Sánchez asegura que la manifestación en Madrid defiende una “España uniforme y excluyente”
“Quien quiera saber qué haría un hipotético Gobierno de Feijóo y Abascal, que mire qué hacen Mañueco y Vox en Castilla y León”, advierte el presidente del Gobierno tras la polémica sobre el aborto
Las contradicciones y amenazas cruzadas entre el PP y Vox a raíz de las medidas antiabortistas que la Junta de Castilla y León anunció la semana pasada le han puesto en bandeja al PSOE una de sus banderas para la precampaña de un año electoral con autonómicas y municipales en mayo y generales a finales de 2023. Para los socialistas, la coalición de la derecha y la extrema derecha en la principal administración donde gobiernan se ha convertido e...
Las contradicciones y amenazas cruzadas entre el PP y Vox a raíz de las medidas antiabortistas que la Junta de Castilla y León anunció la semana pasada le han puesto en bandeja al PSOE una de sus banderas para la precampaña de un año electoral con autonómicas y municipales en mayo y generales a finales de 2023. Para los socialistas, la coalición de la derecha y la extrema derecha en la principal administración donde gobiernan se ha convertido en un arquetipo del modelo conservador que, en caso de ganar las elecciones, encabezaría Alberto Núñez Feijóo en La Moncloa. “Quien quiera saber qué haría un hipotético Gobierno de Feijóo y [Santiago] Abascal, que mire qué hacen [Alfonso Fernández] Mañueco y Vox aquí en Castilla y León”, ha advertido Pedro Sánchez ante 1.500 militantes y simpatizantes en Valladolid.
La celebración del mitin en la capital castellanoleonesa se anunció el 9 de enero, días antes del estallido de la crisis monumental entre el PP y Vox. La manifestación convocada contra el Gobierno en Madrid, en la que la ultraderecha se ha volcado mientras los populares han hecho equilibrismos y buscado un perfil bajo justificando su presencia pero evitando la reedición de la foto de Colón, le han dado una dimensión mayor al acto del PSOE. “El jueves en Barcelona, unos manifestantes nostálgicos defendieron una España rota, como hoy en Madrid otros manifestantes defienden una España uniforme y, por tanto, excluyente. Pero entre esa manifestación de Barcelona y la de hoy de Madrid están la inmensa mayoría de españoles que queremos una España unida, en convivencia, que respete la diversidad y que avance en derechos y prosperidad”, ha resaltado el presidente del Gobierno. Miles de independentistas reclamaron la vigencia del procés durante la cumbre entre España y Francia en la capital catalana, en la que Oriol Junqueras, presidente de ERC, abandonó la protesta entre gritos de “traidor” y “botifler” por la apuesta por el partido republicano por la vía del diálogo frente a las posiciones de Junts.
Sánchez ha incidido en el riesgo de las nuevas medidas para embarazadas anunciadas por Castilla y León, que ofrecerá a las mujeres escuchar el latido fetal en las primeras semanas y hacerse una ecografía 4D. Aunque no serán obligatorias, sí estarán a disposición de los médicos para que estos decidan si las aplican. No obstante, las explicaciones de la Junta por escrito al requerimiento del Gobierno parecen haber convencido a La Moncloa, al menos temporalmente, aunque no descarta futuras medidas legales. “Pero, ¿qué problema tienen la derecha y extrema derecha con las mujeres?, ¿por qué quieren perpetuar la desigualdad de género?”, ha cargado el presidente del Gobierno. “No se lo vamos a permitir, el Gobierno defenderá los derechos de las mujeres y trabajará por mejorar sus condiciones de vida”, ha enfatizado Sánchez.
La bronca entre los socios de la derecha ha llegado en el mejor momento para el PSOE, al restarle foco a la reforma exprés de la sedición y la malversación y a las rebajas de condenas por la aplicación de la ley del solo sí es sí. En el caso concreto de Castilla y León, el PP va camino de superar los 36 años y medio del PSOE gobernando en Andalucía, pero la situación de los conservadores en uno de sus grandes feudos no es nada óptima. Por si no tuviera bastante con Vox, los problemas internos se le acumulan a Mañueco. Salamanca le ha abierto otro frente al presidente de Castilla y León, pero también al nuevo PP de Feijóo, que se ha negado a acudir a declarar pese a estar citado por la jueza tras la denuncia de unos afiliados del partido por la no convocatoria del congreso provincial.
La dirección autonómica del PP está encontrando además muchísimos problemas para presentar candidatos en las principales ciudades de la comunidad: el PSOE tiene las alcaldías de cinco capitales de provincia —Valladolid, Burgos, León, Segovia y Soria—, además de las de Ponferrada, Miranda de Ebro y San Andrés del Rabanedo. La izquierda también gobierna en Zamora (IU), mientras Ciudadanos lo hace en Palencia y una escisión del PP en Ávila. “La gran diferencia es que nosotros estamos para solucionar los problemas de la gente y ellos para crearlos. ¿Pero acaso con esas credenciales creen que van a ganarme en Valladolid, con un candidato que ni ha nacido en la ciudad y se acaba de empadronar? Hombre, te has empadronado porque si no ni tú te vas a votar en las elecciones”, ha señalado el alcalde pucelano, Óscar Puente, en referencia al candidato popular, el consejero de Presidencia de la Junta, Jesús Julio Carnero. El regidor ha reprochado a Feijóo que “haya rehabilitado a la extrema derecha metiéndola en un Gobierno por primera vez desde el final de la dictadura”. El actual líder del PP declinó asistir el año pasado a la investidura de Mañueco, que se celebró pocos días después de su elección como sucesor de Pablo Casado.
El PSOE confía en que mejorará sus resultados en las elecciones municipales —incluso se aspira a la alcaldía de Barcelona—, en las que se juega las alcaldías de 22 de las 52 capitales de provincia, además de las presidencias de nueve comunidades autónomas. El gran interrogante es si PP y Vox sumarán y Ferraz será capaz de retener las alcaldías en las que depende de las fuerzas a su izquierda. “La elección el 28 de mayo será entre los gobiernos de la gente o gobiernos que sirven a unos intereses muy minoritarios y que cuando vienen mal dadas lo único que ofrecen es el sálvase quien pueda que ya ofrecieron en la crisis financiera”, ha remarcado Sánchez. Por su parte, Puente ha culminado: “Los que hablan de forma despectiva del sanchismo antes hablaban del felipismo y del zapaterismo. No nos equivoquemos, no se refieren a Pedro, Felipe o Zapatero. Se refieren a todos nosotros, al PSOE. Por eso, quien se pretende desmarcar se equivoca y nos perjudica a todos”, en una crítica en la que no ha hecho falta que aclarase que iba dirigida a barones como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, o el aragonés Javier Lambán, por sus críticas a reformas como las de la sedición y la malversación.