Sánchez y Feijóo ultiman el choque en el Senado por sus modelos fiscales y económicos en plena negociación del Poder Judicial

El PP pide al Gobierno que suavice las críticas a la oposición. La Moncloa cree que hay que separar el debate de la negociación y prepara un careo de fondo y muy ideológico

Pedro Sánchez se dirigía desde la tribuna del Senado a Alberto Núñez Feijóo (a la izquierda), el 8 de septiembre.Claudio Alvarez

Casi todo lo que va a pasar este martes por la tarde en el Senado es inédito o al menos rarísimo. Un debate muy especial sobre fiscalidad, que se produce a petición del presidente Pedro Sánchez, que va a la Cámara alta de manera excepcional para contrastar su modelo con el del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que pensó que por no ser diputado...

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Casi todo lo que va a pasar este martes por la tarde en el Senado es inédito o al menos rarísimo. Un debate muy especial sobre fiscalidad, que se produce a petición del presidente Pedro Sánchez, que va a la Cámara alta de manera excepcional para contrastar su modelo con el del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que pensó que por no ser diputado tendría una limitada exposición en el Senado, solo en las sesiones de control una vez al mes, y ahora ve cómo el Ejecutivo le cita dos veces seguidas para intentar sacarlo de su ambigüedad y forzarle a mojarse. Pero si ya todo esto era suficientemente inusual y, por tanto, relevante, lo que nadie esperaba cuando se convocó el debate es que en medio se cruzara la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial, que empezó la semana pasada tras la dimisión de Carlos Lesmes, presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, y llega abierta a la sesión de este martes.

El lunes, el PP pidió abiertamente a Sánchez que suavice sus críticas a Feijóo si no quiere entorpecer la negociación. Pero en La Moncloa señalan que las dos cosas son completamente diferentes y están preparando un debate de fondo, muy ideológico, centrado en una explicación detallada de todas las medidas tomadas hasta ahora y del modelo fiscal del Gobierno, con subidas de impuestos a la banca, a las grandes energéticas y a las grandes fortunas y bajadas a los salarios por debajo de 21.000 euros mientras se gasta 35.000 millones de euros en ayudas a la clase media trabajadora para paliar la inflación. Aunque la negociación del CGPJ sobrevolará el Hemiciclo, Sánchez mantiene la intención de no hacer ninguna mención a ella, como el jueves en el Congreso, y centrarse en un choque directo con Feijóo para contrastar sus modelos.

El ejemplo británico, donde el intento de Liz Truss para bajar impuestos de manera masiva ha acabado con el cese del ministro de Economía, el hundimiento en los mercados y una rectificación completa de la primera ministra, servirá a Sánchez para tratar de colocar a Feijóo cerca de estas posiciones mientras la mayoría de los países europeos apuestan por una estrategia similar a la española: mucho gasto público para paliar la inflación, subidas de impuestos a las rentas altas y alivios a las bajas con ayudas directas para la clase media, como el transporte público gratuito. Pero, sobre todo, Sánchez quiere contrastar dos modelos y reivindicar el Estado de bienestar y lo público con un mensaje muy ideológico similar al que ya desplegó el jueves en el Congreso, aunque allí no estaba Feijóo, sino Cuca Gamarra.

El Gobierno mantiene encapsulada la negociación con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial, y no quiere decir una palabra sobre ella ni vincularla de ninguna manera al debate. Según el coordinador general del PP, Elías Bendodo, la negociación registra “avances”, pero no está cerrada. Pendientes de la lista definitiva de nuevos vocales del Poder Judicial y del momento de anunciar su renovación, las conversaciones han dejado ya fijados puntos de acuerdo como que todas las decisiones y los nombramientos que decida el nuevo Consejo tengan que tomarse por mayoría cualificada de 3/5, que sea el nuevo órgano de gobierno de los jueces la entidad que proponga un nuevo sistema de elección de sus vocales o que ninguno de sus nuevos integrantes tenga perfil político.

“Seguimos hablando, esperamos que haya acuerdo lo antes posible”, sentenció este lunes la portavoz del PSOE, Pilar Alegría. Bendodo pidió abiertamente al presidente del Gobierno que “rectifique” el tono duro de su anterior cara a cara con el líder del PP, en el que le acusó de insolvente, para la buena marcha de las negociaciones. La actitud de Sánchez con respecto a Feijóo durante el debate será una prueba de fuego para el PP de su voluntad de acuerdo, transmiten fuentes de su dirección. “Lo que vimos en el anterior debate del Senado [el pasado 8 de septiembre] es que Sánchez se dedicó a insultar casi dos horas a Feijóo. Fue un error y mañana tiene una gran oportunidad de rectificar su estrategia”, reclamó Bendodo. El PP reaccionó con enfado al resultado del anterior duelo parlamentario que enfrentó a Sánchez y a Feijóo, en el que el presidente lanzó una enmienda a la totalidad del líder del PP tratando de desmontar su imagen de político solvente. Ahora, si como parece el debate se celebrará mientras el Gobierno y el PP negocian en privado, los populares aprovechan esa circunstancia para presionar al PSOE y tratar de que renuncie a confrontar con agresividad con su líder. En La Moncloa insisten en que no tiene sentido condicionar una cosa con la otra y el debate tiene su propia dinámica. Ni Feijóo irá al Senado a apoyar la política de Sánchez, ni el presidente hará lo mismo con su rival, explican.

Mientras el PP pide a Sánchez que baje el tono con Feijóo, los populares lo mantienen muy alto con el presidente e incluso apuntan que el Gobierno habría prevaricado al no recurrir la ley educativa catalana. Feijóo, dijo Bendodo, exigirá en el Senado a Sánchez a que “explique si existió o no ese acuerdo de mesa camilla con el independentismo catalán” en referencia a que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha asegurado haber pactado con el Gobierno que este no impugne la ley sobre el catalán en la escuela. “Se han reunido para pactar, prevaricar y no cumplir una sentencia, ¿hasta dónde vamos a llegar?”, se ha quejado el coordinador general del PP. “Adoptar decisiones injustas a sabiendas se llama desobediencia y prevaricación. No quiero pensar que Sánchez y Aragonés se conchabaran para prevaricar en comandita”, subrayó. Las espadas llegan, pues, en alto para el pleno del Senado, aunque todo indica que la negociación va por su aire, con Félix Bolaños y Esteban González Pons como grandes protagonistas, mientras sus líderes se cruzan golpes de fondo en la Cámara alta.

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"Sin vetos ni condiciones"

PAULA CHOUZA

La vicepresidenta Yolanda Díaz, según fuentes de su Departamento, ha convocado este lunes por la tarde a los partidos que conforman Unidas Podemos con el objetivo de informar del estado de las negociaciones para la renovación del Consejo. Aunque el ministro Félix Bolaños es el interlocutor directo con el PP, el grupo de Díaz participa en las conversaciones, que dirige Enrique Santiago, diputado de IU y líder del PCE, una responsabilidad que asumió ya cuando Pablo Iglesias estaba al frente del espacio. Después de que hace una semana uno de los portavoces de Podemos, Pablo Fernández, criticase que PP y PSOE quisieran excluir a su partido del acuerdo, esta misma mañana ha asegurado que los socios del Gobierno “van de la mano” en este asunto, aunque reclamó a los populares que negocien “sin vetos ni condiciones”. En un desayuno informativo a primera hora, Díaz urgió al partido de Alberto Núñez Feijóo a alcanzar un acuerdo para “cumplir el mandato constitucional”.

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