Buscan a un migrante desaparecido en el río Bidasoa, en la frontera con Francia

En último año han fallecido cuatro personas que trataban de cruzar a nado el cauce fluvial escapando de los controles policiales

Equipos de rescate de la Ertzaintza rastrean el río Bidasoa tratando de localizar a una persona desaparecida.Ertzaintza

El río Bidasoa, en la frontera entre Irún (Gipuzkoa) y Francia, está teñido de luto por el fallecimiento de varios migrantes cuando intentaban cruzar el cauce fluvial escapando de los férreos controles policiales que la Gendarmería tiene instalados en toda la muga francoespañola....

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El río Bidasoa, en la frontera entre Irún (Gipuzkoa) y Francia, está teñido de luto por el fallecimiento de varios migrantes cuando intentaban cruzar el cauce fluvial escapando de los férreos controles policiales que la Gendarmería tiene instalados en toda la muga francoespañola. Los equipos de Emergencias de la Ertzaintza rastrean desde la mañana de este miércoles una zona de este río tras recibir el aviso de que una persona se encuentra desaparecida desde el pasado 18 de abril tras caer por una ladera en la zona de Endarlatsa.

El Departamento vasco de Seguridad ha informado hoy del inicio de las labores de búsqueda después de que la víspera tuvieron conocimiento de un incidente ocurrido cuando la víctima trataba de pasar la frontera acompañada de otros dos migrantes por una zona escarpada situada entre la frontera con Francia y el límite con Navarra. Fueron estas dos personas las que dieron la alerta a una ONG que ayuda a personas en tránsito, que de inmediato puso los hechos en conocimiento de las autoridades.

Recursos de los servicios de emergencias del País Vasco participan en un dispositivo de búsqueda, coordinado por un técnico de Atención de Emergencias del Gobierno vasco e integrado por la Sección Acuática de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, así como por recursos de la Cruz Roja de la vecina localidad de Hondarribia. El dispositivo tiene previsto que los efectivos de la Policía vasca rastreen la zona del límite entre Gipuzkoa y Navarra aguas abajo, mientras los de la Cruz Roja harán la misma tarea en la desembocadura del Bidasoa y la isla de los Faisanes.

La búsqueda se centra en varias puntos del curso fluvial, dado que los grupos de rescate de la Guardia Civil ya han peinado las zonas de acceso por la montaña sin encontrar ningún rastro de esta persona. Miembros de este cuerpo han descartado, en principio, que el migrante de origen guineano, a quien acompañaban otros dos subsaharianos, se precipitara por una zona abrupta del monte en Endarlatsa desde la que se puede acceder a Francia después de atravesar el río.

Tras conocerse este hecho, la consejera vasca de Igualdad y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha lamentado la desaparición de otra persona que “huye de un conflicto y del hambre”. En un acto celebrado en Gernika (Bizkaia), ha reclamado a las instituciones europeas que establezcan corredores humanitarios y ofrezcan “un trato justo e igualitario” a todos los refugiados y migrantes que “buscan un futuro mejor” en Europa.

El río Bidasoa se está convirtiendo en una frontera maldita para estas personas. Se ha cobrado en los últimos meses la vida de cuatro personas, todas ellas migrantes que trataban de esquivar los duros controles fronterizos que el Gobierno francés ha fijado en la frontera con España tras el endurecimiento de su política migratoria, especialmente desde octubre de 2019. En mayo de 2021 falleció Yaya Karamoko, natural de Costa de Marfil, de 28 años, cuando trataba de atravesar el río a nado. En agosto de ese año murió el guineano Abdoulaye Coulibaly, de 18 años. Pocos meses después, en noviembre, perdió la vida otro joven, Sohaibo Billa, procedente de Costa de Marfil, de 38 años.

La última víctima mortal es Ibrahim Diallo, un senegalés de 24 años, cuyo cadáver flotando en el Bidasoa fue encontrado por la Guardia Civil el pasado 30 de marzo de dos semanas de búsqueda. Los jóvenes que optan por pasar a nado este río, todos ellos varones, lo hacían inicialmente en la parte más próxima a Irún y Hendaya, pero también están intentándolo cada vez con más frecuencia aguas arriba, hacia Navarra, donde hay zonas en las que la profundidad es menor durante la bajamar.

A estas desgracias se suman la muerte de un migrante eritreo de 21 años, que se suicidó en abril del año pasado junto al polideportivo Azken Portu de Irun. Otros tres migrantes perecieron en la localidad vascofrancesa de San Juan de Luz, a 15 kilómetros de la frontera, tras ser arrolladas por un tren cuando dormían junto a las vías.

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