Las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla se abrirán la semana próxima

El paso terrestre de mercancías, con carácter limitado, arrancará a pocos días de la cumbre de Rabat

Un grupo de personas en la frontera etre Ceuta y Marruecos, en una imagen de archivo. Foto: JULIÁN ROJAS | Vídeo: Europa Press

Salvo cambio de última hora, las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla con Marruecos se abrirán la semana que viene, probablemente el miércoles, día 25, una semana antes de la Reunión de Alto Nivel (RAN) prevista en Rabat el 1 y 2 de febrero, a la que acudirá el presidente Pedro Sánchez acompañado por una decena de ministros, según fuentes gubernamentales españolas. La apertura de aduanas entre las dos ciudades y el país vecino era uno de los hitos previstos ...

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Salvo cambio de última hora, las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla con Marruecos se abrirán la semana que viene, probablemente el miércoles, día 25, una semana antes de la Reunión de Alto Nivel (RAN) prevista en Rabat el 1 y 2 de febrero, a la que acudirá el presidente Pedro Sánchez acompañado por una decena de ministros, según fuentes gubernamentales españolas. La apertura de aduanas entre las dos ciudades y el país vecino era uno de los hitos previstos en la hoja de ruta pactada el 7 de abril del año pasado, cuando el jefe del Gobierno acudió a la capital marroquí para sellar la reconciliación bilateral tras casi un año de crisis diplomática. En el comunicado conjunto no se citaba a Ceuta y Melilla, pero sí se decía que “la plena normalización de la circulación de personas y mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”.

La aduana de Melilla fue cerrada sin previo aviso por Marruecos en agosto de 2018, mientras que en Ceuta nunca ha existido un paso regular terrestre de mercancías, aunque sí un flujo tolerado de contrabando conocido eufemísticamente como comercio atípico. A los recelos políticos generados por el hecho de que Rabat no reconozca la soberanía española de las dos plazas del norte de África se suma el temor a que estos pasos fronterizos hagan la competencia a los puertos marroquíes vecinos de Tánger y Nador.

Una de las incógnitas por despejar es la capacidad que tendrán sus aduanas comerciales. La Delegación del Gobierno en Ceuta habló de una “aduana regional”, para vehículos de hasta 3,5 toneladas, furgonetas y pick ups, pero el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha negado que se vaya a restringir el tránsito de mercancías, aunque admite que la apertura se hará de manera “gradual y ordenada”, por lo que al menos inicialmente será limitada. “Vamos a ir avanzado por fases sobre un modelo sólido y satisfactorio”, aseguró en noviembre a EL PAÍS. “Hay imágenes del pasado que no queremos volver a ver”, agregó, en alusión a las avalanchas en las colas que causaron la muerte de porteadoras marroquíes en el paso fronterizo.

Los planes integrales para Ceuta y Melilla, aprobados en octubre pasado por el Consejo de Ministros, prevén una inversión de 711 millones de euros en cuatro años. En torno a 1,5 millones deben invertirse en la nueva aduana de Ceuta, con unos 300 metros cuadrados, donde de momento se ha instalado un módulo prefabricado.

La crisis diplomática entre Madrid y Rabat coincidió con la pandemia, lo que provocó un cierre total de fronteras. Tras restablecerse las conexiones aéreas y marítimas, el 17 de mayo del año pasado se reabrió el paso terrestre para ciudadanos de la UE y del espacio Schengen y el 31 del mismo mes para trabajadores transfronterizos legalizados. Pero el mayor tránsito de viajeros se produjo con la Operación Paso del Estrecho que, tras dos años de suspensión, se reanudó el verano pasado.

La RAN escenificará la definitiva normalización de las relaciones, pues una cumbre de este nivel no se celebra desde 2015. Fue la suspensión por parte marroquí de la RAN prevista en Rabat en diciembre de 2020, con solo una semana de antelación, el primer síntoma del deterioro de las relaciones, aunque la crisis no estalló hasta que España acogió en abril de 2021 al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para tratarse de la covid. Marruecos solo dio por cerrada la crisis después de que Sánchez enviara una carta a Mohamed VI en la que calificaba la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara como la “base más sólida, creíble y realista” para resolver el conflicto, abandonando así la tradicional neutralidad española sobre el futuro de su excolonia.

El cambio de política sobre el Sáhara provocó tensiones entre los dos socios de Gobierno y no fue respaldado por Unidas Podemos, cuyos ministros aún no se sabe si acudirán a Rabat. Se descarta la presencia de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aunque fuentes gubernamentales alegan que se debe a que no está previsto firmar ningún acuerdo en áreas de su competencia. La lista de los ministros que participarán en la RAN, según las mismas fuentes, aún no se ha cerrado. Se espera que estén, en todo caso, responsables de varios ministerios económicos, pues se quiere dar nuevo impulso a las relaciones comerciales, así como el titular de Interior. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones españolas a Marruecos alcanzaron 9.869,5 millones entre enero y octubre del año pasado, más que lo que se exportó en el conjunto de 2021 (9.499,7 millones), mientras que las importaciones sumaron 7.371,4 millones, 71,4 más que todo el año anterior.

La RAN iba a celebrarse a finales del año pasado, pero se fue aplazando hasta que, el 24 de noviembre, tras reunirse en Barcelona, Albares y su homólogo marroquí, Naser Burita, anunciaron que tendría lugar en la última semana de enero y primera de febrero. Fuentes diplomáticas explicaron entonces que se trataba de encajar la apretada agenda de Sánchez con la complicada de Mohamed VI quien, aunque no participa formalmente en la RAN, recibirá en audiencia al presidente español.

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