El pacto que ha logrado la paz sanitaria en Aragón: jornada de 35 horas y ambulatorios de ocho a ocho
La comunidad evita dos huelgas en la sanidad gracias a un acuerdo entre los sindicatos y el Gobierno de Lambán, que destinará 12 millones de euros a mejoras laborales y más atención a los pacientes
Después de meses de reuniones, varias manifestaciones y dos huelgas desconvocadas, la sanidad aragonesa empieza a cambiar de cara y afronta esta etapa pospandémica con nuevos horarios, agendas menos abultadas y jornadas menos estresantes. Así acaba de acordarse y ha quedado por escrito. A partir del año que viene, 40 centros de salud urbanos en Aragón abrirán de 8.00 de la mañana a 20.00 de la tarde ...
Después de meses de reuniones, varias manifestaciones y dos huelgas desconvocadas, la sanidad aragonesa empieza a cambiar de cara y afronta esta etapa pospandémica con nuevos horarios, agendas menos abultadas y jornadas menos estresantes. Así acaba de acordarse y ha quedado por escrito. A partir del año que viene, 40 centros de salud urbanos en Aragón abrirán de 8.00 de la mañana a 20.00 de la tarde para ampliar la accesibilidad del ciudadano a la atención médica. Además, se implantará de forma gradual, en los próximos tres años, la jornada de 35 horas semanales para todos los profesionales sanitarios. Y a partir del 1 de mayo, se abonará a los trabajadores no sanitarios del sector el nivel 3 de la carrera profesional, algo pendiente desde hace más de una década. Todo a golpe de talonario y a menos de dos meses de las elecciones.
El acuerdo se alcanzó la pasada semana entre los sindicatos generalistas —UGT, CC OO y CSIF— y el Gobierno del socialista Javier Lambán y ha frenado el paro que estaba previsto para el pasado viernes. También in extremis, y con otro pacto pero con los sindicatos médicos, se decidió acotar agendas médicas —35 pacientes al día, 28 para pediatras— y disminuir burocracias, y así se evitó la huelga convocada el pasado mes de enero. En total, más de 12 millones de euros, que se quedarán cortos, porque como cuenta José María Arnal, gerente del Servicio Aragonés de Salud, “todavía no se sabe cuánto supondrán las jornadas deslizantes, voluntarias e incentivadas que servirán para alargar los horarios en los centros de salud”.
Pero, ¿qué dicen los profesionales? A Luis Miguel García, médico de atención continuada (MAC) y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Médicos de Familia (Samfic), no le salen las cuentas: “Si se rebajan jornadas a 35 horas, se alargan horarios en los centros de salud y sigue jubilándose personal. A mí no me cuadran las matemáticas”. Tampoco le cuadra que los médicos se apunten a esas jornadas deslizantes y voluntarias que permitirán alargar horarios en los ambulatorios. “No las queremos hacer nadie”, anticipa. Reconoce que es pesimista, pero echa en falta más criterio de salud. “La política se debe a los votantes, los sindicatos a sus afiliados, y entre todos se están cargando la atención primaria”, remacha.
Menos categórica es Teresa Tolosana, enfermera con 37 años de trayectoria y, desde hace dos, presidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, pero comparte la idea de que prolongar horarios por dinero no compensa. “Hace falta educar a la población y a los trabajadores”, dice. Médico y enfermera coinciden en que el sistema sanitario está soportando un estrés postcovid que abulta agendas por cuestiones que antes no nos llevaban a la consulta. Y ambos piden un uso responsable de las urgencias y de los centros sanitarios, con profesionales que sepan derivar. “El sistema es una cadena y hay que formar todos los eslabones y cambiar la dinámica de la población, y eso cuesta”, afirma la enfermera.
Los administrativos son uno de esos eslabones. José Tramontana lleva desde el 2007 en el Centro de Atención Continuada de Sagasta, en pleno centro de la capital aragonesa. “Atendemos más cartillas que en toda Huesca”, presume, y reconoce que por falta de personal no han podido aplicar todavía los topes de pacientes en las agendas médicas. Una medida que supuestamente se implantó hace un mes. Aun así, este trabajador valora los últimos acuerdos: “Lo lógico es que la atención esté donde está el usuario”. Según él, la jornada de 35 horas semanales es perfectamente aplicable en la atención primaria, “otra cosa será en hospitales y urgencias donde se va a turnos y hará falta más personal”.
Lo cierto es que la sanidad en Aragón, como en tantas comunidades, acusaba síntomas de agotamiento y saturación tras lo peor de la pandemia. Esto se traducía en ambulatorios a tope, y en algunos barrios de Zaragoza resultaba misión imposible conseguir cita en la misma semana. También en largas listas de espera quirúrgicas. Todo, unido al cansancio de los profesionales, acabó multiplicando los ataques de la oposición e impulsó el abordaje del Gobierno de Lambán.
Los primeros pasos del Ejecutivo autonómico fue un plan específico para reforzar la atención primaria y, a la vez, otro de choque para ir aligerando las listas de espera, en descenso desde hace cinco meses y con un 42% de ciudadanos menos apuntados en comparación con el pico máximo registrado en agosto del 2020. Pero una cosa son los números y otra la experiencia de los profesionales.
Según el gerente de Atención Primaria, Javier Marzo, “desde que se implantaron los límites de pacientes en las agendas, se ha reducido la presión asistencial y ya no hay consultas con 50 enfermos diarios”. La Administración impulsó la creación de otras agendas, las llamadas de desbordamiento, para evitar demoras en las citas. Ahora todos deben ser atendidos en un plazo máximo de tres días. Según sus cifras, “solo se abren 15 consultas extra en todo Aragón para cumplir ese plazo, así que las medidas funcionan”.
Pero todavía es pronto para comprobarlo y la batalla no ha terminado del todo. Recién firmado el último acuerdo de la pasada semana con los sindicatos generalistas, y desconvocada la huelga del viernes, los sindicatos médicos han vuelto a asomar la patita amenazando con nuevas movilizaciones para después de Semana Santa. Critican las medidas recién acordadas y piden más. La consejera de Sanidad, Sira Repollés, se refería a ellos el pasado miércoles: “No han pasado ni dos meses desde que cerramos con ellos el acuerdo, esto no es serio”. Difícil contentar y, mucho menos, a dos meses de la cita electoral.