les repite sin perder la sonrisa. Los músicos no lo ponen difícil: están tan acostumbrados a los ensayos que reina la calma pese la bajísima media de edad. En el aula de al lado, el profesor de canto Hugo Esco...

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La actividad es intensa en este colegio del barrio de Guanarteme, pegado a la playa de Las Canteras en las Palmas de Gran Canaria. La violinista Laura Brito da los últimos detalles a la actuación de una veintena de niños de todas las edades, pertrechados de violines y chelos. “A ver, entramos a tiempo”, les repite sin perder la sonrisa. Los músicos no lo ponen difícil: están tan acostumbrados a los ensayos que reina la calma pese la bajísima media de edad. En el aula de al lado, el profesor de canto Hugo Escobar da los últimos retoques a la canción que interpretará un grupo de padres. Son los últimos ensayos para el proyecto más ambicioso de Barrios Orquestados, una iniciativa que nació en 2012 para atraer a la música a los niños de las zonas más humildes de Canarias. El domingo, el concierto Somos Islas reunirá en un mismo escenario en un polideportivo de la ciudad de Telde (102.424 habitantes, en Gran Canaria) a 13 orquestas y 9 coros de más de 80 barrios de Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria. En total, el festival congregará a unas 800 personas, entre niños, familiares y asistentes.

“Estas últimas horas están siendo muy intensas”, explica Laura Brito. “Requieren de mucha comunicación, porque somos muchos trabajadores organizando algo que creo va a ser muy grande. Canarias necesita de estos eventos, necesita que se le dé voz a la cultura y a la música”. Barrios Orquestados es el proyecto lanzado por ella y su padre, el violinista y compositor José Brito hace 11 años. La iniciativa nació en Tamaraceite, una de las zonas más deprimidas de la novena ciudad española por número de habitantes (381.223). Su objetivo, crear una orquesta compuesta por niños sin acceso a la cultura y provenientes de familias con problemas socioeconómicos. Y todo, a coste cero para las familias: se les da clase, se les presta los instrumentos, y se obliga a los padres a participar en la enseñanza. “Llevamos 11 años, sí, pero apenas estamos empezando; está todo por llegar”, sentencia José Brito.

Laura Brito dirigía a una de las orquestas de Barrios Orquestados, en el CEIP Fernando Guanarteme de Las Palmas de Gran Canaria,Quique Curbelo

Tras unos primeros pasos humildes, apoyados por empresas locales e instituciones, Barrios Orquestados ha ido creciendo. Primero dio el salto a Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote. Y desde 2018, está presente también en Chile y Honduras. En 2019 fue condecorada por la Orden del Mérito Civil de la Casa Real.

Estos niños y adolescentes están acostumbrados ya a tocar en público. Han pisado un par de veces el escenario del auditorio Alfredo Kraus. E, incluso, el del Victoria Hall de Ginebra, en 2019. Sus fondos han crecido el 2,7% en el último año hasta 824.429 euros gracias a la aportación privada, que ya supone el 28,2% del total. El 68,1% proviene de las Administraciones y el 3,7% restante, de ingresos propios, según la memoria del proyecto. El año pasado, la iniciativa cumplió diez años, y lo celebró con el musical Casamundo: Entre el mar y la folía, coescrito por el propio Brito, que se celebró en el Teatro Pérez Galdós con la participación 190 alumnos y alumnas y una orquesta sinfónica de 46 músicos, 12 coristas. “Aquello parecía que era lo más, pero el festival lo supera de largo”, bromea Laura Brito. “Este concierto era nuestra meta. Queríamos reunir a todos los barrios donde trabajamos”.

El festival ha supuesto un reto logístico y organizativo, cuenta Beatriz Álvarez de Perea, responsable de comunicación de Barrios Orquestados: gestionar la documentación de las familias, organizar los traslados en las islas de origen y movilizarlos a su llegada a Gran Canaria. “Ha supuesto un auténtico Tetris lograr que las familias lleguen a la hora y al lugar exacto: hemos tenido que gestionar toda la documentación de los niños y sus familias, comprar casi 300 billetes, pactar transportes, hemos recorrido la isla en búsqueda de sillas. Este es nuestro primero concierto regional, pero supone tanto trabajo que no sé yo si va a ser el último”, bromea. Han contado con la colaboración de numerosas empresas regionales tanto para los billetes de barco como los seguros o la alimentación; y la de instituciones públicas para los espacios o las guaguas. Cada isla interpretará una obra y todas ellas se unirán en una misma pieza final. Sonará música clásica, canciones originales y éxitos pop como Billie Jean, de Michael Jackson; Love, de John Lennon. El concierto culminará con el O Fortuna, de la cantata Carmina Burana. Y se abrirá con una canción inédita que interpretará su compositor, el cantante del grupo canario Efecto Pasillo, Iván Torres. “No sé si voy a estar cantando o llorando”, aseguraba entre risas el martes el artista.

Ensayo de Barrios Orquestados el día 22 en el CEIP Fernando Guanarteme. Foto Quique CurbeloQuique Curbelo

“La primera herramienta que usamos es el amor, y no todos estamos acostumbrados a ser tratadas y tratados con cariño”, razona Laura Brito. “La música es solo la herramienta. Cuando juntamos música y proyecto social sale magia”. Los padres coinciden con la violinista, y afirman que con Barrios Orquestados, sus hijos han aprendido algo más que música. “Creo que No ha encontrado su vocación”, explica Isabel, madre de un niño de nueve que toca el violonchelo. “Pero sí le han inculcado disciplina, valores, escucha activa o respeto”, sentencia. “Mis dos hijos han ganado en atención”, completa por su parte Jagobe, padre de dos alumnos.“Estamos en el proceso de prestarle a la música la atención que requiere”, sentencia Brito. “La música es la herramienta ideal para hacer grandes cosas”.

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