El calor y las drogas, factores clave en el incremento de accidentes de tráfico
La mortalidad en carreteras aumentó un 12% en julio con respecto al mismo mes de 2019. De media, el número de fallecidos sube un 8% en lo que va de año
La tendencia a la baja se ha roto y las muertes en carretera vuelven a registrar cifras preocupantes este verano. En julio se dejaron la vida en un accidente de tráfico 131 personas (mayoritariamente hombres), un 12% más que en el mismo periodo de 2019, año de referencia por no verse influenciado por las restricciones de movilidad de la pandemia. El mayor aumento lo protagonizaron los peatones fallecidos, que pasaron de 5 a 13. El incremento en lo...
La tendencia a la baja se ha roto y las muertes en carretera vuelven a registrar cifras preocupantes este verano. En julio se dejaron la vida en un accidente de tráfico 131 personas (mayoritariamente hombres), un 12% más que en el mismo periodo de 2019, año de referencia por no verse influenciado por las restricciones de movilidad de la pandemia. El mayor aumento lo protagonizaron los peatones fallecidos, que pasaron de 5 a 13. El incremento en los desplazamientos, del 5%, no explica por sí solo el ascenso de la mortalidad, muy superior. Detrás de este dato se encuentra principalmente, según la Dirección General de Tráfico (DGT) y los expertos, el incremento de las temperaturas, especialmente agudas durante las olas de calor del último mes. “Cometemos errores con el calor, y los errores en la carretera se traducen en accidentes”, resumió el sábado el director de la DGT, Pere Navarro, durante una entrevista en el canal 24 Horas.
Según el catedrático de Seguridad Vial Luis Montoro, los estudios realizados a nivel global demuestran que durante una ola de calor fuerte la siniestralidad llega a aumentar hasta en un 25%: “Puede ser comparable a una tasa de alcoholemia de entre 0,5 y 0,8 gramos por litro”. En esa línea, los investigadores constatan que el número de miradas al retrovisor se reducen un cuarto cuando hace mucho calor, y los conductores realizan menos cambios de marchas. “Se habla mucho de fenómenos meteorológicos como la lluvia, el granizo o la nieve, pero el calor es igual de importante o más, porque afecta a nuestras capacidades psicofísicas”, valora.
El principal impacto es la aparición de la fatiga y el cansancio, factores de riesgo especialmente importantes en los accidentes de tráfico. “La sensación de apatía disminuye nuestra capacidad de percepción y aumenta el tiempo de reacción ante los estímulos. Nos volvemos más agresivos en la conducción”, observa Francisco Alonso, director del Intras, centro de investigación en tráfico y seguridad vial de la Universidad de Valencia. El aire acondicionado no solventa este problema. En torno a cinco de los 37 millones de vehículos en funcionamiento no cuentan con él, detalla Montoro, y en otros tres millones no funciona adecuadamente. Además, gran parte de los síntomas se manifiestan incluso antes de subirnos al coche, por ejemplo, como resultado de una noche sin dormir bien.
En el caso de los coches, aumentan las posibilidades de sufrir un reventón en alguna rueda, especialmente en las horas centrales del día, cuando el calor aprieta más fuerte. Los vehículos se calientan más y también es más frecuente la ruptura de correas o la fuga de líquidos.
Aumento general del consumo de drogas
Las cifras de julio confirman una inversión en el curso seguido hasta ahora que se puede observar a lo largo de todo 2022, excepto en marzo, el único mes en el que el número acumulado de fallecidos fue menor que en 2019 (249 y 255 respectivamente). En todos los demás, las cifras de fallecimientos superan las registradas entonces hasta alcanzar un 8% más de media. Si lo comparamos con el año pasado, el incremento llega al 18%. El consumo de drogas, una tendencia al alza en los últimos años, según arrojan los datos y constatan los expertos, también está detrás de este dato.
“El alcohol sigue estando ahí, pero por desgracia está aumentando el uso de otro tipo de drogas. El consumo de estupefacientes al volante está creciendo de forma alarmante”, lamenta Ana Novella, directora de STOP Accidentes. Los expertos coinciden en este análisis. Según la memoria de 2021 del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el 49,4% de los conductores fallecidos en 2021 dieron positivo en el consumo de algún tipo de sustancia, principalmente de alcohol. Este dato es ligeramente superior al de 2021 (48,7%), pero muy superior al mínimo registrado en 2014, cuando se contabilizó un 39,1%.
Aunque todavía no hay análisis sobre el año en curso, los expertos apuntan a un aumento. “Hay un ascenso de la actividad de ocio asociado con algunos factores como el alcohol o las drogas”, relata Francisco Alonso, del Intras. Montoro también apunta a otros fármacos, como el aumento del consumo de medicamentos para poder dormir, que también afectan a las habilidades de conducción.
El aumento más preocupante, no obstante, se da en los positivos en consumo de cocaína, que han pasado de un 6,5% en 2016, mínimo de la serie, a un 13,4% en 2021, algo más del doble. El resultado del análisis toxicológico ha llevado a la DGT a poner en marcha este mismo lunes y hasta el próximo 14 de agosto una campaña especial para intensificar el control de alcohol y drogas al volante, causantes de un cuarto de los accidentes mortales. En especial, Tráfico incide en la importancia de la concienciación en esta época del año, “en la que se unen vacaciones y fiestas patronales donde el consumo de alcohol es habitual”.
La movilidad tras la pandemia: masiva, corta y con menor percepción del riesgo
El tipo de movilidad tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia ha contribuido a crear la “tormenta perfecta”, en palabras del catedrático de Seguridad Vial Luis Montoro. Según este experto, las salidas están siendo masivas (La DT ha registrado 45,2 millones de movimientos en julio, 1,9 millones más que en 2019) y relativamente cortas. “La gente ahora mismo no tiene dinero para estar 10, 15 o 20 días fuera como antes, hay muchas salidas de fin de semana y la gente se mueve mucho en coche. Quieren aprovechar el tiempo y estamos viendo un incremento de la velocidad muy fuerte”, desarrolla. Además, señala, muchas personas han dejado de conducir durante la pandemia y ahora se ponen en carretera con cierto desentrenamiento.
Ana Novella, de STOP Accidentes, también apunta a una menor percepción del riesgo tras la pandemia. “Ese ansia de salir está haciendo que la gente no asuma o no vea las consecuencias tan graves que conlleva una conducción temeraria”, sostiene. Francisco Alonso, director del Intras, incide en ello y va más allá. “Los desplazamientos se están haciendo un poco en desbandada. Además, la menor percepción del riesgo está íntimamente influenciada por el propio coronavirus. La gente tiene mayor percepción de la importancia de esa enfermedad y la seguridad vial ha pasado a un segundo plano”, concluye.