Feijóo cede terreno a los duros, pero se revuelve contra las tutelas
“No me interesa ser implacable, sino ofrecer una alternativa imbatible”, dice el líder del PP en respuesta a quienes le piden más dureza
La oposición es un lugar áspero. Alberto Núñez Feijóo lo está comprobando siete meses después de su llegada a la presidencia del PP, terminada ya la luna de miel con la que fue recibido en la arena política nacional. Ahora, sin embargo, los misiles llegan por todas partes. También desde dentro. El líder del PP era consciente de que se examinaba este martes ante la ciudadanía, pero también ante los suyos. Especialmente, ante los sectores más d...
La oposición es un lugar áspero. Alberto Núñez Feijóo lo está comprobando siete meses después de su llegada a la presidencia del PP, terminada ya la luna de miel con la que fue recibido en la arena política nacional. Ahora, sin embargo, los misiles llegan por todas partes. También desde dentro. El líder del PP era consciente de que se examinaba este martes ante la ciudadanía, pero también ante los suyos. Especialmente, ante los sectores más duros de la derecha, que pueden llegar a ser tan ásperos como un rival y que le reclaman un giro en su estrategia de oposición al Gobierno. Le ven demasiado blando para la que está cayendo. Feijóo siente la presión, pero también es un político con muchas horas de vuelo. No se va a dejar tutelar tan fácilmente, insisten en su equipo, donde aseguran que no va a dar un volantazo. “No me interesa ser implacable, sino ofrecer una alternativa imbatible”, dijo en el Senado en respuesta a quienes le piden más dureza dentro y fuera del PP. Aunque poco a poco sí va cediendo terreno.
Lo cedió cuando tomó la decisión, a última hora, de no pactar con el Gobierno la renovación del Consejo del Poder Judicial, como le pedían los halcones del PP, y lo cedió este martes pisando el pistón contra Sánchez, como también le reclamaban esas voces de la derecha más dura. “Usted preside un Gobierno en llamas”, le dijo al presidente socialista, a quien acusó de extender un “barniz de indignidad” con sus decisiones como la reforma del delito de sedición y las rebajas de penas a algunos agresores por la ley del solo sí es sí. En Génova sostienen que Feijóo utilizó un tono más “contundente” porque lo requiere el momento político, ya que el Gobierno está inmerso en una “polémica continua y continuada” que no tiene precedentes. Pero la subida de diapasón coincidió con que se lo pedía el sector duro.
Feijóo ha tenido que alterar su estrategia y ha dejado de hablar de economía para entregarse a un debate mucho más ideológico en el que sufre más para imponerse al Gobierno. Ahora bien, Feijóo suena más duro, pero no es Ayuso, ni quiere serlo. En el debate contra Sánchez evitó los insultos y dejó también varios mensajes a navegantes. Respondió directamente a la portada de El Mundo que aseguraba que el partido le pide ser “implacable” con el mismo adjetivo, advirtiendo de que a él no le interesa ser “implacable”, porque quiere convencer con su alternativa. Y respondió a Vox y a las voces de la derecha mediática que le piden que presente una moción de censura contra Sánchez que no hay números para ganarla y que el examen serán las elecciones municipales y autonómicas. “La moción de censura se hará el 28 de mayo, pero no en una urna en el Congreso, sino en miles de urnas en los Ayuntamientos de España”, subrayó.
En el equipo de Feijóo insisten en que no habrá un giro de timón, porque están convencidos en que su estrategia es la correcta. “Nos han venido a buscar a nuestra casa para hacer esto, que es lo que sabemos hacer. Esta estrategia nos permite competir por el centro con el ala moderada del PSOE, no vamos a caer en el juego de intensificar las críticas porque nos los pidan unos u otros”, sostienen los colaboradores más estrechos del líder del PP. El plan es “escapar del histrionismo y mantener la línea política”, subrayan en el clan de Santiago.
El debate interno en el PP tampoco es monolítico. Al contrario, en el partido también se escuchan importantes voces que piden a Feijóo mantener la estrategia moderada. “Debe subir el tono, pero no dejar de ser Feijóo”, opina un dirigente de peso. “Feijóo consiguió el voto de Vox en Galicia siendo moderado. La moderación también vende”, inciden en el PP gallego, donde recuerdan que en esa comunidad la extrema derecha no tiene representación en el Parlamento autonómico y auguran que los ultras no pasarán de 10 concejales de 3.000 en las elecciones de mayo. Feijóo escucha la cacofonía en el PP y trata de resistir en un entorno hostil, aunque no se lo ponen fácil.