El Gobierno se asegura ‘in extremis’ la reforma laboral con una mayoría transversal
El apoyo de PDeCAT y UPN sumado a PSOE, Podemos, Cs y otros partidos garantiza una mayoría suficiente. El PNV votará no
El Gobierno se aseguró el miércoles por la noche, casi contra las cuerdas de la votación de este jueves en el Congreso, el respaldo de una mayoría muy transversal de partidos e ideologías para refrendar uno de los proyectos estrella de la legislatura: la reforma laboral. El proceso de negociación se vivió con dramatismo y suspense hasta última hora, a varias bandas. Cuando todo parecía cerrado, este jueves a primera hora se han añadido nuevas incertidumbres. El PNV ha anunciado que votará no y los dos diputados de U...
El Gobierno se aseguró el miércoles por la noche, casi contra las cuerdas de la votación de este jueves en el Congreso, el respaldo de una mayoría muy transversal de partidos e ideologías para refrendar uno de los proyectos estrella de la legislatura: la reforma laboral. El proceso de negociación se vivió con dramatismo y suspense hasta última hora, a varias bandas. Cuando todo parecía cerrado, este jueves a primera hora se han añadido nuevas incertidumbres. El PNV ha anunciado que votará no y los dos diputados de UPN en el Congreso, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, han mostrado reticencias a someterse a la posición de apoyo fijada por su partido, aunque luego han sugerido que la acatarán. Para que salga adelante el decreto hacen falta más votos a favor que en contra de los 350 del Cámara baja.
La primera reforma laboral pactada con la patronal y los sindicatos será previsiblemente convalidada este jueves en el Congreso con los suficientes votos afirmativos, aunque el margen es muy justo para evitar lo que sería un gran fracaso político. El pleno ha comenzado a las nueve, pero la votación se producirá casi a primera hora de la tarde.
El Gobierno llega al pleno con 176 votos afirmativos comprometidos: los 154 diputados de PSOE y Unidas Podemos, los de Ciudadanos (9), PDeCAT (4), Unión del Pueblo Navarro (2) —apoyos que se conocieron la tarde del miércoles—, Más País (2) y un parlamentario más de Compromís, del Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Para ganar esta votación basta con tener más síes que noes. En el bando del rechazo a la norma estaban 167 escaños: los del PP (88), Vox (52), ERC (13), EH Bildu (5), Junts (4), CUP (2), BNG (1), Foro Asturias (1) y el exdiputado de Cs en el Grupo Mixto, Pablo Cambronero. Con la negativa del PNV, los votos negativos se sitúan en 173.
El resultado final de la votación se ha terminado de perfilar con la negativa del PNV, con quien el Gobierno negociaba hasta la madrugada del miércoles para tener su voto afirmativo o una abstención. Y ese giro, que finalmente no se ha producido, no era inocuo. Los nacionalistas vascos son considerados incompatibles en muchas posiciones y votaciones con los parlamentarios conservadores foralistas de UPN, normalmente en la oposición y aliados con la línea más dura del PP. UPN reveló anoche su voto favorable. El Ejecutivo temía precisamente que si le concedía al PNV ahora su única exigencia del blindaje legal de la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales —eso sí, al margen de esta reforma en discusión— Ciudadanos, la propia UPN y hasta la patronal CEOE se descolgasen del pacto. Esa oferta estaba sobre la mesa, se le había trasladado al PNV y el Gobierno ha encontrado su respuesta, negativa, poco antes del arranque del pleno. Si el decreto no pasase hoy el filtro del Parlamento decaería y dejaría vigente la reforma laboral impulsada en 2012 por el Gobierno del PP tras la anterior crisis económica. En una entrevista en TVE a última hora del miércoles, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, insistió en que el Gobierno seguía “trabajando con todos los socios, con todos los partidos políticos”.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que tantos meses ha trabajado con su equipo el cambio de esta norma y que tanto se juega en su proyecto político si finalmente triunfa, hizo el miércoles en el Congreso una llamada de emergencia a la responsabilidad de ERC y PNV para que se sumen al acuerdo o expliquen a sus electores las consecuencias de su hipotético fracaso. Díaz se agarró a los datos sobre paro y afiliaciones conocidos también este miércoles para subrayar el aumento en enero en un 22,5% de los contratos indefinidos hasta suponer más del 15% frente a la media del 9% de las etapas de la ley laboral del PP. Las perspectivas de que crezcan los contratos indefinidos aún más de lo que se registraron el miércoles gracias a la nueva norma laboral es el gran argumento de fuerza del Ejecutivo en esta fase de la negociación, que se llevó anoche al extremo con los dos aliados preferentes de investidura, ERC y el PNV.
Díaz aprovechó su salida del Congreso para detenerse ante los periodistas y alertar de que había lanzado propuestas a ERC sin obtener contestación. El portavoz parlamentario de la formación, Gabriel Rufián, utilizó ese mismo escenario del patio del Parlamento para desmentir que su partido hubiera recibido ninguna oferta seria, y tildó de “trágala” el planteamiento recibido para prestar sus 13 escaños a cambio de casi nada. Fuentes de ERC precisaron que solo se les había prometido aumentar más las inspecciones de Trabajo en Cataluña, una de las demandas iniciales de ERC, pero que ahora entienden superada porque la Generalitat ya ha incluido partidas con ese objetivo en sus presupuestos. ERC interpreta de esa postura que al Gobierno, y en especial al sector socialista, le interesa sacar esa reforma hacia la derecha, “porque es la que le gusta a la patronal de Fátima Báñez, a Ciudadanos y a la FAES de José María Aznar, aunque no agrade a la propia Díaz”.
El Gobierno transmite, no obstante, que han citado en estos días a ERC a varias reuniones presenciales para negociar y que ni han acudido, y anoche les remitieron un documento con varias propuestas al que no contestaron.
Los republicanos catalanes esgrimen, en consonancia con EH Bildu y BNG (claramente en el no a esta reforma) pero también de Más País y Compromís, que las leyes se deben hacer y negociar con los partidos en los parlamentos y no fuera, en alusión al inédito pacto social fraguado entre el Gobierno, CEOE, UGT y Comisiones Obreras. Más País y Compromís razonan que si la nueva norma contempla varias mejoras sobre la vigente siempre será un “avance” su aprobación para millones de trabajadores ahora con contratos precarios.
Ferran Bell y Esparza
Los cuatro diputados del PDeCAT, básicos para llegar a la barrera de los 174 votos positivos y superar la previsión de los 173 negativos, ratificaron anoche en el Congreso su voto afirmativo. Su portavoz, Ferran Bell, justificó la tarde del miércoles esa postura “por responsabilidad”, para no “generar más inestabilidad e incertidumbre” y porque el nuevo texto corrige errores como la excesiva temporalidad de la norma del PP que ellos mismos aprobaron en 2012.
El espaldarazo final llegó aún más de noche desde Pamplona. El presidente de UPN, Javier Esparza, no solo avanzó el voto positivo de sus dos diputados. Lo justificó en la relevancia del proyecto, en el acuerdo social y en la necesidad de dar certidumbre a los fondos europeos. Y lanzó un mensaje al líder del PP, Pablo Casado, que rechazó cualquier pacto: “Votamos sí convencidos, por responsabilidad, lo cómodo era votar no, lo imprescindible es votar sí, UPN es un partido de gobierno y de Estado y si la reforma no se aprueba pierde España”. El amago de los diputados de UPN mantendrá la tensión sobre la reforma laboral hasta el último momento.