El PP de Feijóo frena el ascenso de Vox y alcanza al PSOE
El nuevo liderazgo popular trastoca el mapa electoral y sitúa a la derecha con mayoría suficiente para gobernar
El efecto luna de miel tras el relevo en la dirección del PP ha propulsado las expectativas electorales de su nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, y ha trastocado el mapa que venían definiendo las encuestas. Por primera vez en lo que va de año, los populares consiguen igualar al PSOE y disputarle el primer puesto en unas hipotéticas elecciones generales, según ...
El efecto luna de miel tras el relevo en la dirección del PP ha propulsado las expectativas electorales de su nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, y ha trastocado el mapa que venían definiendo las encuestas. Por primera vez en lo que va de año, los populares consiguen igualar al PSOE y disputarle el primer puesto en unas hipotéticas elecciones generales, según el barómetro de mayo de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. El arreón del PP con la llegada de Feijóo frena el crecimiento de Vox en los últimos meses, al tiempo que refuerza las opciones de una fórmula de gobierno del conjunto de la derecha.
El barómetro de mayo es el primero de 2022 que otorga a la derecha mayoría suficiente para reconquistar el poder. La suma de PP, Vox y los regionalistas navarros reuniría 174 escaños, según el cálculo promedio del trabajo de 40dB., a los que se le podrían sumar otros dos de Ciudadanos. Si se toma la parte alta de las horquillas de reparto de diputados, los dos partidos de la derecha conquistarían una confortable mayoría absoluta. El acceso a la base de datos en que se basa el trabajo sociológico es libre y gratuito.
La encuesta sitúa a PSOE y PP en un empate técnico. Los socialistas estarían ligeramente por delante en votos (26,2% frente a 25,8%), pero los populares los aventajarían en diputados (108 a 106). Y esto sucede no porque los socialistas hayan retrocedido —incluso se detecta un cierto avance en el último mes del partido de Pedro Sánchez—, sino por el gran salto que ha dado el PP. La recuperación de los populares ya se apuntaba en el anterior barómetro de abril y se consolida por completo en este, con un enorme avance, 2,7 puntos, en solo un mes.
La pujanza del PP de Feijóo consigue además contener el crecimiento sostenido de Vox, que pierde casi un punto respecto al anterior sondeo. Los datos de la investigación demoscópica revelan un notorio cambio de humor en el electorado de los populares. En marzo, en lo peor de la crisis interna que trituraría el liderazgo de Pablo Casado, el PP retenía al 66% de sus votantes. Con Feijóo, la fidelidad se eleva al 74%. La mejoría del PP resulta muy apreciable en los sectores más templados del electorado, los que se autoubican en el centro, el centroderecha e incluso ligeramente en el centroizquierda. En marzo, el PSOE se situaba como primera fuerza entre los votantes que se consideran de centro. Dos meses después, el PP sobrepasa a los socialistas en ese segmento del electorado.
Los populares logran penetrar mejor en sectores moderados sin sufrir por ello pérdidas en el otro flanco. Al contrario, también recuperan cierto terreno frente a Vox en las posiciones más nítidamente derechistas.
El último mes, con la puesta en marcha por el Gobierno de las medidas para mitigar la crisis derivada de la guerra de Ucrania, no ha sido especialmente malo para el PSOE. Los socialistas recuperan siete décimas desde el barómetro de abril, realizado en plena efervescencia de las protestas de transportistas y colectivos del mundo rural. Pero una perspectiva un poco más amplia muestra que en las últimas semanas se ha sembrado la desafección en una parte del electorado socialista. Desde marzo, el porcentaje de votantes del PSOE dispuestos a revalidar su confianza en Sánchez ha caído más de cinco puntos, del 72,7% al 67,4%. El partido hacia el que sufrirían más fugas los socialistas sería el PP, que les arrebataría el 6% de su electorado, el doble que en marzo.
Cuesta abajo de UP
El principal boquete que 40dB. advierte en las expectativas electorales del Gobierno se localiza en el socio minoritario. El último mes ha resultado desastroso para Unidas Podemos, que se deja dos puntos en estimación de voto. Si hoy se celebrasen elecciones, la formación apenas rebasaría el 10% de los sufragios, tres puntos menos que en 2019, y perdería 10 de los 35 escaños que obtuvo entonces. Más País no logra recoger ese descontento e incluso cede uno de los cinco diputados que le otorgaba la encuesta de abril.
En los dos últimos meses, la movilización del electorado de Unidas Podemos ha caído en cuatro puntos. Y el porcentaje de los que están dispuestos a revalidarle su apoyo se ha reducido en seis, al pasar del 69% al 63%. Esas cifras muestran sin atisbo de duda la diferencia en los estados de ánimo de los electorados de ambos bloques ideológicos. El grado de fidelidad de voto a UP está 10 puntos por debajo del que goza el PP y a un abismo de casi 20 del de Vox. Los socialistas aparecen solo un poco mejor en este aspecto, apenas cuatro puntos por encima de su socio de Gobierno. Y son el partido, después de Ciudadanos, que tienen a más seguidores habituales planteándose la abstención (el 13%). El PSOE lo compensa haciéndose con el 10% de los que en 2019 se habían decantado hacia la formación entonces comandada por Pablo Iglesias.
El efecto Feijóo diluye por ahora las ilusiones de sorpasso que la crisis del PP había alimentado en Vox. Si en marzo, mientras los populares se encarnizaban en el campo de batalla, Vox se llegó a situar a solo 2,5 puntos de diferencia del gran partido de la derecha, ahora la ventaja de este vuelve a incrementarse hasta alcanzar los ocho puntos. Aunque la extrema derecha pierde todo lo ganado en este periodo, sus perspectivas electorales siguen al alza. De celebrarse elecciones ahora, Santiago Abascal recibiría el 18% de los votos, cuatro puntos más que en 2019, y escalaría de 52 a 66 escaños. Y sobre todo estaría en disposición de exigir su entrada en el futuro Gobierno.